Del espacio-tiempo a las ideas: Introducción

El orden de las cosas cambia cuando se cruza el río Danubio: el objetivo es el mismo, pero dependiendo del lado del río el camino puede ser diferente. Primera parte de esta serie de notas.

Por Clarissa Barcala (@clarissabarcala)

Traducción de Emiliano Rossenblum (@emirossen)

En el ámbito táctico del fútbol se instaló hace un tiempo la discusión entre fútbol posicional y fútbol funcional. Durante los últimos meses esta dicotomía hizo estallar la burbuja de los debates en Twitter e invadió nuevos entornos.

Juanma Lillo diciendo que todos los equipos del Mundial juegan igual, discusiones sobre que el Brasil de Tite había perdido su esencia sudamericana (y la Argentina de Scaloni la había recuperado), el artículo del New York Times sobre la nueva forma de jugar al fútbol de Fernando Diniz y demás. Poco a poco, las palabras “funcional” y “posicional” comienzan a guiar algunos debates sobre fútbol en todo el mundo.

El término ataque funcional fue acuñado por “El Húngaro” József Bozsik en 2018. Su texto “Entre el hombre y la pelota hay espacio y tiempo” resultó ser la semilla sobre la que germinó el término. 

Años más tarde el técnico escocés Jamie Hamilton llevó a Europa el debate con su texto “Fernando Diniz vs The Man Machine”. En él adapta los términos posicional y funcional como positionalism y relationism respectivamente.

Resulta que, como en todos los demás debates que se expanden mucho y se alejan del núcleo, la discusión entre posicional y funcional quedó muy distorsionada. En la mayoría de los debates donde se aborda este tema se habla y ataca sobre conceptos adulterados y distorsionados que apenas recuerdan el punto de partida del que partieron, una consecuencia de la extrema polarización que fomenta internet. 

Espacio

“Hay quienes hablan de un contraataque, de un ataque rápido, lo que quieras. El vocabulario lo utilizas como prefieras. Entiendo el fútbol como espacio y tiempo” 

 Xavi Hernández

Se creó la idea de que el fútbol funcional se reducía a reunir a los jugadores alrededor de la pelota y que el fútbol posicional no era más que distribuir a los jugadores en el campo. Uno simbolizaba la máxima expresión de la libertad y el otro, del fútbol mecanizado y enlucido. Por eso me pareció prudente tratar de aclarar confusiones y arreglar algunos desvíos al contextualizar lo que dio origen a la lucha posicional versus funcional.

El fútbol es algo un poco más complejo que sólo los jugadores en el campo y la pelota en juego. Eso es la parte material del juego, pero no son lo único que tiene el fútbol . Necesitamos ir un poco más profundo y ser un poco menos materialistas cuando analizamos un partido. Eso incluye tener en cuenta los conceptos de espacio y tiempo.

De los dos conceptos, el espacio es probablemente el menos abstracto y, en consecuencia, el más fácil de entender: es el espacio físico del campo de fútbol, ​​el escenario material del juego. A partir de esto, es posible percibir el espacio de diferentes maneras, pero aquí nos centraremos en una percepción concreta: cada jugador ocupa un espacio determinado en el campo.

Tiempo

El tiempo, en cambio, es un poco más abstracto y por tanto más difícil de entender y explicar. Para determinar un punto de partida, podemos definirlo como el tiempo que tarda alguien en realizar una acción. Aplicando este principio a lo que sucede en un partido de fútbol, ​​es el tiempo que tarda un jugador en realizar alguna acción. 

A esa definición me gustaría dividirla en dos: desde lo objetivo, el tiempo es la acción de un jugador, ya sea con o sin pelota. Son sus movimientos, sus toques, sus interacciones con el resto del equipo… todo lo que vemos que hace el jugador es sincronizar la acción.

Pero desde lo subjetivo el tiempo es la percepción individual que cada jugador tiene de lo que sucede en el campo . Antes de materializar su acción, el jugador necesita estar consciente de lo que sucede a su alrededor, debe percibir el juego, intuir, razonar y sólo entonces actuar. Resumiendo algo imposible de resumir, en esta perspectiva el tiempo es la percepción individual de cada jugador que guía su acción en el campo.

Alquimia

El espacio es el escenario y el tiempo es la obra. El espacio es el instrumento y el tiempo es la música. El espacio es lenguaje y el tiempo es habla. Uno no existe sin el otro, porque uno sin el otro no tiene sentido. 

Dentro de un partido de fútbol ​​ambos deben ir juntos. Cuando un jugador tiene control sobre su tiempo pero no tiene el espacio para ponerlo en práctica, o tiene el espacio para actuar pero no puede controlar el tiempo de sus acciones, no puede jugar. 

El jugador y la pelota son los protagonistas, sí, pero entre el jugador y la pelota hay espacio y tiempo. Y si un jugador quiere dominarla primero debe dominar tanto el espacio como el tiempo.


Este artículo es la primera parte de la serie titulada «Del espacio-tiempo a las ideas». Podés consultar el resto de ella en los links de abajo.

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