Por József Bozsik (@Jozsef_Bozsik)
Traducido y editado por Emiliano Rossenblum (@EmiRossen)
En Brasil, los sistemas ofensivos siempre han estado fuertemente marcados por las compensaciones y también por las descripciones de los puestos. La llegada del húngaro Dori Kürschner al país en los ‘30s cambió mucho. El fútbol del país se adaptó (tardíamente) a la nueva ley del fuera de juego y se implementó la WM con varias compensaciones, además de la idea de jugar al fútbol de posesión con variación de movimientos.
Este estilo coincidía con la forma brasileña de jugar al fútbol, basada en atraer, amagar y engañar al oponente. El mestizaje había proporcionado a los jugadores tobillos delgados, pantorrillas fuertes y cinturas suaves, lo que significaba potencia, gambeta y velocidad.
Además, los jugadores brasileños eran ricos en imaginación e ingenio, creando respuestas inusuales para cada jugada. Todo lo contrario al biotipo con el que trabajó Rinus Michels. Practicaban un fútbol “irresponsable”, imaginado, pero siempre bien organizado colectivamente en sus versiones ganadoras (contrario a la mitología creada por los europeos y reproducida por incultos en estas tierras).
En 1950, Brasil jugó con la WM pero los cuatro mediocampistas rotaban entre el cuadrado y el rombo para posicionarse según dónde estuviera la pelota, con mucha libertad para cada uno de ellos.
Ocho años después Brasil eliminó a uno de los mediocampistas defensivos para que fuera el “cuarto defensor”, influenciado por Hungría en 1954, y retrasó a uno de los mediocampistas ofensivos para que se desempeñara como armador (Didi). Al mismo tiempo creó la figura del falso punta, interpretada perfectamente por Zagallo.
Era un 4–2–4 que ya apuntaba a 4–3–3 asimétrico, porque Zagallo retrocedía a la línea de Didi y Zito para defender; solo atacaba como extremo del “lado débil” y de ganar segundas jugadas. Desde la derecha, mientras tanto, Garrincha monopolizaba el partido recibiendo los pases largos de Didi. En 1962 un Zagallo cada vez más creador de juego dejaba su espacio por banda izquierda “vacío” para que Amarildo se infiltrase para recibir allí.
Aquí también se crea la idea de “lado fuerte” y “lado débil” de la jugada. Cruyff, en la lógica del juego posicional, decía que un equipo debe atacar por un lado y definir por el otro. Esto se hacía simétricamente dentro del sistema y podía ir de izquierda a derecha o de derecha a izquierda.
En el ataque funcional de Brasil había una estrategia antiposicional. Se colocaban más jugadores en un lado de la cancha, el “lado fuerte”, que no cambiaría; allí se ganaba superioridad numérica produciéndose un juego vertical, con toques cortos y creativos, apoyado en los desmarques de los jugadores para recibir la pelota.
Ningún equipo encarnó mejor esto que el de 1970. En el gol alegórico de Carlos Alberto Torres en la final contra Italia, del lado izquierda están Everaldo, Piazza, Gerson, Clodoaldo, Rivelino, Jairzinho y Tostão. Siete jugadores a los que se suma Pelé en el carril central, encargado de gestionar todo el juego. Cuando la selección italiana se desequilibra hacia el “lado fuerte” de Brasil, la pelota llega a Pelé, que ya sabe que Torres pasará libremente por el “lado débil” para completar la jugada.
Mezclaban habilidad, creatividad, técnica, imaginación e intuición. Por la izquierda, un mediocampista ofensivo que hacía de falso extremo. A la derecha, un ponta-de-lança (especie de mediapunta) que hacía de segundo delantero. En el medio, un mediocampista ofensivo (Tostão) que hacía de 9.
Movilidad, compensación y muchas estrategias antiposicionales para crear superioridad en la cancha, atraer y jugar con el engaño del rival. La tradición brasileña del “Jogo Bonito”, en contraposición a la tradición holandesa, siempre ha sido reunir a los jugadores en el sector de la pelota. Allí la idea es asociarse, infiltrarse en los espacios vacíos, jugar y, sobre todo, usar y abusar de los desmarques. Querer y tener la pelota. Permitir a muchos jugadores ir hacia donde ella esté y tirar paredes.
La selección brasileña de 1982 fue un ejemplo de “ataque funcional”, basado en la acumulación de jugadores sobre la derecha con Zico, Sócrates, Leandro, Cerezo y Falcão, además de Júnior ofreciendo apoyos por dentro.
