El técnico que nunca se traicionó

El Piojo cumpliría hoy 88 años. Ganó cinco títulos con cuatro equipos distintos, sin refuerzos estrella y con un estilo definido.

Por Sebastián Tafuro (@tafurel)

Su carrera como entrenador duró 26 años. Podrían haber sido más, de no ser por algunas cuestiones nunca develadas y puertas que se cerraron misteriosamente de un día para el otro. Pero lo que José Yudica hizo en el fútbol argentino en su rol de conductor prácticamente no tiene parangón.

En un lapso de 10 años, el Piojo cosechó 5 títulos con 4 equipos distintos: Quilmes, San Lorenzo, Argentinos Juniors y Newell’s. Todos de una magnitud extraordinaria y dos de ellos irrepetibles al día de la fecha. Con ese ciclo 78-88, al nacido en Rosario, que hoy cumpliría 87 años, le alcanzaría para tener un lugar enorme en la historia futbolera de nuestro país. ¿Lo tiene? ¿Por qué se resalta tan poco su figura?

El único trofeo de Quilmes en Primera lo tuvo a Yudica en el banco. La única Copa Libertadores de Argentinos Juniors también, además de uno de sus tres títulos locales. Newell’s con él volvió a ser campeón tras 14 años y un hito que vale la pena destacar: con todos jugadores surgidos de las inferiores rojinegras. San Lorenzo sufrió un sólo descenso en su historia y alguien tenía que devolverlo a su lugar: fue Yudica.

Pero además de estos registros notables, José Yudica, que falleció el 23 de agosto de 2021, es caracterizado como una persona de enormes convicciones, un entrenador que tenía muy claras sus ideas, que sabía cómo transmitirlas y al mismo tiempo que mostraba apertura a la opinión de sus dirigidos era inflexible con algunas conductas.

José Antonio Castro y Gustavo Dezotti, más conocidos como Pepe y Galgo, fueron integrantes esenciales de dos de los planteles más emblemáticos que condujo Yudica: Argentinos Juniors modelo 85 y Newell’s modelo 87-88. Ambos coinciden en la visión del Piojo DT, en las libertades que brindaba, en la capacidad para hacer pequeños ajustes de equipos que venían creciendo (Saporiti en Argentinos y Jorge Solari en Newell’s habían dejado buenas estructuras y eso es reconocido por Castro y Dezotti) y en la intención de salir a ganar siempre en cualquier cancha.

“En la época nuestra el jugador era muy bicho, los analizábamos de pies a cabeza a los técnicos, no nos daba lo mismo que nos viniera a dirigir cualquiera y el Piojo apenas llegó, yo ya noté que era un tipo con una tremenda personalidad, un tipo con unas convicciones muy claras y con un carácter muy fuerte, y sabía imponer la disciplina a base de sus predicamentos, de su hombría de bien”, afirma Castro, que jugó en Argentinos entre 1983 y 1987 y obtuvo 4 títulos.

José Yudica como director técnico de Argentinos Juniors

A diferencia de Castro, que ya tenía un importante recorrido en el mundo del fútbol cuando Yudica llegó al equipo de La Paternal, Dezotti era un pibe de 19 al momento en el que el Piojo se hizo cargo de la escuadra rojinegra, los colores que había sabido vestir en los inicios de su carrera como futbolista.

El Galgo, que jugó el Mundial del 90 y es recordado por la roja ante Alemania en la final, describe la idea futbolística de Yudica: “Era un tipo que le daba mucha libertad al jugador, que le daba mucha confianza, que pregonaba todo el tiempo jugar, tocar, el juego asociado, era de los que veía más el arco de enfrente que el de atrás”. Aquel Newell’s conformado por todos jugadores provenientes de sus inferiores ganó 21 partidos, empató 13 y perdió sólo 4. Convirtió 68 goles y le anotaron 22.

Un elemento que resaltan tanto Castro como Dezotti es la capacidad del Piojo de adaptarse a los recursos que tenía y al mismo tiempo identificar dónde había que incorporar para hacerse fuerte e ir por mayores logros.

