Por Lucas Jimenez (@lucasjimenez88)
Amistosos, Copa América y amistosos. El año calendario del seleccionado argentino masculino de fútbol arrancó torcido y en base a señales y confirmaciones se fue acomodando. Grupo fuerte que juega para su técnico y sumó el aporte de calidad y liderazgo de su 10 y capitán Lionel Messi.
“A tu suerte siempre restale una duda. A esa duda, una posibilidad. Si esa posibilidad se vuelve tan loca, esa es tu verdad”
Callejeros-Señales
12 minutos iban del amistoso contra Venezuela que marcaba la vuelta de Lionel Messi al seleccionado tras el mundial de Rusia. Tan solo 12 alcanzaron para que el Wanda Metropolitano nos recuerde los peores momentos del ciclo Sampaoli, que fueron casi todos. La selección no tenía ni rumbo, ni plan. Todos los amistosos del 2018 con Scaloni como técnico con la renovación de la alegría parecían no haber servido para nada.
Un pelotazo de Roberto Rosales desarticuló todo. Desnudó la mala conformación de la mitad de la cancha, la nula presión y el armado de una línea de 3/5 improvisada. El gol de Salomón Rondón y los errores en cadena del bloque defensivo pusieron en escena que nada firme se había preparado para la vuelta de Messi. Pero ante un error puede venir una corrección o una doble falta que es lo que ocurrió en el primer partido de la selección dirigida por Lionel Scaloni en 2019. Argentina terminó ese primer tiempo con línea de 4 defensores y 3 volantes por delante: Lo Celso de 8, Paredes de 5 y Tagliafico de volante interno por izquierdo. El entretiempo trajo más juego (de jugar no de elaborar) para una selección que ya era un juguete. Afuera Mercado, Lisandro y Pity Martínez. Afuera del equipo y de la selección ya que hasta el día de la fecha no volvieron a jugar y a ser convocados.
La selección se acomodó con 3 delanteros: Messi, Lautaro y Matías Suarez. Combinaron 1, 2, 3 veces. Messi tenía más opciones de pase hacia adelante y Suarez al ser un delantero con poco gol siempre actúa en pos de la jugada efectiva, el centro atrás suele ser su primera opción de resolución. Argentina estuvo cerca de empatar el partido. Pero Scaloni siguió probando y jugando. Afuera Lautaro y adentro Pipa Benedetto para jugar sus últimos y únicos minutos en la selección en el año. Un penal de Foyth anuló las chances de maquillar la vuelta de Messi con un empate. Fue 1-3 con Venezuela y la sensación de que si en Rusia la selección estalló en mil pedazos, 9 meses después Argentina seguía buscando partes por los escombros.
El amistoso siguiente ante Marruecos, Scaloni mostró en cancha lo que pensaba del presente del equipo. 4-4-2 rígido con Tucu Pereyra y De Paul como carrileros, doble cinco Guido Rodríguez-Paredes y a competir desde la actitud porque no sobra nada para animarse a algo más, ni contra Venezuela ni contra Marruecos. Así llegó la selección a la Copa América de Brasil. El amistoso previo en el país ante Nicaragua dejó algunos indicios para tomar nota. Lo Celso era el futbolista que más y mejor entendía a Messi, que si el 10 tenía 2 opciones de pase hacia adelante el equipo atacaba mejor, que Lautaro irradiaba ganas y vitalidad para refrescar la ofensiva y que Paredes seguía sin poder mostrar con la camiseta de la selección que podía ser ese 5 moderno en el que se transformó tras su paso por el fútbol italiano.
De todos estos detalles para el armado del 11 inicial contra Colombia en el debut, Scaloni solo tomó el de que Lo Celso no podía estar afuera del equipo. Pero lo hizo de una manera forzada porque antepuso su conclusión de la última gira amistosa de que Argentina no estaba para salir a atacar a Colombia. Entonces dispuso un 4-4-2 rocoso con Lo Celso de carrilero por derecha pegado a la raya, doble cinco Guido Rodríguez y Paredes y la vuelta de los históricos Di María y Agüero.
