Por Julián Maciel (@JuliGranatee)
Este domingo, en el estadio de Belgrano de Córdoba, la Primera División conocerá a su último integrante de la próxima temporada. Lo que en un principio parecía ser de 28 elencos, hoy es una realidad de 30. Aquel Frankenstein de 2015 volvió a tomar vida, para convertirse en una monstruosidad cotidiana el próximo año. Tan real que asusta.
Pero, en este diciembre caluroso, esto poco importa. Y en la región cuyana, la temperatura sigue en alza. Como desde aquella noche cordobesa en la que Independiente Rivadavia consiguió retomar tras 41 años. Unos días más tarde, Deportivo Maipú no logró emular esa gesta al caer ante Deportivo Riestra en la mencionada provincia.
A la geografía no hay que restarle importancia. La caracterización de cábala no es exagerada. Viajar con destino a “La Docta” más que una travesía, se transforma en un posible y concreto intento de éxito para las escuadras mendocinas.
Y es por eso que Gimnasia y Esgrima de Mendoza no quiere ser ajeno a esa condición. Su intensa rivalidad, la distancia de escasos metros que los separa, el calor popular que ambos emanan no es lo único que podrían compartir. “El Lobo” intentará tener otro condimento en conjunto a su eterno clásico: romper con la larga espera de 40 años sin pisar la élite del fútbol nacional.
La Gloria, y no justamente por su bello cerro, es aquella cosecha que se quiere prolongar en suelo mendocino. De las pocas provincias que viven momentos dulces. A las nombradas Córdoba y Mendoza, habría que agregarle las recientes alegrías salteñas.
Intentar explicar la razón del arribo “blanquinegro” a este cotejo decisivo radica en dos fundamentos. El primero abarca su política de fichajes. No son rutilantes. Son silenciosas y algunas llegadas se consolidan en apariciones gratas.
Un ejemplo muy gráfico es el actual jugador de Racing –y campeón sudamericano- Santiago Solari. Los casos suelen ser variados: Brian Andrada, Patricio Cucchi, Rodrigo Castro, Leandro Ciccolini, Fernando Bersano, Pablo Palacios Alvarenga, Brian Olivera y Lucas Carrizo. Si pensamos en su actualidad, Maximiliano Padilla o el inoxidable goleador Luis “El Tanque” Silba fortalecen lo expuesto.
Sus inferiores también sientan las bases: Tomás Marchiori, Tomás Giménez, Nicolás Romano y Alexis Domínguez. Refuerzos y semillero explotados colectivamente. Algunos pegan el salto divisional en el ámbito nacional –e incluso- internacional con “Los Pitucos” como plataforma de crecimiento.
Y en ese progreso se asoma el segundo motivo de este presente: estar involucrados constantemente en etapas de definiciones no provocaría otra consecuencia que no sea estar a noventa minutos de hacer historia. Con la salvedad de la ventaja deportiva ante Estudiantes de Caseros (1-1), siempre tuvo que correr de atrás con elencos mejor posicionados.
Su andar fue contundente al cargarse a un –mediáticamente- peso pesado como era Deportivo Madryn (3-2 en el global) y sepultar las ilusiones, en Tucumán, de San Martín (1-0). Más que una casualidad, es una causalidad.
Pero hay otro contendiente con las mismas pretensiones. Ubicado a solo 174 kilómetros, se aproxima San Martin de San Juan. A diferencia de su oponente, se encontró en la lucha mano a mano con su homónimo tucumano, que tras superarlo en el Norte (0-1) encarrilló un sprint final furioso aunque no resistió los dos piñones recibidos. El último, justamente, ante el rival que se aproxima en el horizonte del Santo Sanjuanino.
La armada “Verdinegra”, con un roce más cercano en Primera División, tiene el objetivo de devolver al Barrio Concepción a los primeros planos después del descenso sufrido en 2019. Desde hace un tiempo considerable se posicionó como el referente futbolístico en su tierra y su promoción no haría otra cosa más que jerarquizar ese estatus, lo que tampoco es sencillo.
Con una plantilla que se reseteó íntegramente y el sostenimiento de algunos baluartes como Sebastián González o Nicolás Pelaitay, los orientados tácticamente por Raúl Antuña supieron construir una fortaleza en el Hilario Sánchez. Allí se deshicieron de Gimnasia y Tiro en primera instancia.
Más tarde, con un penoso arbitraje de Fabricio Llobet despidió a All Boys en una revancha cargada de polémicas. La ronda siguiente usufructuó del recurso de la ventaja deportiva para eliminar a un duro escollo como lo fue Nueva Chicago.
Atrás queda la recordada serie ante Huracán (2007) en la que selló un interminable regreso que tardó 37 años. Si de creencias se trata, la fe tendrá que estar más intacta que nunca: en 2011, en una histórica promoción condenó a un club insignia como lo era Gimnasia de La Plata a jugar en la Primera B Nacional. Sí, es la misma donde Belgrano generó un cimbronazo mundial al descender a River en el Monumental. ¿Será algún mensaje del destino? Surge un Gimnasia –aunque de otro lugar- y Belgrano como actores centrales.
Y si se quiere aumentar la expectativa, a tener en cuenta lo sucedido en 2015. ¿Qué pasó en ese instante? La Asociación del Fútbol Argentino dictaminó el incremento de participantes en la liga. Se pasó de 20 a 30 integrantes. Un cupo quedó en el Hilario Sanchéz al golear a Ferro. Una década más tarde vuelve a generarse esa ampliación. ¿Estarán nuevamente involucrados?
Bajo estos argumentos, con un contexto de pica inter-provincial que excede al plano deportivo, esta zona vivirá otra celebración icónica. No solo se pone en juego el orgullo regional sino el hecho de continuar un proceso memorable.
Independientemente del resultado final, el vencedor logrará que una entidad cuyana obtenga el segundo ascenso consecutivo. En ese sentido, si el festejo viaja a Mendoza será la segunda trepada al hilo de una entidad de ese lugar, además de sentarse en la mesa grande junto a su eterno enemigo y Godoy Cruz.
Barrio Alberdi será testigo de la despedida de algunos de ellos, y al mismo tiempo, de un certamen que edición tras edición nos regala nuevas narrativas que no hacen más que enaltecer la complejidad que conlleva disputarla.