El volantazo de los Juegos Nacionales Evita

Le abrieron la puerta a muchos jóvenes para que practiquen deporte; hoy solo quieren utilizarlo como escalón previo al alto rendimiento

Por María Eugenia Damus

Oportunidad, igualdad de condiciones, y entretenimiento. Negocio, opio de los pueblos, diversión, manipulación; son algunas palabras que están relacionadas al deporte. Sin embargo, poco se lee (y escucha) en los medios al deporte como herramienta de transformación social.

Por el contrario, cuando la política aparece vinculada a este tema, rápidamente resuena la frase: “no mezclar la política con el deporte”. ¿Por qué no? Si van de la mano y está bien que se mezclen porque eso puede llevar a tener una política pública para la comunidad, enfocada en el deporte.  

Pero no se trata de hacer “uso” del deporte, si no de conectarlo con lo cotidiano, de que sea una herramienta más en la sociedad como salida laboral, actividad física o un hilo conductor de equidad social. ¿A dónde quiero llegar? A los Juegos Nacionales Evita, un ejemplo de cómo el gobierno de Perón dio una vuelta de rosca para que el deporte sea la red que conecte derechos básicos a niñas, niños y jóvenes.

Para esto, es necesario viajar al pasado para reflotar la historia de cómo surgió el semillero del deporte nacional. Así como también el vínculo deporte – salud que acercó derechos humanos; disfrute, entretenimiento y visibilidad a atletas que llegaron a ser de elite.

El gobierno de Javier Milei, por medio de la Secretaría de Ambiente, Turismo y Deporte que tiene al frente a Daniel Scioli, organizó una reunión con referentes de las provincias para comunicar la modificación estructural de los Juegos Nacionales Evita. Además del recorte presupuestario, el formato de la competencia también se redujo.

Es así que las competencias pasan de 52 a 31; un 40% corresponde a las disciplinas adaptadas. Y con respecto a la cantidad de atletas, la reducción sería del 70%.

Al respecto, Nación manifestó que no puede costear económicamente los Evita. Por ende, la responsabilidad recaería sobre las provincias; sin embargo, es importante decir que tampoco tienen una propuesta para el deporte. No debe sorprender esta decisión.

¿Cuál sería el enfoque del torneo?

La idea es que sea un trampolín hacia el Alto Rendimiento y que vaya de la mano con los «Juegos Olímpicos de la Juventud» que se realizarán en Dakar en 2026. Si bien se trata de un semillero, no es esa la esencia del torneo, por eso se hace hincapié en su objetivo final.

La actividad física y el deporte son fundamentales en una sociedad, a través de un club, escuelas municipales o institutos educativos. Es decir, inculcarlo y mediante él trabajar lo psicomotor, la motricidad; la importancia de la disciplina, el bienestar individual y colectivo.

Es notorio su papel, por eso es necesario que sea una política de Estado, para que haya compromiso, gestión y profundización de esta herramienta de transformación social. Y a su vez, aporte al desarrollo, desde una mirada micro y macro.

¿Qué deportes participarían?

El fútbol 11 y fútbol mixto no integrarán más la grilla, solamente habrá futsal. Lo mismo ocurrirá con el básquet 5, handball indoor, vóley indoor y cestoball; las disciplinas más practicadas en las escuelas y colegios del país. En el caso del Handball competirán en la modalidad beach.

La lista sigue y alcanza al ajedrez, pelota, pádel, gimnasia de trampolín, natación artística, windsurf, patín artístico, gimnasia rítmica, acuatlón y ciclismo de montaña. Por el lado de los Adaptados, no estarán más fútbol 3, parabadminton, parapowerlifting, tenis y tiro con arco. La reducción en la cantidad de actividades sería del 50%.

La 75° edición de los Juegos presentó un abanico de 76 disciplinas. Canto solista, fotografía, dibujo, cuento y danza fueron algunas de las actividades. También hubo presentaciones colectivas, como en el caso del teatro, que ahora ni fueron mencionadas.

En esa oportunidad hubo más de un millón de participantes. Inédito hasta el momento. Pero, de cara a la edición 76 y de acuerdo a lo informado por el Gobierno; las provincias deberán financiarlos. Serían 360 deportistas en la final por cada una. Un total de 8640 deportistas compitiendo.

La salud como derecho humano

Al principio se llamó Juegos Infantiles Evita y su principal objetivo fue la inclusión y promoción social. Es decir, acceso al deporte y a la salud mediante los certificados médicos. Esto marcó un antes y después porque, por primera vez, las infancias de todo el país tendrían este acceso gratuito.

La iniciativa fue llevada adelante en 1948 por Eva Duarte de Perón junto a Ramón Carillo, un ícono de la medicina comunitaria que en ese entonces estaba al frente del Ministerio de Salud. En la primera edición, allá por el ’49, participaron 100.000 niñas y niños de todo el país. Un número inédito para la época.

A través de los Evita también se pueden contar otras historias, como el golpe de Estado de la mal llamada Revolución Libertadora ocurrida en 1955, que derrocó al presidente constitucional Juan Domingo Perón. Por eso los Juegos fueron cancelados y recién se volvieron a realizar en 1973 con la restitución de la democracia y la vuelta de Perón a la Presidencia de la Nación. En esta edición apareció un niño de Fiorito llamado Diego Armando Maradona que jugaba para “Los Cebollitas”; en Córdoba gritó campeón por primera vez en el fútbol.

Sin embargo, dos años después, esa luminosidad que tenían los Evita para las infancias se apagaría con el Golpe de Estado de 1976. Luego de un largo período de 15 años, las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento (Cenard) de la Ciudad de Buenos Aires serían sede en 1991.

El deporte como política de estado

En el 2008 hicieron un acto de justicia al abrir la participación para los más grandes y convertirían en Ley a los Juegos Nacionales Evita y al Plan Nacional de Deporte, teniendo en cuenta la importancia de la actividad física, recreativa y/o cultura para el cuerpo, la memoria y la rutina. Así ellos participarían del newcom, tejo, tenis de mesa, sapo y ajedrez.

Luego de este gran logro, en el 2010, llegarían al millón de competidores entre niñas, niños, jóvenes y adultos mayores de todo el país. En este momento se instalaron como el evento de deporte masivo más importante de Latinoamérica.

La columna vertebral de los Evita está conformada por diferentes puntos como el acceso a la salud, el federalismo, la inclusión social e integración cultural. Pero también por ser un semillero del deporte nacional y crear sentido de pertenencia, de identidad. Una herramienta que moldea al sujeto como persona, transmite valores que después impactan el entorno que crece y en cómo se rodea con los demás.

En este sentido las becas, las transmisiones de los partidos de fútbol, la difusión; todo está atravesado por decisiones políticas. Desfinanciarlo, no invertir en hoteles, viajes y delegaciones para que siga desarrollándose también lo es.

Es parte, en definitiva, del efecto dominó que provoca el ajuste en salud, economía, educación y servicios básicos llevado adelante por el gobierno nacional que golpea diariamente a los bolsillos de las familias, sobre todo de quienes menos tienen.

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