Por Federico Madeo (@federicomadeo_chess)
Vera Menchik nace en Moscú el 16 de febrero de 1906, pero su historia ajedrecística comienza en Hastings (Inglaterra). Allí toma clases con el Maestro Geza Maroczy, quien tenía una sólida base técnica y la acompaña en un ascenso increíble. Sus logros, completamente novedosos para una mujer en esa época, hacen que gane notoriedad a nivel mundial con suma rapidez.
Los avances fueron tan asombrosos que en el año 1927 derrota por el Campeonato del Mundo a la jugadora alemana Sonja Graf, y la inmensa superioridad que mostraba le valió paraser invitada al Torneo de Carlsbad 1929.
Algunos se molestaron con la idea de incluir a una mujer en el torneo. Entre ellos estaba el ajedrecista Albert Becker, quien crea el “club de los deshonrosos”: una categoría para englobar a todos los hombres que perdieron contra ella. Él fue el primer socio y se fueron sumando hasta llegar a 41, con nombres del nivel de Max Euwe, Samuel Reshevsky, Khann, Mieses, Thomas o Reyardid.
Justamente contra Thomas juega una partida brillante de blancas, resuelta en 24 jugadas: https://www.chessgames.com/perl/chessgame?gid=1224235
En el ámbito femenino Menchik va a defender su título contra Graf en 1934 y 1937 en matches individuales, así como también en las seis Olimpiadas femeninas que se desarrollaron durante la década del ’30. En todas esas competiciones que tenía el título en juego ganó 87 partidas, empató 11 y perdió solamente 4.
En 1938 empata con Miguel Najdorf, emblema de nuestro ajedrez. Este le propone tablas en 27 jugadas. Ella le dice que él era un joven que jugaba muy bien, a lo que el gran Don Miguel refiere a que igual no le pudo gana. Vera le responde: “No perder conmigo ya es suficiente.”
Un año después Buenos Aires la recibe para el Torneo de las Naciones, que incluía a la Olimpiada Femenina. Vera Menchik jugaba como representante para Inglaterra y ganó el Torneo. Es la última de su equipo en volver a Europa, ya que el resto de sus compañeros se unieron al matemático Alan Turing en el trabajo del descifrado de los códigos nazis de la máquina Enigma.
Capablanca declaró sobre ella: «Es la única mujer que juega como un hombre”. Es una frase que implicaba un gran respeto en aquella época pese a que hoy no suene muy bien. Llegó a tener 2600 de ELO esta brillante ajedrecista.
Su final lamentablemente fue trágico: muere en Londres el 27 de junio de 1944 junto a su hermana y su madre al caer un misil V1 nazi en su casa. Desde 1957, la FIDE determinó que quien ganase la Olimpiada Femenina recibiría la Copa Vera Menchik.
Para más información revisá el canal de Youtube del autor (que además de ajedrecista es periodista y árbitro regional en dicho deporte), donde habla de esta y muchas otras ajedrecistas: https://youtu.be/y0ZzxvqsHo0?si=tZ_DPdeghxh6Hvph