Otra vez un pelotazo, en este caso de James Rodríguez, y un golazo de Roger Martínez desnudó que Argentina eran nombres y apellidos tirados a la cancha sin ninguna idea que potencia a sus partes. De ese primer partido solo quedó como rescatable el ingreso de Rodrigo De Paul porque le agregó personalidad a sus intervenciones con la pelota en los pies.
Al partido siguiente con Paraguay salieron los históricos Di María y Agüero que se enteraron por la prensa, antes que por el técnico, que no iban a ser titulares. Hubo charla en el entrenamiento y reclamos que se viralizaron porque alguien pudo filmar la práctica. La selección era una encía sangrante que se hacía enjuague bucal con alcohol etílico. El único lugar que podía parar el sangrado era la cancha. Pero vino Paraguay y el equipo siguió jugando pésimo. Terminó el primer tiempo con Argentina perdiendo 1 a 0 y bordeando una eliminación papelonera en primera ronda de la Copa América. Entonces ya contra las cuerdas Scaloni tiró toda la dinamita a la cancha para buscar como en el potrero que juntando a los buenos las cosas se arreglen por inercia del destino.
Messi, Lautaro y Agüero juntos no pudieron hacer que un equipo roto y descosido juegue mejor pero aunque sea pudieron hacer que juntándose los tres ese equipo llegue alguna vez con peligro al arco rival. Generaron una ocasión que terminó en un penal de VAR y el empate. Pero a Scaloni otra vez le ganó el temor de ver los huecos que dejaba el equipo en el medio y sacó a Lautaro para poner a Di María. La cosa siguió mal. Penal para Paraguay y otra vez un equipo que hacía todo para volverse a casa en primera fase. Armani revivió al equipo con su atajada y mientras se llevaba su dedo a la boca pidiendo silencio, en el banco Scaloni se transforma en Roberto Arlt con una selección que era un juguete rabioso. “Podía hacer lo que se me antojara…Matarme si quería…Pero eso era algo ridículo…Y yo…Yo tenía necesidad de hacer algo hermosamente serio, bellamente serio: adorar a la vida.”
Al partido siguiente Argentina contra Qatar jugó con 3 delanteros: Messi, Lautaro y Agüero. Los últimos 2 metieron un gol cada uno. Paredes ya mostraba que podía jugar de 5 solo si había menos huecos que cubrir y el equipo era solidario y ordenado en la ocupación de espacios. Entró Huevo Acuña en el segundo tiempo a sumar sus características funcionales en pos del sistema en lugar de un Lo Celso que no podía desdoblarse en defensa-ataque por una cuestión de velocidad. Ingresó unos minutos Dybala a sentirse parte del equipo jugando de delantero suelto y asistiendo a Agüero para su gol de delantero top mundial.
De adelante hacia atrás la cosa se fue acomodando y Scaloni dejó de lado sus preconceptos para guiarse por las señales que le iban dejando cada partido. Argentina jugó los cuartos de final contra Venezuela con muchos jugadores que no habían sido parte del 11 inicial en el debut con Colombia. Ante la falta de un 4 que cumpla entró Foyth en esa posición, donde Pochettino ya lo había ubicado algunos partidos en Tottenham. En el medio Paredes se hizo dueño del medio y líder de la presión alta de 5 solo, a sus costados De Paul a la derecha con sacrificio y responsabilidades en el traslado de la pelota, a la izquierda Acuña. Arriba Lautaro a llenar de ganas y contagio a los viejitos piolas de Messi y Agüero que asumieron la conducción de la tropa.
Así se armo un grupo fuerte y un equipo competitivo. Que le ganó bien por 2-0 a la misma Venezuela con la que había perdido 1-3 tres meses antes en un amistoso y que se disponía a enfrentar al local y candidato Brasil por las semifinales. Ese encuentro la Argentina salió a esperar abrumado por un equipo que era más. Con las líneas bajas la selección siente la falta de un 5 con cultura de volante central desde sus inicios. Dani Alves fue desarticulando el bloque defensivo argentino y Brasil construyó un golazo para el 1 a 0 porque sí los buenos equipos arman buenas jugadas. Pintaba para un desfile brasileño.
Pero Argentina se aferró a lo construido y salió a mostrar los dientes en el partido. Messi, de flojo desempeño los partidos anteriores, acumuló intervenciones de calidad y fue contagiando al resto así como el resto lo había contagiado a él los partidos anteriores. Paredes llevó la presión bien arriba y el segundo tiempo Argentina salió a galopar a campo rival, puso contra las cuerdas a Brasil y solo le faltó el gol que confirme en los registros históricos, que ese día se dio cuenta que había vuelto a ser un equipo que compite con fundamentos. Brasil liquidó el partido con un gol polémico y la nube del VAR se llevó todos los comentarios de un partido que había dejado 2 conclusiones. La falta de gol del equipo y el salto de rendimiento que había dado con respecto al inicio de la copa.
Del partido del tercer y cuarto puesto contra Chile quedó la pelea Messi-Medel y sus posteriores expulsiones para que hagan postre las redes sociales. Antes de eso Argentina había jugado decididamente bien, juntando jugadores a través del pase, con variedad en la forma y nombres propios de los participantes en los ataques. Pintaba para un renacimiento con goleada necesaria para la salud. Fue 2-1 con el mejor Dybala vestido de celeste y blanco y Agüero mostrando sus dotes de goleador de la Premier League.
Hasta fin de año venían 6 amistosos, 4 sin Messi suspendido. Las listas de Scaloni siguieron siendo amplias. Parecía que seguían las pruebas constantes. Pero no, cada partido fue para darle continuidad a la base sumándole pruebas solo en puestos sin dueño o sin el titular por diversas circunstancias. Así los indicios se fueron haciendo certezas. Paredes y sus anticipos ya eran la principal razón que hizo que la Argentina de Scaloni ataque y juegue mejor. Los mejores minutos del equipo son porque él intercepta por lectura más rápido y más arriba para iniciar nuevos ataques. De Paul siguió asumiendo la responsabilidad de conducir con personalidad y la mejor noticia del primer amisto post Copa América partido con Chile fue Martínez Quarta que del riesgo hace una virtud. Como el primer Rama Funes Mori.
Después venía el buen México de Tata Martino y fue goleada 4 a 0 con repliegue, presión y contras letales. Los planteos camaleónicos de Scaloni siguieron variando pero con bases sólidas, los cambios ya no eran improvisación sino para incomodar al rival y potenciar virtudes propias. Así cada encuentro Argentina sumaba variantes y soltura a la propuesta. Cada partido consolidaba piezas nuevas de la renovación. Paredes mostraba que podía ser el 5 si su rol es de anticipo y presión y se transformaba en el mejor futbolista del ciclo Scaloni. El crack de la renovación es Lautaro. Con bajones y todo, el técnico le dio confianza y con México inventó un gol todo suyo y definió otros 2 en modo Animal. Hizo todo el recorrido en juveniles. Se pone la camiseta, juega y rinde. La selección es su casa. No necesitó proceso de adaptación como los Dybala, Lo Celso, Icardi.
Pero la grata novedad del amistoso con México fue poder ver, al fin, a Exequiel Palacios con la celeste y blanca después de lesiones y partidos en que no fue convocado porque River disputaba partidos decisivos de Copa Libertadores. Volante moderno y con potencial de elite. Juega de área a área y lo mejor de todo combina dinámica con creatividad. Fue una baja considerable para la Copa América. Pinta para el tercer elemento de ese medio que ya es derecho adquirido con De Paul y Paredes.
Seguían los amistosos sin Messi. Argentina por primera vez en el ciclo Scaloni se topaba ante un equipo europeo. El primer tiempo con Alemania recordó al principio del año por la mala conformación del 11 inicial. Pudo ser goleada en contra pero fue apenas 0-2. El segundo tiempo el DT corrigió y sacó a los 2 peores de la primera etapa (Rojo y Correa). Ajustó bien el cambio de sistema por características de los futbolistas. 3-4-3 con defensores rápidos para adelantar la línea en pos de ir a buscar bien arriba. El medio quedó mejor cubierto con 2 carrileros clásicos. El tercer acierto de Scaloni fue sacar a Dybala para poner un grandote que choque con los grandotes defensores alemanes y pueda rebotar pelotas. Alario y sus ganas contagiaron al resto. Alario y su gol (gran centro de Huevo Acuña) pusieron a Argentina en partido. Lo que vino después fue entrega con dosis interesantes de concepto de equipo. Tagliafico como stopper por izquierda olfateó dudas en la salida de Alemania y subió a recuperarla para dársela a Paredes que la soltó rápido en modo Entiendo todo. Corrida de Alario y gol de Ocampos para el 2-2 definitivo.
Después llegó la goleada contra Ecuador y la confirmación de certezas que ya habían asomado la trompa con Alemania. Huevo Acuña siempre rendidor, gran tirador de centros acumulando desbordes productivos. Como premio merecido terminó como capitán por primera vez en la selección. Alario aporta altura, pivoteo de espaldas bancando la marca y cabezazo. Características necesarias para completar un plantel que ya tiene a Aguero y Lautaro como titulares. Virtudes que no pudo mostrar Icardi cuando le tocó jugar antes que se trague las moscas verdes para el charlatán. El tercer jugador destacado de esa doble fecha fue Lucas Ocampos. Extremo que desnivela en el mano a mano y también tiene gol. Pasaron varios por ese puesto sin ser así de concretos en cancha. Pavón, Pity Martínez, Correa, Meza, por citar a algunos.
La última doble fecha amistosa contaba con la vuelta de Messi y Agüero para enfrentar a Brasil y Uruguay. Dos partidos pesados como previa a un 2020 con casi todos partidos por los puntos: Eliminatorias-Copa América-Eliminatorias. Fue 1 a 0 contra Brasil con gol de penal (que no fue) de Messi y ya Argentina tenía características que pasaron al status de virtud. Equipo solidario que cada partido da un pasito adelante hacia la consolidación. Tiene momentos que sin la pelota tambalea pero resiste y también liga. Equipo solidario cuya mayor virtud es la presión alta con De Paul y Paredes como banderas. Ahora también se animan al anticipo arriba los centrales y los delanteros molestan la salida. Equipo solidario que bien cerrado atrás mejoró el rendimiento de sus defensores. Equipo solidario que sumó a Messi con sus aportes y experiencia que se acoplaron a las características de la manada.
El último partido del año fue contra Uruguay. Argentina estuvo 2 veces abajo en el marcador. Nunca se rindió ante un rival top 10 del mundo. Scaloni ante rivales pares o superiores adapta nombres y esquema para incomodar. El equipo acepta el trato. Si presiona y recupera rápido y alto el equipo juega al ritmo de Paredes y se ve su mejor versión. Con las líneas bajas defiende mal. A veces se excede en el repliegue y queda a merced de un toque de calidad que exponga la mala manera de defender ciertos ataques.
Acuña mejora al equipo porque lo hace ancho y tira centros, bajos y altos, con criterio y precisión. Jugador Número 12 presente. Argentina llega al 2020 con algunas dudas puntuales y una certeza clara. Es un Equipo convencido, cambiante y unido que aporta la ley del segundo esfuerzo por creer en su entrenador.
¿Me gusta que se haya quedado en la selección cuando formaba parte del cuerpo técnico despedido? No ¿Me gusta que le hayan dado continuidad como técnico interino? No. ¿Me gusta que lo hayan ratificado en el cargo? Tampoco.
Nada de estas opiniones personales tienen que ser preponderantes a la hora de analizar lo que está haciendo la selección. Una cosa es opinar del pasado y otra del presente. La Argentina de Scaloni desde las semifinales contra Brasil hasta el final de año hilvanó 8 partidos entre buenos y muy buenos.
El primer capitán del ciclo Scaloni fue Nicolás Tagliafico en el debut del entrenador como tal contra Guatemala. Hace algunas semanas sintetizó de manera perfecta lo hecho y lo que vendrá. “Lo más importante es haber formado algo fuerte, que estemos unidos, y luego salir a competir. Después obviamente vamos a ir corrigiéndonos y perfeccionándonos, pero eso fue lo más importante, armar una base y de ahí arrancar.”
Competir, corregir, competir, ajustar. Ya pasó el tiempo de las pruebas y los cambios, llegó el momento de la evolución.