Por Belén Grillo (@belgrillo_)
Tras once fechas transcurridas en la Liga Profesional de Fútbol, Atlético de Tucumán sigue siendo el único puntero, invicto y equipo menos goleado (3), obteniendo un balance de siete victorias, cuatro empates y cero derrotas. Los últimos cinco partidos los ganó.
Por eso mismo, y pese a que se trata de un torneo largo, Atlético se posiciona de otra manera, a priori, para lo que resta del campeonato, sin dejar pasar que había comenzado 26° entre 28 en la tabla de promedios y en la actualidad no solo su realidad es distinta (está 19° entre 28) sino que estaría clasificando a Copa Sudamericana.
Poco se habla de la idea que ya se ha consolidado en un equipo con perfil bajo, sin grandes estrellas, sin tener un mercado de pases ruidoso (siendo 8/28 en menor valor del mercado según Transfermarkt) pero con la combinación de jugadores expertos que fueron recuperados luego de estar lejos de un buen nivel, jóvenes promesas del club y una noción colectiva del juego que suma individualidades. Priorizan el orden del equipo en todas las jugadas, y anteponen e incentivan una fuerte competencia interna.
La fortaleza de Atlético Tucumán
En la fase defensiva colectiva se encuentra su mayor fortaleza: solo Colón, Godoy Cruz y Lanús han conseguido perforar la portería del veterano Carlos Lampe, lo que los lleva a sumar la ínfima cantidad de tres goles encajados. El equipo menos goleado de la liga.
Pero no solo es la jerarquía del histórico arquero boliviano, sino que Pusineri ha sabido afianzar un bloque firme y cómodo sin la pelota -es el 4to equipo que menos posesión promedia en la LPF según SofaScore- que se adapta y modifica según la idea de juego del rival, teniendo en cuenta si es un equipo que suele ser protagonista y ataca constantemente o si se enfrenta a rivales que ceden la posesión y el terreno.
En Bruno Bianchi, marcador central derecho, también cae gran parte de la culpa de los pocos goles concedidos, y es que el defensor de 33 años es ya un fijo para Pusineri. Asimismo, el lateral Martín Garay, quien también puede desempeñar el papel de extremo, es otro de los que está rindiendo a un excelso nivel tanto en los duelos individuales como para conducir e intentar buscar una pared por dentro para centrar el juego, algo que prioriza el equipo como bien se ve en las imágenes.
De igual manera, un patrón repetido en la organización defensiva es la toma de marcas personales. Siempre se ordenan en un esquema 442 sólido y con el fin primario de cerrar espacios interiores con el apoyo constante de los delanteros en esas funciones en conjunto con los mediocampistas para obligar al rival a jugar por las bandas, donde mejor desarrolla la presión al poseedor y receptores cercanos.
En esa instancia, si el central salta a presionar al extremo rival, el lateral cubre su espalda para perseguir y tapar al rival que haga la ruptura por dentro. Si no, suelen ser los laterales los que toman al extremo rival cuando ataca y los volantes laterales persiguen al lateral, sin importar la distancia y movimientos que recorra, teniendo como tarea primaria la marca al hombre.
Los delanteros, en defensa, tapan el primer pase y el juego interno con el volante central, sobre todo contra equipos que priorizan la salida de abajo. Solo en ocasiones determinadas dependiendo el rival/momento del partido cuando el equipo rival se adelanta en el terreno, se sueltan a presionar al defensor poseedor del balón, donde además son acompañados por alguno de los mediocampistas para hacerlo en superioridad y para lograr la recuperación y transición rápida.
Y aunque suele ser un aspecto en el que destaca y mantiene la concentración durante la mayor parte de los partidos, también tiene algunas debilidades que varios equipos (Godoy Cruz, Independiente) han sabido explotar y sacar a su favor para desarmar.
El bloque de Atlético Tucumán concede 2 ventajas: en primer lugar, las recepciones a espaldas del doble 5, sobre todo de Carrera cuando es atraído a presionar con los delanteros, y por otro lado, aunque con menos frecuencia y mayor dificultad para el rival, es el cambio de orientación, ya que los volantes externos descuidan demasiado el lado opuesto y al bloque en algunas jugadas no le da tiempo a bascular.
