Independiente y la colecta Maratea: lo bueno, lo malo y lo feo

Simpatizantes e hinchas del Rojo afrontan responsabilidades eludidas por la dirigencia ¿Qué expresa este fenómeno sobre la actualidad del fútbol?

Por Augusto Dorado (@augustodorado)

En estos días la noticia más impactante del fútbol argentino es la cuantiosa afluencia de aportes a la cuenta que abrió este jueves 27 de abril el influencer Santiago Maratea con el fin de recolectar fondos que permitan afrontar deudas adjudicadas al Club Atlético Independiente por un total de u$s 22.817.087.

Apenas 24 horas después de anunciada en la sala de prensa del Estadio Libertadores de América Ricardo Bochini ya acumulaba más de 471 millones de pesos y las emotivas historias de vida cotidiana de hinchas que evidencian amor y esfuerzo por hacer sus aportes (como el nene que pidió vender sus botines para donar toda su plata) pueblan las pantallas. Una auténtica marea roja.

Y no solamente roja porque simpatizantes e hinchas de otros clubes también hicieron aportes voluntarios a modo de solidaridad con una institución no privada que lucha por evitar la injerencia de empresas y sociedades anónimas en su destino.

Pero bajo esa marea roja subyacen también dudas, incertidumbre, inquietudes por el futuro de Independiente y las potenciales deficiencias que podría tener esta metodología de un fondo en un fideicomiso manejada por una persona ajena al club (aunque se reconoce hincha y demostró ser socio). De ese fondo un 5 % tendrá como destino “gastos administrativos de la cuenta” en concepto de asesores, comisiones de la plataforma Mercado Pago del también hincha Marcos Galperín (¿habrá donado 4 mil pesos al menos?) y para el mismo Maratea.

En un clásico del cine del director Sergio Leone, un cazarrecompensas, un asesino a sueldo y un ladrón confluyen fortuitamente en la búsqueda de un botín de 200.000 dólares en monedas de oro del cual no tienen demasiadas precisiones. Algo similar a cómo son y cómo se relacionaron con Independiente varios de los “acreedores” que reclaman pagos incumplidos.

Igual que en esa obra cumbre del género spaghetti western llamada El Bueno, el Malo y el Feo, acá también hay oportunistas y delincuentes que aún sin saber si realmente había un botín firmaron contratos con la irresponsable dirigencia de diversas comisiones directivas del Rojo de Avellaneda en las últimas décadas.

Este 2023 encuentra al club padeciendo inhibiciones que dificultan mucho su desempeño deportivo y esta situación sin salida aparente empujó al esfuerzo desesperado y noble que ahora realizan las y los hinchas. Veamos qué es lo bueno, lo malo y lo feo de todo esto.

Lo malo

Una parte considerable de la deuda tiene dudosa legitimidad. Y cuanto más se hurga, la duda se despeja rápido para develar un compendio de estafas. En el listado público de acreedores aparecen en su gran mayoría entidades, intermediarios o futbolistas que no terminaron de cobrar lo que se había pautado en sus contratos.

Un primer problema es que no están a la vista de todo el mundo cómo son esos contratos, quiénes los firmaron, qué cláusulas contenían. Así podemos encontrar desde la fortuna que reclama el América de México por el pase del inocuo Cecilio Domínguez (más de 5 millones de dólares), otros 4,8 millones por Gonzalo Verón (que venían en el “combo” América), pasando por los 2 millones de dólares por la llegada de Iván Marcone adeudados a la sociedad anónima encabezada por el empresario y representante Christian Bragarnik que maneja el Elche español.

Como era de esperarse, Bragarnik no se encuentra entre las personalidades del mundo del fútbol que tenga ningún gesto solidario con Independiente pese a que hizo incontables negocios durante las gestiones de Moyano. Pero algunas “deudas” hacen todavía más ruido que estas en las cuales los principales beneficiarios son intermediarios con nombre y apellido (el hombre fuerte de los negocios con el fútbol mexicano y el América Nazareno Marcollese en los casos de Cecilio y Verón, Bragarnik en el caso de Marcone).

Hay acreedores muy peculiares que se acercan menos a la definición de entidad y más a la de ente (“lo que existe o puede existir”): Permode S.A. reclama casi 370 mil dólares por el jugador Edgar Elizalde, que actualmente integra el plantel que dirige Zielinski. ¿Qué es Permode S.A.? Difícil determinarlo. Apenas el sitio especializado en finanzas Bloomberg arroja que se trataría de un fondo de inversión.

