Por Julián Maciel (@JuliGranatee)
Las estériles y discordantes discusiones mediáticas que subsisten en torno a la aparición rutilante de las Sociedades Anónimas del Fútbol (S.A.D) en oposición a la cierta estabilidad que pueden ostentar los clubes en su rol socio-deportivo parecen tomar esas formas de debate cuando aparecen casos como los de Costa Brava.
Casos como este no ayudan en nada para una época en la que un magnate se ve como un bálsamo de frescura para una supuesta pobreza del fútbol argentino y no como un irresponsable serial que generó el odio totalitario en un gigante inglés como el Liverpool.
Durante las finales se presenció una mancha más en el campeonato, algo que lejos de parecer alguna anomalía se consolida como moneda corriente. Y eso es el punto más débil para un certamen que lejos se halla de ser de menor rango.
La justificación es sencilla. Se invita al lector a hacer un repaso por los diferentes integrantes que tuvieron su travesía por el Torneo Regional Amateur. Villa Mitre (Bahía Blanca), Ben Hur (Rafaela), Racing (Córdoba), Atlético Paraná, Sportivo Desamparados, Comisión de Actividades Infantiles (Comodoro Rivadavia), Guaraní Antonio Franco (Misiones), Altos Hornos Zapla (Jujuy), San Martín de Mendoza, y los salteños Gimnasia y Tiro, Juventud Antoniana y Central Norte son algunos de los variados ejemplos que se pueden mencionar.
En esta edición, en otra típica característica, se produjeron históricos ascensos. Algunos por regresar luego de mucho tiempo –Ben Hur con 15 años y Bartolomé Mitre con 30 años-, otros por transformarse en debutantes en el próximo Federal A. Gimnasia de Chivilcoy, que no queda exento a las polémicas, aunque sin la extravagancia de nuestro invitado especial, es uno de ellos.
Y el otro, como ya se lo mencionó, es Costa Brava. Y hacia allí se posan los lentes. Una rápida mirada a su historia cuenta que es una institución que se fundó un 21 de Agosto de 1932. Es decir, que camina a los 93 años de existencia.

Está anclado en una ciudad, como es General Pico, que divide su pasión en dos deportes; en fútbol, al Costero se suma la estampa constante que emerge desde el Barrio Talleres con el famoso Ferro Carril Oeste, su eterno clásico rival. Por su parte, la otra pasión se concentra, literalmente, en la Avenida San Martín. Allí, separados por una cuadra, el básquet se sumerge en otra enemistad civil conocida como “El Clásico de la Avenida”, que lo animan Pico Football Club y Sportivo Independiente.
Esta última institución se vincula al nacimiento del Albirrojo, al momento que deciden su mudanza hacia otro sector de dicha localidad. El Sector Este queda acéfala de una entidad que se dedique a la práctica del Deporte Rey, lo que deriva en su surgimiento. Como bien se explica en una nota del portal InfoPico, ese lugar está “caracterizado por su gente trabajadora, amable y honesta, el Club de sus amores al que brindaron trabajo, honradez y dedicación». Estos datos explican los pormenores pampeanos.
En la actualidad, se sostiene como uno de los más laureados en la Liga Pampeana de Fútbol (L.P.F) con 15 títulos locales. Comparte el primer puesto junto con Alvear F.C (Intendente Alvear). En esa misma línea, se adjudicó los últimos cuatro títulos domésticos de manera seguida. Arrancó su racha en 2021, en la que cortó una sequía de 17 años sin dar una vuelta olímpica.
En esta paleta de colores, lo acontecido en su duelo ante la CAI no hace más que reforzar esa estirpe ganadora, pero también solidifica y deja al desnudo que su logro más importante se ejecutó gracias a la generosa contribución de Marcos José Santos, el referí de ese encuentro.
Los vínculos con la política explican las razones del masivo repudio que se ocasionó el último 9 de febrero. Pese a los oídos sordos que pertinentemente se vivencia desde la calle Viamonte, no es mera coincidencia que el arribo al poder del actual gobernador de La Pampa, Sergio Zilotto, configura las sospechas en el seno de los diferentes contrincantes. O acaso alguien podrá caer en el ingenuo argumento de que en (casi) todas las series que definieron de local la designación del juez siempre llevó el nombre del citado Santos.

El mandatario peronista, identitario hincha de Costa Brava, se tomó el privilegio de gritar un gol en el medio de la transmisión del emparejamiento de Atlético Villegas y su club, a través de la plataforma de YouTube. Para darle más amplitud, Zilotto asumió en 2019. En 2020, por la pandemia de COVID, en un hecho altamente público, se suspendieron todas las competencias. Se reanudaron, con los protocolos sanitarios requeridos, en el 2021.
A partir de ese instante, el salto cualitativo que pegó la entidad fue notorio. Se trepó al escalón más alto en la L.P.F, como se argumentó anteriormente, con la conquista polémica de la promoción al Federal A. La frutilla del postre en apenas cuatro años.
La cadena se podría extender con la figura de Alicia Mayoral, actual vicegobernadora y madre del reconocido ex volante Marcos “Pampa” Gelabert, actual manager del primer equipo. En los últimos días, se volvió público un video de Gelabert protestando en un cotejo que disputó con San Martín de San Juan en el que a viva voz reclamó «que no lo afanen más» (sic). ¿Casualidad o causalidad?
Este endulzamiento viene a tapar un bache signficativo. En 2024, su acérrimo enemigo –Ferro de General Pico- perdió la categoría. Por tal motivo, La Pampa como plaza futbolística quedaba sin cupo en la susodicha competición. Este descenso representó un golpe al mentón. Por fuera de ambos, el último integrante provincial fue General Belgrano que no retoma desde hace 8 años.
En ese sentido, los flashes mediáticos se posaron sobre la Ruta Provincial N°1. Ante cada avance, una nueva polémica se asentaba sobre suelo firme. Lo que se presentía en la temporada anterior, en esta se empezaba a dar por hecho. No había forma de bajarlo a Costa Brava. Era número puesto en uno de los cuatros boletos disponibles.
En un imperdible hilo en forma de recopilación, el usuario de Twitter @CjdeFerro compiló todos aquellas incidencias que se volvieron tendenciosas para un solo bando. No se juzgó con la misma vara. De no cobrar un penal claro, en Punta Alta, ante Sporting (victoria por 4-3), hasta no sancionar con la expulsión al capitán Pablo Agüero en una dura infracción en la semifinal de Ida, en Olavarría, ante Ferro Carril Sud (triunfo por la mínima, por 1-0).
En Santa Rosa se echó directamente a un jugador de All Boys por una dura infracción. Sin naufragar mucho en el tiempo, el informe adulador en la final interregional ante los chubutenses es lo que mejor calza en estos contextos.
Las ternas arbitrales ocupan un papel preponderante: dentro del terreno de juego, como fuera del mismo. Si no, a preguntarle al lineman David Espinola y a Carlos Salinas, principal autoridad en la ida ante la escuadra olavarriense, el motivo de sus burlas hacia ellos. En continuidad a esto, desde el portal «De Rabona» alegaron censura mediante un comunicado, a raíz de la prohibición de una acreditación para la revancha.

Argumentos sobran para entender que un evento de tal magnitud se ve enmascarado en una trama como mínimo sospechosa. Parece ser algo novedoso, pero está lejos de eso. Las etapas relevantes inmiscuidas en una sensación de involución, de algo que parece estar situado en un lugar común y que, a pesar de los logros históricos a nivel selección, no surte el efecto deseado para dar una discusión racional que (re) vitalice el papel preponderante que tienen los miles de cuadros que mueven pasiones populares en nuestro país.
Al menos no embarrar la cancha innecesariamente en el plano real y en lo virtual que contradigan los ideales institucionales podría ser un buen rugido de estabilidad inicial.