Yo soy tu maestro: Schwartzman y el top 10

Por Guido Antonelli (@GAntonelli1996)

El Peke terminó la mejor temporada de su carrera participando en el Masters de Londres por primera vez. Una consagratoria gira europea de polvo de ladrillo le permitió meterse entre los diez mejores del mundo.


Cuando Diego Schwartzman tenía 13 años, un médico le aseguró que no superaría el 1,70 m. de altura. Además, distintos formadores coincidían en que siendo tan bajo nunca llegaría a la elite del tenis a no ser que iniciara un tratamiento de crecimiento. Pero tanto él como su madre confiaban en que podía llegar a ser un jugador exitoso sin la necesidad de tratamientos.

De una familia de clase media del barrio porteño de Villa Crespo que se vio afectada por la crisis económica argentina de 2001 y obligada a vender su negocio de ropa y bijouterie, cuando Schwartzman participaba de torneos juveniles vendía pulseras de goma junto a su mamá para poder ganar algo de plata y viajar para competir. De todos modos, se perdió varios campeonatos en el interior del país porque el dinero escaseaba y, al no estar entre los tres mejores de su categoría, el apoyo económico de la Asociación Argentina de Tenis era prácticamente nulo.

Compitiendo contra rivales que lo superaban en tamaño, a los 15 años comenzó a recibir ayuda económica privada para poder viajar -generalmente solo- por distintos países de Sudamérica. El menor de cuatro hermanos confesó que “lloraba en el avión porque quería estar junto a mi familia, pero esos eventos me sirvieron para evolucionar tanto en mi juego como en mi carácter”. A nivel junior, solamente jugó un Grand Slam (US Open 2010, en el que perdió en primera ronda). En ese momento ya tenía 18 años y el paso al profesionalismo era inminente.

Luego de un 2012 en el que ganó 6 títulos Futures y un Challenger en Buenos Aires, recibió una invitación para disputar el cuadro principal del Argentina Open 2013. Allí alcanzó los octavos de final tras derrotar al brasileño Thomaz Bellucci en tres sets en la que fue su primera victoria -y su segunda participación- en un ATP. Durante esa temporada, fue finalista en múltiples Challengers y cerró el año entre las 120 mejores raquetas del mundo.

Su primera vez en el cuadro principal de un Grand Slam se dio en Roland Garros 2014. En este torneo, venció al portugués Gastao Elias en sets corridos previo a caer contra Roger Federer en segunda ronda. Por lo hecho en París, logró ingresar al Top 100 por primera vez (del que nunca más saldría). Durante el segundo semestre de ese año, se coronó en los Challengers de Aix-en-Provence, Praga, Campinas y San Juan, para finalizar la temporada como 61 en el escalafón.

Abril de 2016 fue un mes crucial para la carrera de Schwartzman. Comenzó en Houston con una derrota por doble 6-0 ante el chipriota Marcos Baghdatis en primera ronda. El mismo jugador siempre nombra a ese partido como un punto de inflexión, ya que no llegaba de la mejor manera y eso supuso el final de su etapa con el entrenador Sebastián Prieto. Su siguiente torneo fue en Bucarest, donde perdió ante Paolo Lorenzi en el debut. Con estos resultados, nadie hubiera imaginado lo que pasaría en Estambul. El año anterior había llegado a semifinales, por lo que no hacer cuartos de final significaría salir del Top 100 por primera vez en casi dos años. Schwartzman jugó toda la semana a un gran nivel y, viniendo de un set abajo, le ganó el partido decisivo a Grigor Dimitrov por 6-7, 7-6 y 6-0. Quizás este triunfo se haya visto algo opacado por la actitud del búlgaro, quien rompió tres raquetas en el último punto provocando la sanción de un game y, como consecuencia, el partido. Sin embargo, Schwartzman celebró su primer título y consiguió un ranking que le permitía jugar todos los cuadros principales de torneos ATP.

En octubre de ese mismo año, alcanzó su segunda final de ATP 500. Si bien perdió en sets corridos contra Richard Gasquet en el cemento de Amberes, el Peke demostró que podía jugar un muy buen tenis también en pistas duras. Con el 46,6%, Schwartzman terminó el 2016 como el tenista con más break points convertidos en el circuito.

