Por Sócrates Atanzio (@socratesatanzio)
Perseguido este jugador por el tortuoso camino que tomó la estructura del fútbol, hoy es imposible identificarlo en el campo. Pensemos en los técnicos. Todos ellos están marcados por el conocimiento dominante, que se caracteriza por priorizar al jugador antes que al individuo como ser consciente. Por eso utiliza parámetros predeterminados que enmarcan y fuerzan la formación que se considera deseable.
La muerte del enganche no es un cambio natural sino un cambio de laboratorio, restringido al discurso adoptado por los «pensadores» del juego. En base a esto, repasemos brevemente el contexto en el que este comportamiento se implementó casi por completo. Presentaré ejemplos directos que establecen el cambio que se ha producido en los últimos años.
Pedro de La Vega, Aaron Molinas, Facundo Farías, Esequiel Barco, Jorge Carrascal, Martín Payero, Bruno Zapelli, Claudio Echeverri, Gianluca Prestianni; casi todos jugadores de la Liga Profesional Argentina. Lo que tienen en común no es lo que nos gustaría; gran parte de estos jugadores juegan un fútbol que va en contra de su cultura.
Si vemos a algunos de los técnicos actuales (argentinos) que trabajan en el país como Heinze, Beccacece o Gago, podemos inferir que se está instaurando una tendencia en los últimos años dentro del fútbol argentino que no es “La Nuestra” o el “toco y me voy” sino un fútbol anticultural.
El enganche está vivo
Aquí logramos tocar el corazón del problema. Entonces, el mito de que el número 10 terminó debido a factores completamente misteriosos es un camuflaje creado en forma de coartada para afirmar la necesidad de lo nuevo y la demonización de lo viejo.
Hay jugadores que son el «número 10» por trabajo y gracia, pero también por perfil y experiencia. Sin embargo, por la hegemonía denunciada y el tipo de técnico anteriormente nombrado, el fetiche creado está en torno al sistema. Dentro de él lo necesitan como un componente más que integra el plan general.
Mencioné a los jugadores arriba porque muchos de sus casos chocaron, la mayoría fueron apartados por no hacer bien la parte de su trabajo que va en contra de su naturaleza. Los ignoraron como humanos con gustos y particularidades. Para estos técnicos, la razón precede a la existencia y a la práctica.
La desaparición de los enganches cuenta con actores activos que pretenden formular su fútbol “a la europea». Obviamente, esto no es inédito, pero así como en su momento buscaban constituir un nuevo hombre para una nueva sociedad ahora los mismos higienistas buscan constituir un nuevo hombre para un nuevo fútbol, que es cada vez más un espacio de negocios que de expresión humana.
La mecanización del juego
Ahora los pibes, los que agarran la pelota y la llevan con ellos donde sea que vayan y tan lejos como vayan, tienden a lidiar con una formación que los limita a seguir órdenes. La hegemonía tiene un mantra: 4-3-3.
Es precisamente de este esquema de enseñanza inmediata de donde surge la llamada domesticación del cuerpo. Con todo el entramado de herramientas que utiliza el fútbol moderno, el jugador creativo se convierte en un objeto operativo deseado por los entrenadores. Es el que «busca el desequilibrio», es quien cumple el rol especializado de gambetear y pegarle al arco (o al menos intentarlo) una y otra vez como un autómata.
Cuando observan a un niño del estilo de los mencionados, la primera y rápida asociación que obtienen es tener ese proyecto como una especialización futura y utilitaria para esa parte específica del juego. Si nos fijamos en el terreno colombiano nos vamos a encontrar con la realidad de jugadores como Daniel Ruiz y Carrascal siendo utilizados en la banda, como un jugador con una acción única y concreta: el desequilibrio.
Entonces no solo el sistema en sí es una fuerza que opera para reprimir a este tipo de jugadores, sino que tenemos sus líderes que buscan (con un odio tremendo) refundar una nueva forma de pertenencia a nuestro hogar de manera “anglosajona».
