Fútbol, libertad y vocación: Parte 1

Dirigir un equipo es un ejercicio de artesano antes que futbolístico; un acto de amor más que de aplicar fórmulas. Primera parte.

Por Davi Rigamonte (@davirigamonte2)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *