#HistoriasDeFutbolYGuerra: Rino Della Negra, de gran promesa a mártir

Por Emiliano Rossenblum (@emirossen) 

 

Nacido el 18 de agosto de 1923, criado en París e hijo de comunistas italianos perseguidos por el régimen de Mussolini, fue evidente desde muy temprana edad que Rino Della Negra tenía un talento natural para el fútbol. Se dice -probablemente para agrandar la leyenda más que por rigurosidad histórica- que hacía 100 metros llanos en 11 segundos, y a esa capacidad atlética casi única le agregaba detalles técnicos que sin deslumbrar le alcanzaban para destacar como extremo derecho.

La JS Argenteuillaise fue el club que lo formó, aunque no había mucho que hacer; tenía una superioridad notoria sobre sus pares. El salto no tardó en llegar con destino al Red Star Olympique, equipo que hoy a duras penas se sostiene en tercera división pero en aquel entonces era uno de los más fuertes de Francia. Desafortunadamente, las cosas se torcieron rápido.

Era 1942. Plena Segunda Guerra Mundial, con París bajo control de la Alemania nazi. Y Rino deslumbraba a todos en sus primeros partidos con el Red Star, pero el servicio de trabajo obligatorio requería de su presencia. Dicho servicio consistía en mandar en contra de su voluntad a miles de franceses para que trabajen en Alemania (muy necesitada de mano de obra ante la cantidad de soldados que precisaba en los frentes), y a pesar que los trabajos forzados eran menos exigentes que los de los campos de concentración, las condiciones no eran precisamente sanas.

El joven Rino tomó entonces una dura decisión y se sumó al Grupo Manouchian, parte del movimiento FTP-MOI (que en español significaría “Francotiradores y partisanos de la organización Mano de obra inmigrante”). Solo 23 personas componían el Grupo, entre los que solo había tres franceses más; el resto eran extranjeros unidos por la lucha antifascista que huyeron de sus países de origen. Los pocos registros disponibles parecen indicar que nuestro protagonista llegó a jugar en el Red Star mientras participaba en numerosos atentados contra dirigentes o instituciones nazis bajo los seudónimos “Robin” y “Chatel”.

Fue el fatídico 12 de noviembre de 1943 cuando debía atacar un grupo de vehículos del gobierno que transportaban grandes cantidades de dinero. “Chatel” hizo lo que pudo, pero las cosas no salieron como deberían haber salido. Los efectivos de la Schutzstaffel (más conocida como “SS”, la policía nazi) alcanzaron a herirlo y sus compañeros no pudieron cubrir la retirada de urgencia. Rino fue apresado junto a los 6 integrantes del Grupo que lo acompañaban. En los siguientes días el resto también correría la misma suerte.

No se volvió a saber algo de él hasta el 21 de febrero de 1944, cuando envió dos cartas desde el cautiverio. La primera, escueta y dirigida a sus padres, contaba su inminente destino. La segunda, dedicada a su hermano menor, sí era más larga y sentida: “[…] Nunca había pensado en casarme, por eso nuestros padres están apenados; tenía la intención de terminar mis días con ellos. Puedes hacerme feliz ayudándolos lo mejor que puedas. Es tu turno. […] Dale un abrazo a todos los que conozco y envía saludos y despedidas a todo el Estrella Roja. […] Termino abrazándote muy fuerte, tu hermano mayor que aún te quiere. Rino.”

Horas después, con solo 20 años, el cuerpo de Rino Della Negra caía para nunca más levantarse. Fue ejecutado junto a sus colegas del Grupo Manouchian solo horas después de que un juicio lo condenara a muerte. El hecho fue presentado a la población como un ejemplo del supuesto buen camino por el que los llevaba el nazismo mediante el llamado “Afiche Rojo”, un cartel que pegaron hasta el hartazgo por todo París. Mostraba la cara de diez de los ejecutados (Rino fue excluido) resumiendo sus atentados y subrayando su condición de comunistas o judíos extranjeros. Se leía “Liberadores? Liberación por el ejército del crimen!”.

Así pasaron 60 años en el olvido absoluto, hasta que los mismos hinchas del Red Star recuperaron su historia. Y es que en las décadas siguientes la hinchada se había ido acercando al antifascismo, con un médico comunista llamado Jean-Claude Bauer como principal bandera (tanto así que hoy el estadio lleva su nombre). Hoy también hay una tribuna dedicada al joven que dejó el carril derecho de las canchas para luchar contra un gobierno que cometía atrocidades como pocas veces se vio en los últimos siglos. Admirable dentro y fuera de las canchas. Héroe y mártir. Rino Della Negra.

 

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