La salida y creación:
El equipo de Pusineri prioriza la salida de balón desde los pies de Lampe, que además tiene el plus de hacerlo muy bien tanto en corto como en largo, y los dos centrales bajos acompañando. Mientras tanto los laterales dan la amplitud pero también se mantienen bajos y uno de los mediocampistas centrales (Acosta) retrocede para formar un rombo. Los volantes laterales se cierran casi como interiores y los delanteros se posicionan en diagonal para fijar por dentro a los defensores centrales rivales.
La principal búsqueda a nivel colectivo, a diferencia de otros equipos, no es estirar a lo ancho al rival sino alargarlo, intentando a través de los constantes ataques interiores que sean los delanteros los que rompan con diagonales hacia afuera a los espacios generados. Por esa razón, en algunas ocasiones, si el rival se encuentra adelantado, busca la salida en largo desde Lampe buscando a los delanteros mano a mano.
En la generación de juego, si bien busca la verticalidad y una transición a dos o tres toques, con velocidad, tiene grandes intervenciones y controles y pase de primera, siendo su capitán, Acosta, quien está presente en cada una de las pocas secuencias que puede encadenar el equipo y es clave con pases hacia delante, retenciones y segundos con pelota.
A esto se le suma la importancia de Ciro Rius en todas las fases, para recuperar la pelota en el medio y salir jugando. Es el que más desborda por la banda derecha y busca sociedades constantes y paredes con el lateral (Garay) para llegar al último tercio con pelota o con desmarques. A pesar de que es un equipo que promedia pocos centros por partido (según SofaScore está 19° entre 28 en equipos con más centros) su volante externo es el que mayor cantidad completa.
Transición y finalización
Siguiendo con el centro del campo hay dos jugadores que se destacan por distintos aspectos. En primer lugar, Joaquín Pereyra, el más creativo del equipo, es el que junta jugadores con pases interiores y resuelve fácil en espacios reducidos, partiendo de izquierda en la estructura ofensiva pero aportando pausa cuando aparece por el carril central o en la zona intermedia ya sea dando pases claros, asociándose o exhibiendo su gran zurda.
Es el máximo asistidor del equipo (2), el que más pases clave por partido completa (2) y contribuye constantemente defensivamente, siendo el jugador que más barridas promedia por partido (3). Según Footballdatabase sin él en cancha las derrotas de Atlético Tucumán aumentan de un 27% a un 40%.
Por otro lado, y tal vez el más destacado para llevar a cabo las transiciones ofensivas y sobre todo finalizar es Ramiro Carrera. Se suele juntar en la medular con Acosta o Gil Romero, pero tiene como característica principal atacar el área rival cuando Atlético tiene la pelota, leyendo cuando la jugada pide pisar y rematar desde adentro o intentar el remate de afuera del área.
A sus 28 años, el de Tolosa está siendo vital en ataque, donde ya suma cuatro tantos, una asistencia y lidera la punta de jugadores del equipo que más rematan por partido (2.8 según SofaScore).
Finalmente, en ataque la principal referencia es Augusto Lotti –siendo el delantero que más goles ha facturado (2) junto con Ruiz Rodríguez, en un equipo donde la influencia de la finalización es de los mediocampistas- y los delanteros tienen dos funciones principales: la de fijar a los centrales y la de generar rupturas con diagonales hacia afuera para atraer a los rivales y generar los espacios a los volantes llegadores.
Atlético Tucumán es un equipo que con pocos pero precisos aspectos tácticos puede tener el control de los partidos durante los 90’ y genera a los rivales frustración por tener la posesión sin poder quebrar su sólido sistema. Según SofaScore, es el 8vo que más remata por partido (13 disparos) y el 4to con más intercepciones 12.3, por lo que se refuerza el concepto de un equipo que encuentra la comodidad sin la pelota, y en pocas ocasiones puede generar mucho peligro, entendiendo todo el tiempo qué hacer. Un equipo con todas las letras.