Por Victoria Basso (@lavickybasso)
Me invitan a escribir. Tema de composición ‘Lo que es Belgrano hoy’. Y yo no puedo pensar los hoy sin pensar los recorridos, sería injusto al menos no hacer una mención a la historia que nos trajo hasta acá. Voy a tratar de no ser soberbia porque sobre todas las cosas Belgrano es grande porque es humilde y es en la sencillez desde donde crece su grandeza.
Hoy somos más de 60.000 socios y socias. A Belgrano lo construyen muchas personas.
Belgrano es asambleas de socios y socias al que puede ir el que quiere y son un quilombo bárbaro.
Belgrano es darle la voz a un socio que, entre aplausos, pide que bajen el precio de la coca.
Siempre que vienen amigos del puerto y los llevamos a conocer la cancha se sorprenden de la apropiación que tenemos del espacio. De lo fácil que es sacarte una foto en la cancha, sentarte en una tribuna, ponerte a mirar un partido del polideportivo. De cómo habitamos nuestro club y de cómo lo cuidamos.
Belgrano es también sus trabajadores y trabajadoras que tienen tatuada la identidad celeste y dejan todo todos los días para resolver contratiempos. Belgrano es sus militantes, los chicos y chicas de Cultura, de Historia, de Trapos, los pibes y pibas de Murales que pintaron de celeste nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestra provincia.

Belgrano es un grupo de loquitos juntándose en España, en Italia, en Australia, en Estados Unidos a ver los partidos y compartir un abrazo y un porrón porque Belgrano además de todo es complicidad y encuentro con los nuestros.
Belgrano es una banda de changos organizando neuróticamente cada recibimiento para los jugadores.
Belgrano es que las pibas, las infancias y las disidencias se encuentren, se empoderen y armen Las Piratas de Alberdi para bancar con bombos, trapos y colores al fútbol femenino.
‘’Belgrano hoy’’ es también nuestra gloriosa primera barra que hace un tiempo sabe que la construcción es con todos y todas y en todas las tribunas. Somos la banda más loca ‘que no tiene ratas’ porque Belgrano es locura, Belgrano es Los Piratas Celestes hablando con sus compañeros sobre consumo problemático de sustancias.
Belgrano es el espacio de escucha para desarmar la violencia de género, el curso de oficios, la campaña solidaria para el centro vecinal. Belgrano es socios organizándose para anotarte en la vacunación, una oficina para tramitar la Asignación Universal por Hijo, una bandera LGBTI+ dispersada en el campo de juego.
Belgrano es el que se mofa de que los del frente nos digan bolivianos, que vendemos limones y hace socio honorario a Evo Morales. Belgrano es Sonia Torres buscando a los nietos que nos faltan también en las tribunas con la camiseta del pirata cordobés.

Belgrano es una camiseta celeste vistiendo al jugador más grande que piso este suelo y este universo. Belgrano es un culiado en una previa diciendo que el Diego tocó las ‘’manos con el cielo’’ y después de eso, se puso nuestros colores.
Belgrano es una escultura del Potro sentado con todos en la tribuna. Es las canciones de Jiménez de que estamos enamorados y de que pase lo que pase voy a quererte igual. Son los aplausos con los brazos en alto todos coordinados.
Belgrano es la falta de los que nos alientan, aguantan y acompañan desde el cielo celeste.
Belgrano es la marea bajando por la Orgaz entre pilusos, camisetas truchas y llaveros porque siempre también hay lugar para embrollar y hacerse el mango.
Belgrano son los colectivos hasta las tutucas viajando a todos lados a cualquier cancha de la Argentina.
Belgrano es la última plata del mes que se gasta en las entradas.
Belgrano es el “no sé como voy no sé como vengo” pero subite al auto que si sos pirata al partido vamos todos.
Belgrano, Belgrano sin dudas es nuestras pibas ascendiendo con la casa llena y un orgullo que se nos sale del pecho.
Belgrano además de todo eso es también el ejemplo de que con compromiso, laburo, esfuerzo y sobre todo con decisión política es posible hacer una síntesis entre un proyecto deportivo ambicioso y competitivo y una institución en la que entremos todos y todas.
Nobleza obliga, Belgrano es hoy también una dirigencia que hizo carne el sentido de pertenencia de estar territorialmente enclavado en un barrio popular y laburante y fiel a eso profundizó ser un club de puertas abiertas. Es posible construir un Club, respetar a tu gente, cuidar a tus pibes, a tus divisiones inferiores, jetear en una mesa de jetones, vender un pase al precio de lo que vale, ojear a los pendejos que la rompen, seguir ampliando tu cancha, tener un departamento de marketing, de sponsors, cerrar acuerdos, sentarte a hablar con el intendente, con el gobernador, con el presidente de la AFA, viajar al exterior y así y todo no perder tu identidad.
Belgrano está sabiendo cómo jugar adentro y afuera de la cancha. Es la demostración cabal de esa frase de que se puede comer chicle y cruzar la calle al mismo tiempo. Belgrano hoy es posibilidad y potencia.
Dos ascensos a Primera División en una semana. Dos ascensos juntos no son suerte sino el producto de muchos años de no aflojar, de morir con las botas puestas y volver a renacer. Luchar, vencer, caerse y levantarse, de esas calles que gritan Cordobazo está hecha nuestra historia.
Teníamos y tenemos razón. En tiempos dónde todo se compra y se vende, sostenemos que es posible, que hay un modelo institucional de club sensible, que incluye, que gusta, copa y golea y que, gracias a D10S, goza de buena salud.
