La pelota siempre a Ben 10

Hace meses que las cosas están cambiando por La Plata: hay un pibe que aprendió muy rápido a conducir el juego de Estudiantes..

Por Lautaro Segura (@seguralautaro)

“Dénsela a Rollheiser”, gritó un plateísta de Estudiantes ubicado en la tribuna 55 del Estadio Jorge Hirschi. Esa frase, tan simple, resume a la perfección lo que ha generado Benjamín en un puñado de meses con la camiseta albirroja: la sensación que de su zurda puede destrabar un partido con una gambeta, una asistencia o un remate desde fuera del área que viaje sin escalas al ángulo.

Ben10, como lo llaman los fanáticos del Pincha en las redes sociales, es un jugador con estilo de potrero que posee las condiciones necesarias para seducir a los gigantes de Europa. Es el famoso “diferente” del equipo, quien muestra un talento con la pelota en los pies que sus compañeros y mayoría de rivales no tienen. Por eso, en momentos donde las papas queman, desde las gradas piden que le den la pelota (porque, claro, la pelota siempre al 10).

En marzo de este año Estudiantes perdió un clásico platense después de 13 años (1-2) y la imagen de la derrota quedó representada en Rollheiser, que se quedó sentado en el suelo en el inicio de la jugada del primer gol de Gimnasia. No fueron pocos los que en la tuitósfera albirroja pidieron su cabeza y le exigieron a Eduardo Domínguez, recientemente llegado al club, que lo siente en el banco de suplentes por su supuesta falta de actitud. 

Pero el entrenador hizo caso omiso a esas voces y respaldó al “10”. Benja se lo retribuyó con creces. Quedó en claro que el creativo de 23 años necesitaba confianza, además de haber superado un período de adaptación que muchos futbolistas necesitan cuando llegan a una nueva institución. Cuando todo se acomodó, demostró qué clase de jugador era y transformó murmullos en ovación.

Soltarse es la clave

Hasta el 24 de abril pasado solo había marcado 2 goles en su carrera como profesional, uno con la camiseta millonaria en el Trofeo de Campeones 2021 y otro con la del León en la Liga Profesional 2023. Desde aquel golazo a Talleres en La Plata se destapó: 12 goles en apenas cuatro meses, además de otras 3 asistencias. Las pelotas que semanas atrás se iban siempre por encima del travesaño, ahora se materializaron en tantos para enmarcar como la pirueta frente a Barracas Central o el disparo al ángulo contra Goiás en Brasil.

Benja dejó atrás presiones y preocupaciones y volvió a jugar suelto como en su época de divisiones juveniles. Inclusive aprendió a reponerse a aquellos días donde las cosas no salieron, como el penal que le atajó Augusto Batalla en la última jugada del partido y le impidió a Estudiantes vencer a San Lorenzo en un partido importante por la clasificación a las copas. Semanas más tarde se cargó al equipo al hombro en duelos clave por la Copa Sudamericana: no se escondió y salió adelante pidiendo que se la pasen.

La sensación que deja fecha tras fecha es que aún tiene más para dar, algún otro as bajo la manga que deje a todos con la boca abierta. Su techo, por ende, aún está lejos de haber sido alcanzado y proyecta varias temporadas (seguramente en el exterior) en franco ascenso, siempre que los contextos lo ayuden. Si bien siempre es difícil determinar cómo le irá a un futbolista en su carrera, no hay dudas de que posee talento y cabeza para llegar muy lejos.

De Coronel Suárez a La Plata

Benjamín nació en la localidad bonaerense de Coronel Suárez en una familia muy futbolera, tanto que su padre Diego forma parte del club Deportivo Sarmiento. Fue en esas canchas donde dio sus primeros pasos como jugador y empezó a soñar con sacarse rivales de encima en estadios colmados de Primera División.

«De lo que me ha tocado en estos 10 años que llevo en el club es lo máximo que he visto, era distinto al resto, en ese momento ya te dabas cuenta que era distinto porque tenía mucha habilidad técnica y porque mentalmente siempre estuvo un pasito más adelante del resto», contó Lucas Andersen, uno de sus primeros formadores, en diálogo con Infobae en 2018.