Éder se tiraba a menudo por la derecha y Júnior se quedaba más abierto. Contra Italia, Falcão, Zico y Sócrates hicieron un gran partido por la banda derecha, engañando al marcaje individual italiano y creando decenas de oportunidades a través de desmarques y toques cortos e inteligentes.
En 1994 Brasil salió campeón con un 442 más rígido, pero apenas Zagallo volvió al cargo de primer entrenador retornaron a defender de forma distribuida y asimétrica.1 Y sobre su sistema ofensivo decía: “El equipo ha evolucionado en este aspecto haciendo un cambio numérico hacia el 4–3–1–2… Cuando hablo de cambio, nunca verás a este equipo en un 4–3–1–2, es sólo para llamar la atención sobre el hecho de que hay un “1” que tendrá que ir más adelante [que el resto de mediocampistas]”.
En Argentina también se desarrollaron sistemas funcionales, siendo el más famoso “La Nuestra” de los ‘40s. Originalmente un 2-3-5, River Plate en 1940 practicó el uso de varias asimetrías, otorgando mucha libertad a los jugadores.
El half derecho fue quien se retiró a la línea defensiva para ser una especie de tercer defensor, a diferencia del método de Pozzo en el que era el mediocampista central. El defensor que ocupaba la derecha se centralizó y el de la izquierda pasó a ser un lateral detrás del wing izquierdo, Loustau, que pasó a ser una especie de mediocampista por afuera.
El half izquierdo inevitablemente debió centralizarse junto al 5, y Adolfo Pedernera como “falso 9” se replegó para conectar a todo el equipo por dentro. Los dos mediocampistas ofensivos, Moreno y Labruna, hacían constantes desmarques para infiltrarse en los espacios dejados por Pedernera, con Moreno siendo más armador y Labruna definiendo. El wing derecho Muñoz también atacaba por dentro.
Aficionado a este tipo de juego, el periodista Dante Panzeri se hizo conocido por defender el “fútbol de fantasía” frente al fútbol utilitario o científico de la nueva Buenos Aires industrializada.
Para él, la táctica se establecía en la preconcepción (entrenada o no) de cada jugada donde los jugadores iban a interactuar; pero aún así, lo que domina el juego es lo impensado. Fútbol, la dinámica de lo impensado.
El juego argentino sería la expresión del hombre argentino con sus máscaras, mitos, confusiones y engaños, en una época en la que Argentina importaba entrenadores europeos y se decía que necesitaba imitarlos para triunfar.
La respuesta llegó en el título de 1978, cuando Menotti propuso una reinterpretación de “La Nuestra” utilizando el 4–3–3. Bielsa, aficionado primero al control de los espacios para controlar el tiempo, pero también al fútbol de posesión, representará una especie de “tercera vía” en el mundo argentino.
Los ataques funcionales van del tiempo al espacio y siempre se han organizado de forma colectiva, pero con otras premisas casi desconocidas en el mundo inglés u holandés. Es necesario dominar tanto el tiempo como el espacio para jugar un fútbol bueno o eficiente, pero cómo hacerlo y por dónde empezar siempre ha sido la cuestión central.
Hay que recordar que aquí se trata de tipologías, y que los equipos y los entrenadores pueden idear varios “puntos medios” entre estos estilos. Lo mismo ocurre con el marcaje individual y la defensa posicional o zonal; existen varios modelos que aplican ambas al mismo tiempo.
Establecimos entonces la construcción histórica de tres conceptos organizacionales (ataque posicional, ataque funcional y juego de posición). Algunos seguirán diciendo erróneamente que el “Fútbol Total” fue la primera elaboración organizada o metódica del “juego bonito”. Nada más lejos de la realidad.

Este artículo es la octava y última parte de la serie titulada «Entre la pelota y el hombre está el espacio y el tiempo». Podés consultar el resto de ella en los links de abajo.
- Introducción
- La tradición inglesa
- Holanda y su cultura
- Esperar en las posiciones
- El juego de posición cruyffista
- Encontrar el hombre libre
- Interactuar para dominar
- Jogo Bonito y La Nuestra
Referencias
1 http://www.rodaviva.fapesp.br/materia/554/entrevistados/mario_jorge_lobo_zagallo_1996.htm
Este artículo fue publicado originalmente en portugués el 27 de abril de 2018: https://medium.com/@Jozsef_Bozsik/entre-a-bola-e-o-homem-h%C3%A1-o-espa%C3%A7o-e-o-tempo-ataque-posicional-jogo-de-posi%C3%A7%C3%A3o-e-ataque-89fd98088355