«La música es un divertimento y el fútbol también: ¿por qué no pueden estar unidos?»

Por Lionel Pasteloff (@lionelpasteloff) Queen, sus allegados y unos pocos privilegiados comían un asado en la quinta del presidente de Vélez, Roberto Petracca. En la sobremesa, Freddie compartió una idea que rondaba su cabeza: pensaba subir con la camiseta argentina e invitar la estrella futbolística del momento.

Por Lionel Pasteloff (@lionelpasteloff)

Queen, sus allegados y unos pocos privilegiados comían un asado en la quinta del presidente de Vélez, Roberto Petracca. En la sobremesa, Freddie compartió una idea que rondaba su cabeza: pensaba subir con la camiseta argentina e invitar la estrella futbolística del momento. 

Diego Maradona apenas contaba con 20 años. Acababa de debutar en Boca días atrás, pero su fama era mundial. Incluso para una banda de rock que no era muy futbolera pero estaba atenta a los fenómenos populares como aquel que él representaba. Ahí se suscitó un diálogo que reveló el espíritu conservador y arrogante de los reporteros y la capacidad de ver más allá que siempre tuvo el cantante:

Revista Pelo: Sinceramente nos parece que no tiene nada que ver. No entendemos porque queres hacer eso.

Freddie Mercury: La música es un divertimento y el fútbol también: ¿por qué no pueden estar unidos?

RP: En la Argentina el público de rock no es el mismo que el del fútbol, tienen como metas diferentes y gustos no compartidos.

FM: Si la gente, por lo que demostró, quiere a Queen y por lo que sabemos, quiere a Maradona, voy a tratar de unir esos dos sentimientos. Es así de simple. De todos modos, no será un show para la prensa, es para la gente.

RP: Es cierto, sabemos que la gente quiere a Queen. En cuanto a Maradona, nunca demostró que le gustara este tipo de música o que apoyara al público de rock, como sí lo hace Guillermo Vilas.

FM: Sin embargo, creo que va a resultar bien. Me gusta la idea.

RP: Nosotros creemos que con el tiempo será interpretado como un gesto demagógico, pero si tu intención es unir fuerzas y no separarlas, te deseamos suerte.

Se hicieron los contactos necesarios y ante la consulta, Diego mostró un gran entusiasmo por asistir. Esos recitales, más allá de estar anunciados con el ordinario mote de pertenecer a los carnavales, eran en realidad EL evento de ese año. Pasaría mucho tiempo hasta que otro artista viniera al país en su mejor momento.

El problema surgió cuando Marzolini supo que el interés de Maradona había despertado las ganas de algunos de sus compañeros. Aunque prefería retener al crack, sabía que era una de esas concesiones que debía hacer para no chocar innecesariamente con él. Después que Boca venció a Huracán 2-0 en Parque Patricios, hubo permiso del entrenador xeneize.

Pero antes hubo una previa que incluso otorgó más material que el evento en sí: en ella se pudo ver el inolvidable intercambio de camisetas que situó a Maradona con la casaca inglesa, mientras que Freddie se calzó la celeste y blanca. Los cinco sonrieron para varias fotos, muchas de ellas burlonas y capaces de reflejar la buena onda entre todos. La barrera idiomática no fue excusa y ambas partes recordarían siempre aquel encuentro con cariño. A punto tal que Brian May, Roger Taylor y la cuenta oficial de Queen apelaron a esas imágenes para despedir a Diego en 2020.

Llegó la noche del 8 de marzo, donde Queen le decía adiós al país que revolucionó por semanas. Cerraba su serie de cinco presentaciones en Vélez, donde brindaron tres de ellas. Llegaron los primeros bises y Mercury, con la confianza de quien se sabía vencedor, le anunció a un público devoto lo que se venía:

– Me gustaría presentarles a un amigo de ustedes y nosotros esta noche. Estoy seguro que lo conocen: MARADONA.

Puede que muchos no entendieran el parlamento en inglés, pero la última palabra bastó para que todo lo demás se tornara innecesario. El astro de Boca apareció con una sonrisa de oreja a oreja y después de escuchar cánticos a su favor, hizo lo suyo con soltura:

Bueno, quiero agradecer a Freddie y a los Queen por hacernos tan feliz. Y ahora, “Otro muerde el polvo”. Apenas terminó de hablar comenzó a sonar aquel hit, envuelto en una euforia superior a la de las anteriores canciones. 

Fue la única vez que se cruzaron en vivo, aunque los caminos del arte saben trazar vías alternativas o permiten imaginarlas. Por ejemplo, días después de que Diego alcanzara la gloria eterna en México, Freddie se despidió de los escenarios con Queen en conciertos hoy considerados históricos. ¿La gira en cuestión? “Una especie de magia”, como aquella que los reunió una noche en Liniers.

 

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