Japón debutará… con el horizonte en 2092

Japón hará su debut en Qatar 2022 y tomamos eso como eje para hablar del pasado, presente y futuro del fútbol en ese país.

Por Marcos Cressi (@futbolsamurais)

Japón debutará mañana 23 de noviembre ante Alemania en su séptimo Mundial consecutivo, pero este torneo no es uno más para los asiáticos. Este 2022 se cumplen 30 años del comienzo del Proyecto 2092 y es momento de demostrar su crecimiento en el fútbol.

El ¨Proyecto 2092¨ es un plan a largo plazo de la Asociación de Fútbol de Japón (JFA) que busca consagrar campeón mundial al país del Sol Naciente a finales del actual siglo. Una de las medidas para lograr este objetivo fue crear la J. League para que organizara la primera liga profesional, comenzada en 1993.

El crecimiento del fútbol nipón desde su implementación es innegable. Pasó de ser amateur y principiante practicado por estudiantes universitarios y trabajadores de empresas a ser muy posiblemente la mejor liga de Asia y exportar constantemente y en cantidad al fútbol europeo. Además, el seleccionado nacional solía perder siempre ante China y Corea y ahora es la principal potencia del continente. Sin embargo, es la hora de mostrar los progresos en un Mundial y en un grupo complicado con varias coincidencias.

Influencias y expectativas

A pesar del gran deseo de la JFA de alcanzar los Cuartos de Final, los dirigidos por Hajime Moriyasu no llegan en un gran momento. Durante todo el proceso sufrieron varias derrotas muy duras: Qatar en la final de la Copa Asiática, México en los Juegos Olímpicos, Omán de local y después Arabia Saudita en Eliminatorias, Túnez por la Copa Kirin y por último el amistoso contra Canadá hace unos días.

Para rematar les tocó el grupo de la muerte. España y Alemania son dos potencias y candidatos para consagrarse, mientras que Costa Rica tampoco es un rival a subestimar. El posible planteo defensivo y de contraataque de los centroamericanos puede ser una kryptonita, ya que estas estrategias anulan la poca creatividad de los japoneses y luego ellos pueden aprovechar los espacios dejados por la defensa y mediocampo.

Aún así, que esté Alemania es una curiosa coincidencia. No solo porque es donde mayoritariamente emigran los japoneses para jugar en el viejo continente, sino porque además el país teutón fue vital para el desarrollo del deporte rey en la isla gracias a un hombre: Dettmar Cramer. El entrenador que después sería bicampeón de la Copa de Europa con Bayern Múnich fue recomendado por la DFB a la JFA y asumió como asistente. Su trabajo fue muy importante para mejorar técnicamente a los jugadores que le ganarían 3-2 a Argentina en los Juegos Olímpicos de 1964. Luego de aquella hazaña abandonó el cargo, pero aconsejó varias medidas a implementar (entre ellas la creación de una liga nacional que sería la antigua y amateur Japan Soccer League) y su legado permitió que en 1968 se consiguiera la medalla de bronce en los JJOO de México.

Dettmar Cramer se ganó un lugar importante en la historia del fútbol del país.

Por otro lado, España tiene la liga más querida y seguida por los nipones. Ellos sueñan con jugar en la LaLiga y vestir la camiseta del Barcelona o Real Madrid. Además, después de la consagración mundial de los hispanos en 2010, se contrataron varios entrenadores procedentes de allí para que fomenten el fútbol de posesión en Japón. Así llegaron técnicos como Ricardo Rodríguez, Albert Puig, Daniel Poyatos, Miguel Ángel Lotina, Juan Manuel Lillo, entre otros.

Eso sí, la contracara está en la sede: el Mundial es en Qatar, donde el 28 de octubre de 1993 Japón sufrió el fracaso más importante en su historia moderna: La Agonía de Doha. Aquella noche los Samurais Blues iban ganando 2-1 ante Irak y se estaban clasificando por primera vez en su historia al torneo de selecciones más importante, pero un gol del rival en el último minuto los dejó afuera. 18 años después hubo revancha para los nipones cuando en esa misma ciudad se consagraron campeones de Asia tras vencer 2-1 a Australia en el minuto 118 del tiempo extra.

También hay que decir que tienen jugadores en un pésimo momento. Takumi Minamino fracasó en Liverpool, no se está adaptando al fútbol francés y tampoco rinde con su país. Gaku Shibasaki está lejos de ser aquel jugador que anotó un doblete vs Real Madrid en un Mundial de Clubes. Hiroki Ito fue una sorpresa al pasar de ser un desconocido en J2 League a destacarse en el VFB Stuttgart alemán, pero no rindió cuando Moriyasu le dio la oportunidad. Y tampoco hay que olvidar que varios llegan con problemas físicos y continúan con la falta histórica de un delantero goleador que asegure goles en las citas importantes.

La esperanza del País del Sol Naciente dependerá de la solidez defensiva que pueda aportar Tomiyasu, de la intensidad y recuperaciones de Hidemasa Morita y Wataru Endo, de la creatividad de Daichi Kamada y por último de la explosividad de Kaoru Mitoma y Junya Ito. ¿Podrán los Samuráis Blue dar las sorpresa en Qatar y tener una participación digna de un anime?

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