A principios de 2017, Juan Ignacio Chela se sumó a su equipo de trabajo liderado por Leonardo Olguín. Esa temporada fue la de la irrupción de Diego en el Top 50. Tuvo una gran participación en Roland Garros, donde llegó a tercera ronda por primera vez y cayó en un encuentro memorable ante Novak Djokovic en cinco sets. Aunque lo mejor llegaría en el segundo semestre del año: en la segunda ronda del Masters 1000 de Montreal, salvó cuatro puntos de partido para vencer al tercer preclasificado Dominic Thiem en la que fue su primera victoria ante un Top 10. Un mes después, llegaría a la segunda semana de un Grand Slam al superar al quinto sembrado Marin Cilic en la tercera ronda del US Open.

2017 terminó con Schwartzman como número 25 del ranking ATP. Con los cuartos de final del US Open más otros dos cuartos en torneos de M1000, el Peke demostró que podía competir de igual a igual ante los mejores del mundo.

En 2018 llegó a octavos de final del Australian Open, donde se dio una constante: tener que enfrentar a un miembro del Big Three en un Grand Slam. Rafael Nadal le ganó en octavos de final, pero el Peke accedió a la segunda semana de un Major por segunda vez consecutiva. Además, ese día pudo ganarle un set al balear.

El título más importante de su carrera fue el Río Open, donde venció por 6-2 y 6-3 a Fernando Verdasco en la final. El buen andar continuó y en abril se metió entre los 15 mejores. En Roland Garros llegó a octavos de final sin perder un solo set y, en esa ronda, remontó de forma épica ante Kevin Anderson en su primer triunfo tras estar dos sets abajo. En cuartos de final, cortó la racha de 37 sets consecutivos ganados de Nadal en la capital francesa. Sin embargo, la lluvia lo frenó cuando mejor estaba jugando y, el día siguiente, volvió a ganar el español. Impensado dos años atrás, Schwartzman dejó París como 11ro del mundo.

El tercer título de su carrera fue en Los Cabos 2019, superando 7-6 y 6-3 al estadounidense Taylor Fritz en la final. Esa temporada, sorprendió a Alexander Zverev en octavos de final del US Open, ganándole a un Top 10 por sexta vez. De todos modos, Rafa Nadal reapareció en su camino.

En este año tan particular, un desgarro sufrido en el aductor izquierdo en el triunfo ante Pablo Cuevas le quitó la posibilidad de disputar la semifinal en Buenos Aires. La suspensión del tenis por la pandemia de Coronavirus le sirvió para recuperarse y, aunque el regreso fue complicado -con una dolorosa derrota ante Cameron Norrie en la primera ronda del US Open-, en septiembre llegó lo mejor.

En los cuartos de final de Roma jugó el mejor partido de su carrera y le ganó -luego de nueve enfrentamientos- a Nadal por 6-2 y 7-5, borrándolo de la cancha. Si bien cayó ante Novak Djokovic en su primera final de M1000, el Top 10 estaba cada vez más cerca. Y lo alcanzó en Roland Garros: en el que fue, acaso, el mejor partido de la temporada, le ganó a Dominic Thiem en cinco horas y ocho minutos en cuartos de final. Nadal se vengó y lo eliminó en semifinales, pero la semana siguiente Diego se vio octavo en el escalafón.

Su primer torneo como Top 10 lo jugó en Colonia, donde cayó ante Alexander Zverev en la final. ¿Quedaba algún objetivo por cumplir en este 2020? Sí, la clasificación al Torneo de Maestros. Al llegar a los cuartos del Masters 1000 de París, lo concretó.

Siguiendo con la mala suerte en los sorteos, en Londres le tocó enfrentar a tres especialistas en pistas techadas como Djokovic, Daniil Medvedev -posterior campeón- y Zverev (él había admitido que prefería a Nadal, Thiem y Stefanos Tsitsipas). Aunque se fue de Londres con tres derrotas (le ganó un set al alemán), Diego Schwartzman superó todos los obstáculos que le pusieron al principio de su carrera y fue parte de este selecto grupo de tenistas. Actualmente número 9 del ranking ATP, el Peke puede ser considerado el último Maestro.

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