Del espacio-tiempo a las ideas: Juego de Posición

El orden de las cosas cambia cuando se cruza el río Danubio: el objetivo es el mismo, pero dependiendo del lado del río el camino puede ser diferente. Cuarta parte de esta serie de notas.

Por Clarissa Barcala (@clarissabarcala)

Traducción de Emiliano Rossenblum (@emirossen)

“No es un juego de posesión, es un juego de posición” 

Domènec Torrent

Las etapas de Cruyff entrenando al Ajax (de 1985 a 1988) y al Barcelona (de 1988 a 1996) mejoraron, adaptaron y llevaron a la máxima potencia la filosofía de juego de Michels. Cruyff creó una identidad, un método que dio rostro al Fútbol Club Barcelona y que inspiraría a innumerables formadores en las siguientes décadas. Así nació el Juego de Posición, marcado por algunos conceptos muy específicos.

¿Qué es el ataque posicional o zonal?

El ataque posicional no es más que uno de los conceptos que dan vida al JDP. Es importante, sí, pero no es el único ni es exclusivo de aquel. No todos los equipos que practican el ataque posicional necesariamente practican el JDP.

El Real Madrid de Mourinho practicaba el ataque posicional pero no el JDP.

Según Pep Guardiola, “la mayoría de la gente cree que la zona es sólo defensiva, pero eso no es correcto: también existe el ataque zonal. Cuando tus atacantes están lejos de la pelota, esperando que llegue después de una serie de jugadas y acciones, eso es ataque en zona”.

En el ataque posicional (o ataque zonal, como prefiere llamarlo Guardiola) el entrenador divide la ofensiva en zonas y distribuye allí a sus jugadores; así, cada jugador tiene una posición específica que debe dominar antes de interactuar con los demás jugadores. Aquí es donde la disciplina espacial se vuelve extremadamente importante. La idea es que un jugador crea espacios para otro, incluso sin que ambos interactúen directamente.

El ataque posicional en el Juego de Posición

Dijo Guardiola: “[Hay que] hacerles entender que al no interferir, están ayudando. Y esto es muy difícil de entender, incluso para jugadores de alto nivel. Los jugadores quieren ser protagonistas”.

Dominar el espacio antes de interactuar, la filosofía del Manchester City de Pep.
El Hoffenheim con Julian Nagelsmann: todos respetan su espacio en lugar de acercarse a la jugada. Créditos @kstdnv4

El ataque posicional del Juego de Posición presenta algunas peculiaridades que no necesariamente se ven en todos los estilos de ataque posicional: la más obvia es la ocupación racional y simétrica de los espacios.

Esto quiere decir distribuir a los jugadores en el campo de manera que un lado del campo no tiene más jugadores que el otro. Además se busca la máxima amplitud, ya que los extremos están muy cerca de la línea lateral para estirar al máximo la línea defensiva contraria y abrir espacios en su interior. 

Pase y movimiento en el Juego de Posición

Según Xavi, pasar solo tiene sentido si dejo a mi compañero en mejor posición que yo. Pasar el balón a otro jugador es pasarle el tiempo, y como aquí el espacio viene antes que el tiempo, ese jugador debe ser dueño de su espacio. Esto significa que los roles de los jugadores son secundarios en relación a las posiciones: no importa lo que el jugador haga naturalmente, sus movimientos, sus interacciones y sus tiempos deben responder siempre a la posición que ocupa.

El equipo que practica el ataque posicional no está constantemente estático. Cuando un entrenador traza las zonas a dominar, las traza según la pelota. Si está en el campo de la defensa, hay muchos espacios para dominar; cuando llega al ataque, otros espacios cobran mayor importancia. 

Lo más importante es que las zonas estén ocupadas, no necesariamente quién las ocupa. Colocar a diferentes jugadores en la misma posición puede darle nuevas características a esa posición (según Domènec Torrent, quién ocupa cada zona lo deben determinar los propios jugadores mientras juegan), pero la posición sigue siendo la misma.

La España de Luis Enrique y su distribución racional de los espacios.

Movimientos cortos

Son más una consecuencia del ataque posicional que un concepto en sí mismo, pero los movimientos cortos son extremadamente importantes para que el Juego de Posición funcione. 

“En mi equipo, los delanteros sólo deben correr 15 metros a menos que estén tontos o dormidos”, bromeaba Johan Cruyff. «Quiero jugadores que puedan hacer movimientos decisivos en espacios pequeños, quiero que trabajen lo menos posible para ahorrar energía para esa acción decisiva». Este es el alma, la esencia del movimiento de un jugador en el Juego de Posición.

“Existe esa famosa frase ‘toco y me voy, paso y me voy’. ¿Paso y voy adónde? ¿Para dónde? Por supuesto que un jugador tiene que moverse cuando recibe la pelota, por supuesto que se mueve. Cuando hace un movimiento de aproximación o cuando ataca un espacio, en ese momento se mueve. Pero se mueve dentro del espacio dado”. El autor de esta frase no podía ser otro que Guardiola.