«A los 7 u 8 años te tiraba la pelota por una lado y la iba a buscar por el otro y a esa edad los chicos no saben, no conocen esas cosas, tenía esa picardía de jugador distinto, como quien dice de crack», agregó el entrenador sobre los comienzos de Ben10 con la pelota en los pies y su talento innato.

En 2009 quedó en las infantiles de Estudiantes, bajo la coordinación de Carlos Bottegal. Sus gambetas llamaron también la atención a propios y extraños en el Country Club de City Bell, tanto que no fueron pocos los que se animaban a aventurar un futuro prometedor del entonces niño. Pero al Pincha le duró poco: en 2014 hizo una prueba en River y llevó su talento a Ezeiza. 

La escala en Núñez

«Se probó con otros dos chicos de Estudiantes y al segundo día que tenía que ir dijo que no quería. Lo abrumó todo: el ritmo, la ciudad, la gente, todo. Es que nosotros veníamos del interior y en la Capital se vive de otra manera», recordó su papá años atrás en una entrevista. Finalmente, Benjamín superó ese pánico escénico al mundo millonario e inició una nueva etapa en su formación.

En enero de 2018 River realizó la pretemporada en Estados Unidos y el entrenador Marcelo Gallardo decidió llevar a un solo juvenil: Benjamín Rollheiser. Sin embargo, sus primeras apariciones en el equipo principal recién llegaron durante la temporada 2020/21 donde algunas pinceladas ilusionaron a los hinchas millonarios. El cuerpo técnico lo tenía muy bien considerado, tanto que terminó el 2021 marcando un gol en la final del Trofeo de Campeones frente a Colón. Era, por su forma de jugar, uno de los pibes que más proyección tenía en ese entonces.

En la Liga Profesional 2021 festejó el título con Julián Álvarez y compañía, disputando 18 partidos. Gallardo lo tenía considerado como una habitual alternativa en ataque ya que le aportaba soluciones en la construcción de jugadas de riesgos, aunque sabía que le faltaba ajustar su juego en los últimos metros para poder empezar a facturar en el arco rival. 

Pero cuando se perfilaba para consolidarse en el once titular, un conflicto contractual lo apartó del plantel y terminó con el pase en su poder. En el horizonte apareció otra vez el Pincha, que lejos de tener algún remordimiento lo recibió con los brazos abiertos a mediados del 2022. Fue allí cuando se dio inicio al capítulo que estamos viviendo en la actualidad, el de la explosión.

Ídolo de las infancias

Los nenes y las nenas pincharratas que están dando sus primeros pasos en las populares y/o plateas de UNO encontraron un ídolo en Ben10. Puede parecer exagerado, pero los sentimientos de la infancia van por otro carril, lejos del razonamiento de los futboleros más grandes. Aquel que enamora de pibe, llevará luego un lugar eterno en el corazón, inclusive si después su paso por la institución no termina siendo sumamente trascendental.

Por su desfachatez a la hora de jugar, sus goles y hasta el festejo que patentó (los dedos índice en la sien), los más chicos quieren ser como él. Mientras los que peinan canas recién ahora se animan a aplaudirlo sin culpa de ser juzgados por el «idolómetro», los infantes piden jugar con la casaca albirroja que tiene el «10» en la espalda, mismo número que en el Pincha llevaron maestros como Alejandro Sabella.

Estudiantes sabe que le durará poco Rollheiser, por quien empiezan a preguntar algunos clubes de Europa. Futbolistas de sus características, y en el nivel que viene mostrando en el ámbito local y continental, suelen durar apenas un suspiro en territorio argentino. Por eso en el mundo albirrojo sueñan con que sus gambetas y goles conduzcan al equipo a grandes logros deportivos en los próximos meses. El rédito económico, en el futuro cercano, parece ser casi un hecho.

Foto: Twitter (@lola7hll)

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