#BuscandoAlEnganche: La cancha no tiene más papelitos

Una reflexión desde el punto de vista sociológico sobre la supuesta desaparición de los enganches.

Por Sócrates Atanzio (@socratesatanzio)

El enganche es tan importante para nosotros como el alto arte, los compositores de buena música, la costa, las cosas sencillas. Es la encarnación cruda y desnuda de cómo el latino siente el mundo: solo, melancólico y con aire de admiración. Un ser alado en el campo, un poeta entre la lluvia de papelitos de todos los estadios que componen esta orquesta en forma de arquitectura. 

Sin embargo, esta figura ha sido podada por las nuevas tendencias del fútbol que dicen mucho más de un juego que ha interiorizado las formas de la sociedad dependiente del producto, y desechado toda su condición de arte trágico (poético) que expresa lo más fiel de la condición humana.

La ruptura con este tipo de sensibilidad fue mucho más dañina para nosotros que para el resto de Occidente. El «fútbol criollo» 1 fue un exponente ejemplar a la hora de popularizar este fenómeno de masas y en Brasil, Gilberto Freyre llamó a este tipo de fútbol nacido en los suburbios y jugado en los callejones como «futebol mulato» 2

Es exactamente esta forma de integrar este deporte innovador en las entrañas de la cultura de masas lo que hizo del fútbol lo que es; los peces gordos invirtieron en quitar un elemento que representa directamente la ‘alegría de la gente’ 3. A partir de esta consideración de descubrir la capacidad del juego, se comprende por qué las modas recientes afectan tanto la forma en que nos enfrentamos a él (por lo tanto, a la vida).

Arriban los mediocampistas

El enganche es una figura central para pensar la fuerza social que provoca este cambio y cómo erradica lateralmente no sólo una función, sino un organismo. Cuando es desterrado del fútbol sudamericano y da paso al mediocampista que tiene características infladas de posicionalismo, es como si estuviéramos quemando los cuentos de Gabo 4 y reutilizando alguna postal de Europa. Es ejercer violencia simbólica a todo medio y a toda expresión libre del individuo hacia su forma de exteriorizar la vida.

Es a partir de este orden de símbolos que llegamos a la imagen. Con el cambio de postura en relación al fútbol, ​​un nuevo mundo visual comienza a construirse en imágenes dentro de todo el complejo paralelo que inventaron y pretenden sellar como verdad. Por ejemplo, si pensamos en “educación estética” 5 veremos que antes de llegar a la capa moral, el hombre debe tener una relación intensamente artística con el mundo para alcanzar la libertad. La libertad, entonces, puede ser disciplinante y también puede ser fragmentada. 

Así garantizamos la importancia de la proyección imaginaria del mundo dentro del campo. Desde el momento en que se pierde el gran referente estético popular y lo cambiamos por un nuevo atuendo, se trata en realidad de un cambio simbólico en la forma de entender la vida y una especie de coerción que pretende modificar el juego tal y como lo conocemos.

Cuando invocamos verbalmente al «mediocampista» y no al enganche o ponta de lança (como se conoce a su equivalente en Brasil), estamos hablando de otras personas, estamos siendo despersonalizados como individuos; es una victoria para el imperialismo.

La personalidad del enganche

El enganche entonces, como objeto de estudio, propone una reflexión directa sobre por qué precisamente este jugador se relaciona directamente con los sentimientos colectivos latinos y por qué es perseguido en el fútbol moderno no solo como posición, sino como forma de ser.

Busquemos jugadores que definan este estilo: El Charro Moreno, Djalminha, Valderrama, Diego Maradona, Joãozinho, Rivelino, Ortega. Todos jugadores que representan a sus localidades respectivas pero que también retoman la idea de “individuo común” que existe acá; todos beben de las mismas culturas, de la misma gracia. 

Lo que convierte a cada uno de ellos en los mejores representantes de este tipo de jugadores es el caos, las ganas de vivir, la indisciplina y la subversión, la pasión por el mundo. Eso es lo que los hace tan íntimos entre ellos y también es eso lo que hace que los odien los reformadores del fútbol en busca de una reestructuración de estos «códigos» o significados.


1 Fútbol Criollo: estilo de juego más «acinturado», proveniente de las canchas de tierra y con una relación más cercana a jugadores que descienden de negros e indígenas.

2 Futebol Mulato es la caracterización hecha por el cronista e historiador Gilberto Freyre que define la forma única del jugador brasileño de pensar y construir el fútbol en la cancha. Esta crónica puede ser vista como un tratado antirracista y un manifiesto político para todos los brasileños.

3 Alegria do Povo, apodo popular dado a Garrincha que expresa la dimensión del fútbol como fenómeno colectivo y personifica en uno de nuestros personajes el valor de lo «bello».

4 Apodo cariñoso para quienes admiran al gran cuentista Gabriel García Márquez.

5 Concepto pensado por el filósofo alemán Friedrich Schiller (en sus cartas) que conlleva toda una premisa pedagógica de valorar lo bello como camino hacia la trascendencia del individuo.


Referencias

BOURDIEU, Pierre. La Reproducción. [S. l.: s. n.], 1970.

ALABARCES, Pablo. Historia mínima del fútbol en América Latina. [S. l.: s. n.], 2018.

LUIS Antônio Simas | doze convida. Producción: Doze Futebol. [S. l.: s. n.], 2019. Disponible en: YouTube. Consultado el: 20 de agosto de 2019.

CARUSO, Luigi. Pelo Interior com Pier Paolo Pasolini: um artilheiro contra o futebol moderno. Extracampo, [S. l.], pág. 1-4, 18 de abril 2023.


Agradecimientos

Agradezco a Emiliano de «La Pelota Siempre al Diez» por confiarme la oportunidad de publicar este texto aquí. Es uno de los mayores incentivos que podría tener. Y una mención a József Bozsik por aclarar cómo podemos entender el fútbol como un movimiento colectivo inseparable de la sociedad.


#BuscandoAlEnganche tiene otras dos notas que van de la mano con esta. Podés encontrarlas acá:

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