Los jugadores se mueven, pero con recorridos cortos y dentro de la lógica de las posiciones.

El falso 9 en el Juego de Posición

Existe mucha confusión sobre el papel del falso 9 dentro del Juego de Posición. La primera temporada en la que Guardiola decidió llevar a Messi al centro del ataque, Lionel nunca empezaba como delantero centro para luego retroceder como cualquier falso 9. 

La posición que debía respetar era detrás del volante rival (también conocida como zona entre líneas) y allí debía realizarse todo su movimiento. La posición de delantero centro sencillamente estaba vacía y nunca se llenaba, Messi permitía que se abrieran espacios para que alguien más se filtre cuando fuera necesario.

Messi recibe en su posición, nadie fija a los centrales. Atrae la atención de varios jugadores y Xavi se filtra.
Messi pasó a ser un 9 más tradicional la temporada siguiente. Participaba menos pero era más decisivo.

Posesión en el Juego de Posición

En el libro “Pep Guardiola: la evolución” Martí Perarnau enumera dentro de los conceptos que definen el Juego de Posición a la posesión de la pelota, la superioridad numérica y/o posicional, la protección defensiva a través de la posesión, la excelencia en el gesto técnico de la recepción y el pase, la búsqueda de pases que mejoren la posición del compañero y la búsqueda del tercer hombre. 

Dentro del Juego de Posición la posesión de la pelota y el pase resultan casi burocráticos. Guardiola ha dicho en repetidas ocasiones que tenerla es más que una cuestión de atacar, también se trata de mantenerse a salvo. El catalán está obsesionado con el control y cuanto más lejos esté el esférico del arco de su equipo, mejor para él.

Por eso hay una ultraobjetividad en el pase: sólo sirve para progresar, ganar superioridad, dejar a otro jugador en mejor situación. Juanma Lillo dice que el Juego de Posición debería llamarse Juego de Ubicación, ya que busca optimizar la postura y posicionamiento de los jugadores dentro de sus zonas para que el gesto técnico que realiza al recibir sea el mejor posible. 

Tercer hombre en el Juego de Posición

Dentro de la idea del JDP todo debe tener un significado, un propósito, un objetivo. Ahí es donde entra en juego el concepto del “tercer hombre”. Como el arquero del equipo rival no suele salir a marcar a un jugador, cuando uno tiene la pelota arma un 11 vs. 10 en toda la cancha; a partir de ahí se teoriza.

La idea es encontrar al hombre libre en cada jugada y progresar desde allí. Cuando trabajaban juntos en el Barcelona, Cruyff le decía a Guardiola (que jugaba como centrocampista defensivo) que, cuando recibiera la pelota, lo primero que debía hacer era mirar al delantero del equipo. Si Romário estuviera libre debería pasársela, ya que representaría mucho peligro. Pero si no estuviera libre, el pase debería ser corto. 

Para sistematizar y automatizar este mecanismo de búsqueda del hombre libre el Juego de Posición desarrolló el concepto del tercer hombre. Es muy común ver que en equipos que practican JDP los jugadores se distribuyen de forma racional y simétrica por el campo y forman triángulos de líneas de pase, donde cada uno tiene dos o más opciones de pase corto. Esta es la base para el tercer hombre. 

Siempre se busca crear triángulos entre los jugadores.

Un ejemplo práctico

Poniendo un ejemplo del propio Barcelona de Guardiola: Busquets recibe y todos los jugadores que tiene delante están marcados. Busquets conduce y atrae la atención del defensa que custodia a Iniesta. Ahora, Iniesta tiene espacio y puede recibir la pelota de Busquets. 

Al recibir, Iniesta atrae la atención de otro defensor, que estaba marcando a Messi. Iniesta ahora puede habilitar a Messi detrás de la defensa y, en consecuencia, con espacio y tiempo para actuar. En este ejemplo Busquets es el primer hombre, Iniesta el segundo y Messi el tercero.

Van Gaal afirmó que cuando el primer hombre inicia la jugada el segundo debe estar alerta para recibir la pelota y el tercero ya debe iniciar el movimiento para recibir a la espalda de la defensa. Por eso cuando Messi la recibe se convierte en el primer hombre de la siguiente jugada, que debe tener a otros dos jugadores como segundo y tercer hombre. 

Lahm es el primer hombre, Schweinsteiger el segundo y Robben el tercero en este ejemplo.

Este artículo es la cuarta parte de la serie titulada «Del espacio-tiempo a las ideas». Podés consultar el resto de ella en los links de abajo.

  1. Introducción
  2. La visión posicional
  3. Fútbol Total
  4. Juego de Posición
  5. La visión funcional
  6. La tradición sudamericana
  7. El ataque funcional
  8. Homogeneidad y fordismo

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