¿Con inversiones en qué? No se sabe, pero entre esas está Elizalde. ¿Quiénes son los titulares de Permode S.A.? Menos se sabe. ¿Cuál es el sitio web de Permode S.A.? Pues evidentemente no “invirtieron” en algún dominio porque no tienen página de internet.

Parte de lo que reclama este ente (“que podría existir”… o no) es en concepto de “derechos de imagen” de Edgar Elizalde. No muchas personas conocen la cara del uruguayo lateral izquierdo, con lo cual le acercamos al público lector una foto del futbolista por el cual también el club italiano Pescara le reclama a Independiente otros 400 mil dólares. ¿Por qué tiene derechos etéreos Permode cuando es Pescara el que vende al jugador?

Algo parecido sucede con la misteriosísima Masterdraft S.A. que exige 700 mil euros por Roberto Battión (¡¡Battión!!), un jugador con paso por el Rojo entre 2010 y 2013 arribado bajo la gestión de Julio Comparada. De aquella etapa fue parte el actual secretario de Relaciones Públicas e Institucionales Luciano José María Pagola, quien al igual que el sindicalista Ricardo Cirielli no están en Cambiemos.

Pagola tuvo una función ejecutiva en la Jefatura de Ministros del Gobierno Nacional cuando estaba a cargo Santiago Cafiero en 2020. No todo es PRO en la actual Comisión Directiva que ahora encabeza Néstor Grindetti y dirige políticamente Cristian Ritondo.

Aunque no se le puede achacar a Luciano Pagola gran responsabilidad en el negociado de 2010 por Battión (era apenas vocal suplente), sí podría aprovechar que ahora está a cargo de RRPP e Institucionales para investigar a la fantasmática institución Masterdraft S.A., al menos recurriendo a sus compañeros de CD en los años comparadistas.

Lo feo

Desde Federico Mancuello a Sebastián Rambert pasando por Néstor Clausen, Tagliafico, Pellerano, el propio Pepé Santoro que puso la cara y el cuerpo para la colecta o figuras de renombre de otros clubes como el mismísimo José Chatruc (campeón con Racing 2001), todos estuvieron a la altura de la situación con sus nobles actitudes. Y eso combinado con la fenomenal muestra de amor propio de hinchas anónimos que transfieren plata contrasta con el limbo en el cual están zafando los actuales dirigentes.

Algunos son corresponsables del desastre por haber sido parte de las gestiones de Comparada, Cantero y especialmente Moyano. Pero incluso los que no participaron de aquellos gobiernos asumieron el actual enarbolando a una “figura” floja de convicciones como resultó Fabián Doman y con un discurso de asegurar “inversores” para sanear las finanzas del club. No apareció ni un kiosco. Cualquier similitud con la “lluvia de inversiones” macrista no es pura coincidencia.

La irresponsabilidad exhibida en este momento pasó a un segundo plano por la efervescencia de la gesta de hinchas al rescate, pero en algún momento tendrá su costo político. También es feo el panorama en el marco de la incertidumbre económica por los sacudones del dólar: el objetivo de recaudar esos 22 millones de moneda estadounidense se va alejando a medida que se dispara su cotización.

Tampoco está claro que el fideicomiso pueda lograr la autorización del Banco Central para cambiar lo recaudado a valor oficial ¿Y si al Central se le ocurre una cotización diferente o implementa una nueva (“dólar fútbol”) por encima del oficial? En ese sentido queda anhelar que los fondos se desvaloricen lo menos posible.

Lo bueno

Sin embargo lo más importante, lo mejor de todo esto, está en el plano de lo simbólico, algo sustancial cuando se trata de una actividad social y cultural que moviliza valores y sentimientos como es el deporte: la movida de recaudar de forma independiente (aunque tutelada por Maratea) es percibida como un gesto de autosuficiencia de las y los hinchas. La parcialidad organizada y solidaria supera a la dirigencia.

Se hace el esfuerzo para que el club “siga siendo nuestro”. Que no pasen ni la propiedad ni el poder ni a una empresa ni a un jeque qatarí. Que no quiebre, que no perdamos patrimonio. Nosotros desde abajo defendemos lo que es nuestro. Es un mensaje muy poderoso y bueno sería que se desarrolle todavía más.

La masa de personas asociadas e hinchas tienen que tener el derecho de conocer cada detalle de los contratos que firmó, firma y firmará la dirigencia de un club como Independiente. Deben contar con mecanismos que le permitan vetar medidas y revocar dirigentes si algo no funciona. El estatuto social de un club amerita ser modificado y actualizado para darle poder a quienes realmente están demostrando quererlo y defenderlo incondicionalmente: su gente.

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