Del espacio-tiempo a las ideas: La visión posicional

El orden de las cosas cambia cuando se cruza el río Danubio: el objetivo es el mismo, pero dependiendo del lado del río el camino puede ser diferente. Segunda parte de esta serie de notas.

Por Clarissa Barcala (@clarissabarcala)

Traducción de Emiliano Rossenblum (@emirossen)

“Si hay espacio, hay tiempo” 

Xavi Hernández

Hay quienes piensan que un jugador solo tendrá tiempo para actuar e interactuar si tiene espacio para ello, es decir, que la forma de dominar el tiempo es primero dominar el espacio. 

Según ellos, si un equipo tiene control total de los espacios del campo, los jugadores tendrán tiempo para interactuar. El nombre “posicional” proviene exactamente de esta idea :  los jugadores deben tener control sobre sus posiciones para luego tener control de sus acciones.

El fútbol nació en Inglaterra y con él llegó la tradición posicional. La relación casi umbilical que tenía el deporte con la virilidad, la masculinidad y la guerra en tierras británicas acabó creando de forma natural una idea de dominio espacial, y por compartir el mismo origen, el fútbol comenzó de manera muy similar al rugby. 

Era un deporte extremadamente físico, y sus primeros sistemas tácticos (1–1–8, 1–2–7, 2–2–6) favorecían la alineación de los atacantes para mejorar el juego con el manejo de la pelota y los pases largos. 

No era el lugar para el romance, era el lugar para la objetividad. Se suponía que había que llegar al arco del oponente de la forma más rápida y práctica posible. Los ingleses pensaban que la mejor manera de hacerlo era hacer que el campo fuera lo más amplio y profundo posible para atacar al oponente desde más lugares. 

Alineando tantos delanteros se podía lanzar un pase largo a uno de ellos para que pudiera llevar la pelota hacia el arco contrario. Si la perdiera, otro delantero podría recuperarla y continuar…  muy parecido al rugby. La idea de interacciones y relaciones entre jugadores no era muy popular.

En el 1-2-7 cada uno de los 7 delanteros tenía su carril para atacar.

La evolución del paradigma

Así nació la idea de un ataque espacial, es decir, atacar a través de espacios. A medida que el fútbol evolucionó, las tácticas evolucionaron junto con él, y jugar bien al fútbol comenzó a estar fuertemente relacionado con la disciplina, o más específicamente, la disciplina espacial. 

Las tácticas evolucionaron dentro de esta cultura militar. A medida que se volvieron más complejas crearon una relación cada vez más fuerte con el dominio exitoso de los espacios de campo. 

Así como no es posible tener el control absoluto de un territorio en una guerra, tampoco es posible tener el control absoluto de toda la extensión de un campo de fútbol, ​​por lo que un buen estratega debe tener una serie de espacios estratégicos que considere más importantes en la lucha por el control. 

Empiezan a surgir posiciones , por lo que  el fútbol ya no se trata sólo de correr con la pelota sino de controlar los espacios que el entrenador considera estratégicos. Todavía hay quien sigue pensando que hay que ganar superioridad en la línea ofensiva y llenar el equipo de delanteros.

También existen quienes prefieren la superioridad en el centro del campo y ponen más jugadores allí (así nació el 2-3-5 y un poco más tarde el 3-2-5) y así sucesivamente. La escuela inglesa dio origen a una tradición posicional: un entrenador debe saber qué posiciones en el campo quiere dominar y los jugadores deben respetarlas.


Este artículo es la segunda parte de la serie titulada «Del espacio-tiempo a las ideas». Podés consultar el resto de ella en los links de abajo.

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