Argentinos había resurgido de una situación problemática con los promedios de la mano de Ángel Labruna y luego con Roberto Saporiti conquista el Metropolitano 1984. Newell’s había salido subcampeón en los dos torneos anteriores con Jorge Solari.

Este último caso es el más paradigmático de esos pequeños cambios que introducía el Piojo en sus arribos. Al plantel heredado se le suman sólo 3 refuerzos, que son 3 regresos de jugadores que ya habían tenido un paso por el equipo rosarino: Roque Alfaro, Sergio Almirón y Víctor Rogelio Ramos. Todos, principalmente Alfaro, serían vitales en aquella conquista.

En cuanto a los principios del Piojo y sus posiciones firmes e innegociables en el manejo de los planteles, Castro y Dezotti exponen situaciones ejemplificadoras. El primero relata que, al regreso de aquel partido, en una práctica Yudica lo notó medio dormido al “Checho” Batista y le dijo “eh, Batista, despierte”, a lo que el barbudo volante le respondió “¿por qué no despertaste vos en Japón?” en alusión a una crítica general que se le había realizado al entrenador por no “cerrar” el partido tras el 2 a 1 parcial a 15 minutos del final.

Fue un exabrupto innecesario y el técnico no titubeó, aunque era un referente del equipo: lo separó y no jugó un par de encuentros. Algo más suave ocurrió con el propio Dezotti, que tuvo un intercambio en un entrenamiento con el hijo de Yudica, también llamado José y que era su ayudante de campo, y el DT decidió no concentrarlo antes de un clásico con Rosario Central. La historia tuvo un final feliz y muy recordado por los hinchas rojinegros: “Cambiaron de opinión, el día anterior al partido fui a concentrar y fue el clásico que terminamos ganando 1 a 0 con gol mío”.

José Yudica en su etapa como jugador en Newell’s

Tras aquella etapa en Newell’s que se cierra en 1990, Yudica volvió a Argentinos. Allí una serie de malos resultados derivó en una apretada de la barra brava hacia él y su hijo, en la que éste pasó la peor parte hasta que el Piojo sacó un arma y disparó hacia arriba dispersando a sus agresores. Fue un capítulo que lo terminó marcando.

Tuvo un corto paso por Platense, fue a Colombia al Deportivo Cali (donde había jugado a fines de los 60), regresó brevemente a Newell’s y sus últimos capítulos fueron con el Pachuca mexicano, a quien ascendió a Primera División. Tenía 62 años. Desde entonces no volvió nunca más a dirigir.

Dezotti expone motivos etarios tras ese final inesperado y que el Piojo nunca aceptó, ya que en varias oportunidades manifestó sus deseos de volver al lugar donde más brilló. “Quizá fue un período de recambio, empezaron a aparecer técnicos jóvenes, y se le empezó a dar lugar a ellos, que es un poco como está pasando ahora”.

Sin embargo Castro, de una indudable afinidad con el Piojo, discrepa con esa visión: “Siempre está el runrún del ‘para qué lo vas a traer si es complicado’, cuando uno no tiene concesiones ocurren estas cosas. Al Piojo como al Sapo, otro groso, jamás le iban a imponer un jugador, jamás le iban a imponer un estilo, jamás le iban a imponer alguna sanción hacia el plantel”.

“No me puedo quejar. Me fue bien. Jugando y dirigiendo. Eso sí: siempre respetando una línea y estilo de fútbol. Una manera de jugar al fútbol. Lo que me genera orgullo es que nunca me traicioné. Ni quise ganar partidos o títulos haciendo lo que no sentía. Eso conmigo nunca tuvo cabida”, dijo el Piojo en una entrevista en 2020. El fútbol argentino debería enaltecer más su figura.


Esta nota fue originalmente publicada el 26 de febrero de 2023 en Infobae: https://www.infobae.com/deportes/2023/02/26/el-otro-lado-de-jose-yudica-el-tecnico-que-nunca-se-traiciono/

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