#SiDiegoViviera, capítulo 6

Por Sebastián Chittadini (@sebachittadini) 

A Noel Gallagher le pareció extraño cuando escuchó del otro lado del teléfono una voz que le decía “Soy Gary Lineker, ¿cómo estás?”. Al músico le tomó por sorpresa la llamada del goleador de México ’86 -a quien apenas había visto en persona un par de veces-, por el que tenía un enorme respeto y admiración. ¿Para qué habría llamado Lineker? La sorpresa no iba a hacer más que agigantarse. “Diego Maradona me pidió que te llamara, quiere verte. Bueno, a vos y a Liam. Quiere pedirles perdón por algo”.

Noel quedó en silencio. En una misma oración, Lineker le estaba diciendo que Diego Armando Maradona lo quería ver para pedirle perdón por algo que él ni sabía y que tenía que juntarse con su hermano menor, con el que estaba peleado a muerte desde hacía mucho tiempo. Lineker pensó que la llamada se había cortado, hasta que un balbuceo le dio la pauta de que Gallagher estaba tratando de asimilar todo. Diego iría a Inglaterra por asuntos comerciales y no quería perderse la oportunidad de compartir una cena con los hermanos, de los pocos ingleses que respetaba. Tenía la espina de cuando los había conocido en una discoteca de Buenos Aires en el lejano 1998, cuando por un malentendido entre traductores los terminó echando la de la vip bajo amenazas de cagarlos a tiros. Eso sí, antes se habían sacado una foto muy linda que los hermanos se encargaron muchas veces de recortar para que al subirla a las redes no se viera al otro. Así de enemistados estaban.

Por supuesto que Gary, otro de los ingleses preferidos de Diego, iba a estar presente por amigo, hombre de fútbol y hablante de los dos idiomas participantes de la reunión. A Noel le seguían dando vueltas las imágenes de un Maradona buscando el perdón y un Gary Lineker intérprete, mientras pensaba en qué diría su hermano de todo el asunto. Si algo conocía de Liam, era que como futbolero y maradoniano podía dejar de lado sus diferencias fraternales por un rato. Le dijo a Lineker que se encargara él de llamar a su hermano, para definir el lugar de reunión. Con la misma amabilidad de siempre, Gary le sugirió un lugar neutral: su casa

Los hermanos Gallagher llegaron a la misma hora a la casa del ex delantero, con puntualidad inglesa. No se miraron ni se dirigieron la palabra, ninguno de los dos tocó el timbre hasta que vieron a Diego que los estaba esperando en el jardín y los abrazó a los dos visiblemente emocionado mientras hablaba en castellano cosas que no entendían. Gary Lineker abrió la puerta de su casa y los invitó a pasar a una sala en la que había un montón de camisetas y fotos de la época dorada. Se sentaron, los hermanos lo más lejos posible el uno del otro. Diego con una sonrisa de oreja a oreja y Gary dispuesto a cumplir su rol.


– Muchachos, me enteré de que están peleados entre ustedes y eso es algo que no puede pasar entre hermanos… es como dice el Martín Fierro, “los hermanos sean unidos, es esa la ley primera” ¿Lo conocés al Martín Fierro, ¿eh Gary? Explicales a los muchachos

 Well, guys, what Diego says is that he is very sad about you guys being estranged, he mentions that brothers have to be united. OK, I know you’re Citizens, no intentions about the “united” thing, but this is what the Martín Fierro says… Eso es un libro, ¿no, Diego?

– Claaaaro, Gary, es un libro tradicional argentino. Pero es tal cual lo que dice, es tal cual. Yo me muero si estoy peleado con Lalo o el Turquito, que son mis hermanos. Ustedes se tienen que dejar de joder, muchachos, piensen en sus viejos.

 

Liam y Noel seguían sin mirarse, pero por dentro les estaba pasando lo mismo. Admiraban profundamente a Diego, también a Gary, y no podían creer lo que estaba pasando. Como viejo centrodelantero, Gary Lineker nunca había participado tanto del juego como en esa ocasión. Pero tan bien lo hizo, que empezó a lograr que los hermanos se soltaran y la charla fluyera con el fútbol como nexo. No podían creer que Maradona les estaba pidiendo perdón, tampoco que se acordara de ese momento.

Tomaron champagne, comieron, fumaron habanos, Diego contó con lujo de detalles El Gol del Siglo y ellos le pidieron que contara La Mano de Dios. El Diez le pidió permiso a Gary con una sonrisa pícara llena de complicidad y se despachó contra Shilton, uno de sus ingleses menos preferidos. “Shilton es un boludo, ¿eh, Gary?”. Los cuatro hijos varones de Lineker ya estaban ahí sumados a la reunión, nadie se iba a perder estar al lado de Maradona y de los hermanos Gallagher. Uno acercó una guitarra y Diego se volvió loco, quería cantar algo con estos monstruos, aunque no supiera ninguna de sus canciones.

Emocionado, Liam Gallagher miró a su hermano mientras este tomaba la guitarra y le murmuró “¿Don’t look back in anger?”, Gary le dijo a Diego que quería decir “No mires atrás con ira”, Diego se emocionó y dijo unas palabras alusivas, los hermanos se abrazaron ante los aplausos de los presentes. Enseguida empezaron a sonar los primeros acordes que decían, sin decirlo, que Oasis estaba de vuelta. Sólo Diego podía lograrlo.

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