Uno debe ver América en su forma invertida

La brillante ilustración del uruguayo Joaquín Torres García, realizada en 1943 en un contexto convulso en el que América Latina aceleraba su producción para estar a la altura del mundo occidental ideal, representa muy bien la necesidad que ahora tenemos de volver a mirar hacia adentro.
Inspirándose en un estudio simbólico de los ritos y tradiciones indígenas (su forma de ser y de ver el mundo), Torres García es un referente en el arte contemporáneo latino que reivindica una percepción de un mundo libre según nosotros mismos.
De esta forma su arte tiene el mismo peso que otras obras de carácter estrictamente futbolístico que abrazan su misma lógica (Panzeri, Saldanha, etc) aunque sin duda la obra literaria contemporánea que más éxito tiene cuando hablamos de ver la cultura y la vida con nuestros parámetros es “Fútbol a sol y sombra” de Eduardo Galeano.
Allí se hace un denso repaso histórico por los inicios del fútbol en el mundo y principalmente en América Latina, sin dejar de abordar nuestra visión del juego europeo. Recordemos que en sus crónicas deportivas el excelso cronista Nelson Rodrigues siempre fue un crítico de la velocidad europea y alababa la lentitud con la que nos tomamos la vida, la pelota.
Sin embargo, es como si hubieran quemado todo ese capital intelectual y ahora estuvieran reproduciendo directamente las técnicas que dicen que son la fórmula mágica para «comprender el juego».
Como resistencia de esta corriente armada antiimperialista de nuestras vanguardias artísticas, logramos mapear figuras que aún son una posible salida de esta alucinación general. Exponentes como Diniz, Gareca, Scaloni, Vojvoda y algunos más, aún se aferran con firmeza al lado donde el fútbol todavía dice cosas de ‘Sudamérica’ siendo capaces de pensar en un fútbol ‘decolonial’.
Os dois meninos espiavam os lampiões e adivinhavam casos extraordinários 1
En Vidas Secas, en Jubiabá; en Cien Años de Soledad o en el Bestiario; en El Aleph; en Aleijadinho y Portinari. En todo lo mencionado el mundo resulta siendo donde nos lleva la luz de la lámpara, donde la pendiente desciende. Donde es capaz de soportar toda la tragedia y belleza humana, a ángeles asimétricos y realidades fantásticas. El mundo latino puede ser la pelota pegada al pie, las dos pisadas, la incapacidad de soltarla. Ese beso futbolero casi trágico es hacer que La Peste de Camus se vuelva como nosotros, idénticos.
Cuando menciono a los exponentes de un posible vuelco en nuestro fútbol es porque transmiten la forma en que encarnamos el mundo. Solo a través de un redescubrimiento y una nueva antropofagia cultural veremos a Barco con la 10, a Facu con la 10, etc. La búsqueda de comprender es mucho más esencial que la de modificar.

1 La traducción literal de esta frase es «Los dos niños observaron las lámparas y adivinaron casos extraordinarios». Fue conservada en su idioma original por ser una referencia al libro «Vidas secas» de Graciliano Ramos. Al leer el libro (la frase se encuentra en la página 35) se comprenderá el significado.
Referencias
BOURDIEU, Pierre. La Reproducción. [S. l.: s. n.], 1970.
ALABARCES, Pablo. Historia mínima del fútbol en América Latina. [S. l.: s. n.], 2018.
LUIS Antônio Simas | doze convida. Producción: Doze Futebol. [S. l.: s. n.], 2019. Disponible en: YouTube. Consultado el: 20 de agosto de 2019.
CARUSO, Luigi. Pelo Interior com Pier Paolo Pasolini: um artilheiro contra o futebol moderno. Extracampo, [S. l.], pág. 1-4, 18 de abril 2023.
Agradecimientos
Agradezco a Emiliano de «La Pelota Siempre al Diez» por confiarme la oportunidad de publicar este texto aquí. Es uno de los mayores incentivos que podría tener. Y una mención a József Bozsik por aclarar cómo podemos entender el fútbol como un movimiento colectivo inseparable de la sociedad.
#BuscandoAlEnganche tiene otras dos notas que van de la mano con esta. Podés encontrarlas acá: