«Un Mundial es algo increíble y te enorgullece como jugadora»

Entrevista con Yanina Gaitán, autora del primer gol en Mundiales de la Selección Argentina de Fútbol Femenino

Dentro de la historia del fútbol femenino en Argentina, Yanina Gaitán tiene, y debería ser aún más reconocido, un lugar especial. Es sin lugar a dudas una pionera, alguien que registró su nombre en dos grandes hitos: fue parte del primer torneo organizado por AFA en 1991 con un equipo de Yupanqui de alto vuelo – ¡y ella tenía apenas 13 años! – y convirtió el primer gol de la historia de la Selección Argentina en un Mundial reconocido por FIFA allá por 2003.

Se retiró muy joven, a los 31 años, por los mismos problemas que hoy, pese a la semiprofesionalización, aquejan a varias jugadoras: el fútbol no les alcanza para subsistir económicamente. Hoy su deseo principal pasa por cruzar del otro lado de la línea de cal en la que tanto se destacó: la entrenadora late y merece una oportunidad.

En La Pelota Siempre al 10 la entrevistamos y repasamos una trayectoria riquísima, al tiempo que nos exhibió su mirada sobre una actualidad con rupturas y continuidades respecto a esos primeros tiempos en los que desparramó su talento en diferentes canchas y con diferentes camisetas.

¿Quién es Yanina Gaitán? 

Deportivamente soy una ex jugadora. Jugué muchos años al fútbol, me inicié en Yupanqui, después pasé por River, Boca, San Lorenzo y Racing. Hoy por hoy soy entrenadora, soy directora técnica recibida, egrese en 2006 de la escuela de Mario Griguol. Trabajo en la docencia, soy profe de educación física y preceptora.

¿Cómo era el fútbol femenino en los 90 y qué diferencias y similitudes encontrás con la actualidad? 

Yo me inicié en el año 89, mis primeros pasos fueron en Yupanqui con grandes jugadoras donde aprendí muchísimo, era muy niña, tenía 11 años. Eran los inicios de lo que era el fútbol femenino, no había tanta visibilización, no había redes sociales, era muy reducida la gente que estaba al lado nuestro, que nos apoyaba, que nos alentaba y que nos seguían en la carrera. Después estuve en River, en Boca, de a poco se veía mas visibilización, salía en los diarios, en Crónica, había un canal de cable que se llamaba Siempre Mujer, incluso ahí estaba como relator el Goyco (por Sergio Goycochea), así que de a poco tuvo momentos de buena difusión, después no tantos.

Me acuerdo el Sudamericano 98 que se jugó en Mar del Plata, estuvimos un mes y también hubieron periodistas, un poco de cobertura, algo de apoyo pero no tanto como ahora. Hoy por hoy se ve el crecimiento, sobre todo en la parte social, los grupos feministas, la visibilización de las redes, se ve reflejado en lo social, hay muchas escuelitas, muchas nenas que quieren ser parte, que les gusta, que es algo normal como fue siempre, pero se está transformando eso y se está viendo a muchas desde edades tempranas, lo cual es maravilloso para una que fue jugadora y transitó los primeros pasos.

¿Siempre quisiste jugar al fútbol? 

Sí, desde niña. Me crié jugando al fútbol con mi hermano que me lleva un año y medio, casi dos. Y me crié en Papi Fútbol, recuerdo en su momento que lo llevaban a mi hermano a jugar, muchas veces me dejaban jugar, me anotaban y podía, y otras veces no, yo me quedaba con esa frustración, esas ganas de querer jugar y no podía por ser nena. Una siendo tan chica lo sentía, yo toda la emoción por querer jugar y muchas veces te ponían el no, “sos mujer y no podés jugar”, quedabas relegada. Pero sí, desde muy chica era mi mejor juguete la pelota.

Muchas de las que jugaron hace un tiempo como vos, en general suelen transmitir una sensación de que se sentían solas, como que eran la única que jugaba y alrededor no había nadie más, ¿te pasó algo así? 

Sí, me pasó. Vuelvo a reiterar, me crié con mi hermano, con amigos de mi hermano jugando al fútbol, y cuando la primera vez que mis papás me llevan a entrenar a un club femenino yo estaba feliz de la vida porque dije “hay otras chicas que también juegan al fútbol”, era algo maravilloso. Me llevaron a Yupanqui y ahí estaba feliz de la vida, ya me sentía parte de un grupo, ya me sentía que no era yo sola la que jugaba al fútbol, no me sentía excluida, no me sentía tan como “rara”, en la calle cuando jugaba con mis amigos o mi hermano la gente me miraba jugar al fútbol y parecía algo raro. 

Evidentemente es una sensación muy compartida, quizás hoy debe pasar menos, porque lo que se nota es que a pesar de que puede haber un montón de cosas que siguen siendo iguales, la diferencia es que se expandió un poco el deporte, para una nena es algo más “normal” hoy jugar al fútbol, antes se veía como algo excepcional…

Tal cual, al tener la visibilización, que es muy importante, de ver que hay jugadoras, que está la Selección, que hay equipos femeninos en los clubes grandes, que puede practicarlo la mujer tanto como lo hace el hombre, como lo hizo el hombre durante muchos años.

¿Cuál es la situación hoy de Yupanqui, que fue uno de los equipos pioneros del fútbol femenino cuando la AFA empezó a organizar los torneos? 

Hoy por lo que sé no está armado en cancha de 11 y sería lindo que resurgiera y se pueda armar un buen plantel, un buen equipo, por la trayectoria que tiene Yupanqui, fue uno de los grandes equipos, uno de los que participó del primer torneo en el año 91, con grandes jugadoras y esa trayectoria creo que no se tendría que perder.

Convertiste el primer gol de Argentina en un Mundial reconocido por FIFA en 2003 (fue en el 1-6 contra Alemania en aquella cita). ¿Qué sentiste al hacer ese gol? 

Orgullo y emoción. No es fácil llegar a competir a nivel élite. Un Mundial es algo increíble y te enorgullece como jugadora. Una, como las demás, sabe lo que dimos para llegar hasta esa instancia y la verdad es que uno siente orgullo y me emocioné mucho. Las veces que lo veo o lo menciono me emociona también y es algo que siempre, como digo, estoy agradecida a Dios porque creo que él ve todo y por algo me tocó a mí, es orgullo.

Además de ese gol, ¿qué otros elegís a lo largo de tu carrera? 

Con River haciéndole un gol a Independiente en cancha auxiliar de River, en Boca contra Racing, y quizás instancias importantes también, en cancha de Ferro con River contra Racing que ganamos y salimos campeonas, en Racing un gol olímpico a Boca en Casa Amarilla, en cancha de Vélez para la Selección en el repechaje del 98 – que quedamos eliminadas – un gol de penal contra México para empatar parcialmente el partido.

Yendo a la comparación entre ese 2003 con 3 goleadas en contra y este 2019 de resultados más parejos pero aún lejos de las potencias, desde tu óptica de ex jugadora y ahora entrenadora, ¿vos qué crees que necesita Argentina para lograr un mayor grado de competitividad contra esos equipos y que por ejemplo se pueda soñar con pasar una primera ronda? 

Yo creo que es fundamental, más allá de la parte física, la parte psicológica de las jugadoras, es fundamental la motivación, que la jugadora sepa que también puede, que crea en su rendimiento, en sus condiciones, que crea en el equipo y que se anime. Siempre hubo gran plantel, buenas jugadoras, buena táctica, buen pie, el tema es plasmarlo en el campo de juego, que cada jugadora esté convencida de que se puede mejorar, de achicar brecha, de poder jugarle, no todo el partido pero sí en momentos, de igual a igual a una potencia, de saber cuándo cuidarse y cómo cuidarse y eso depende de la personalidad y la parte psicológica de cada jugadora.

Si tuvieras que elegir una jugadora del momento en el que vos jugaste, que admirás, que hayas enfrentado o jugado con ella. 

Jugué contra Mia Hamm, contra Marta. Y de acá, de mis inicios a Mirta López, de River Karina Morales, de Boca Clarisa Huber que sigue jugando hoy en día, Fabi Vallejos, Mariela Coronel. Y futuras jugadoras que veo que tienen potencial, (Dalila) Ippolito, (Mariana) Larroquette, son jugadoras que tienen para darnos muchísimos.

¿Por qué te retiraste? 

Me retiré porque realmente necesitaba trabajar. Quería seguir progresando, estudiar y no me daban los tiempos. No era redituable económicamente el fútbol más allá de que obviamente es mi pasión y siempre di hasta donde pude.

¿Sentiste que un par de años más podías jugar? 

Sí, me retiré muy chica, a los 31 años. Tuve etapas de idas y vueltas por trabajo generalmente. A los veintipico dejé, después del Mundial estuve un año más y renuncié a la Selección porque necesitaba trabajar. Quizás uno pone en la balanza y a veces hay que elegir otras cosas que cree uno que en su momento es lo mejor.

En estos tiempos, sobre todo a partir de 2015 empezó a crecer lo que uno puede denominar una “ola feminista”, ¿cuál es tu relación con el feminismo? ¿Te definís como feminista? 

Me interesa el tema del feminismo, todavía no estoy muy empapada en el tema ni abocada, pero por lo que veo, lo que estoy escuchando, me interesa y comparto muchas cosas, sobre todo la igualdad, que la mujer pueda ocupar distintos espacios en cualquier ámbito, en este caso en lo deportivo que falta y mucho, hay que trabajar bastante. Apoyo el tema del feminismo porque hay mucha desigualdad, nuestro país es muy machista, en el fútbol hay muchos sectores que todavía la mujer no ha logrado, un gran ejemplo son las entrenadoras, hay muchas entrenadoras mujeres, sin embargo el torneo femenino está dirigido por mayoría de entrenadores varones, solamente 3 entrenadoras hay en la A, el resto son todos hombres, que quizás algunos ni son recibidos o no han tenido experiencias mínimas y dirigen a un grupo de mujeres. Creo que hay otras ex jugadoras, me incluyo obviamente, que tenemos experiencia, conocimiento y podemos manejar grupos, y no tenemos la oportunidad.

¿Por qué buena parte de los medios cuando hablan de las jugadoras se enfocan muchas veces en las historias de vida – romantizando incluso algunas situaciones – de ellas en vez de hablar de cómo juegan, de qué posición tienen en la cancha, estadísticas? 

Porque realmente quizás no están informados, quizás no se tomaron el trabajo de interiorizarse bien, de preocuparse bien por la trayectoria de la deportista, y hablan de otros factores. En el Mundial de Francia he notado que ni siquiera supieron que había goles de Argentina en otros mundiales, en 2003 el mío, en 2007 el de Eva González, decían que no se había convertido ningún gol en un Mundial, y eso para una, con todo lo que pasó, era indignante, por el esfuerzo mío, de mis compañeras, y mismo la camada de la primera Selección que poco y nada se dice.

 

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