«Soy una protesta andante»

 Por Carla Mileo (@_carlamileo)

Su figura es irreverencia y referencia. A Megan Rapinoe poco le importa si sus actitudes pueden tener o no consecuencias negativas, sabe que le cuidan la espalda las jugadoras de las que ella es la voz y las millones de mujeres que en todo el mundo pelean por un lugar en el deporte que más aman.

Desde hace ya varios años, la imagen de Rapinoe es noticia por diversos motivos, ya sea por su festejo en una final con los brazos abiertos o por su discurso abiertamente LGBT+ y antirracista ante los ojos del mundo.

En 2019 fue premiada por ser la mejor futbolista del año con el Balón de Oro, siendo esta edición la segunda entrega del mismo a una jugadora mujer. El anterior, había sido entregado a Ada Hegerberg, quien debió enfrentar un comentario sexista en la premiación por parte del periodista que la reconoció: “¿Sabes bailar twerk?”. El repudio que sufrió aquel episodio permitió que Megan, al contrario de Hegerberg, pudiera sostener un discurso de agradecimiento tras su premiación. Sin menos, decidió utilizarlo para visibilizar las luchas del colectivo LGBT+ y alzar la voz para denunciar las violencias y el racismo que caracterizan al fútbol: “Presta tu plataforma a otras personas, eleva a otra persona, comparte tu éxito. Tenemos una oportunidad única en el fútbol diferente a cualquier otro deporte en el mundo. Para utilizar este hermoso juego para realmente cambiar el mundo para mejor. (…) Tenemos un poder increíble en esta sala.”

En el mismo año, fue protagonista de una disputa ante Donald Trump. Desde antes de campeonar con el seleccionado mayor de su país en el Mundial de Francia y como capitana, decidió que no se presentaría en la “fucking Casa Blanca”. Desde allí, hubo cruces con el presidente de Estados Unidos: “Su mensaje es excluyente. Me está excluyendo. Está excluyendo a las personas que se parecen a mí. Está excluyendo a las personas de color”, esgrimió la futbolista como motivo para no participar de un potencial recibimiento por parte de Trump. Si bien hubo una respuesta por parte del presidente, la misma fue una provocación y Megan sostuvo la decisión de no presentarse, incluso luego de levantar la Copa del Mundo y siendo la autora del primer gol de la final de la misma.

Además de este acontecimiento, la jugadora volvió a enfrentarse a Trump este año en noviembre, tras la derrota del mandatario en las Elecciones presidenciales de Estados Unidos 2020 ante Joe Biden. Haciendo alusión a esta derrota, Rapinoe compartió una foto del seleccionado campeón mundial en Instagram Stories agregando: “Ahora sí iremos a la jodida Casa Blanca”, con un tono irónico. Antes de esto, y también previo a la presentación oficial de las listas para las elecciones, en una charla con Joe Biden mediante Instagram Live, la jugadora bromeó con la idea de ser la candidata a vicepresidenta del Partido Demócrata. Cuando se le consultó por esto, Megan contestó que -todavía- no era el momento para su candidatura como presidenta, dejando la puerta abierta a una futura participación.

Su más reciente reclamo estuvo direccionado hacia la Women’s Super League de Inglaterra. La jugadora declaró que le parecía una vergüenza la falta de inversión en la liga mayor por parte de los clubes y la misma FIFA, comparando su desarrollo económico con el de la Premier League masculina. La fuerte crítica a la disparidad recorrió el mundo y volvió a poner a Megan Rapinoe en el centro de la lucha de las futbolistas.

En cuanto a su carrera profesional, continúa desde el año 2013 jugando en el OL Reign, club con sede en Tacoma, Washington y que participa de la National Women’s Soccer League (la máxima categoría estadounidense). Es parte del seleccionado mayor desde el año 2006 y ha jugado como titular en las tres finales consecutivas que disputó, ganando 2 de ellas (2015 y 2019). Además es la primera jugadora de la historia del fútbol en convertir un gol olímpico en un Juego Olímpico, en la edición de 2012 en Londres, en la cual el equipo consiguió la medalla dorada.

Todos los mencionados sucesos demuestran que no hablamos de una jugadora que pueda pasar desapercibida, pero que además es consciente de esta cualidad de “estrella internacional” y la utiliza en favor de sus reclamos políticos. Comprometida con las causas sociales que cree justas para construir un mundo mejor, Megan Rapinoe decide no quedarse callada y asumir los riesgos que eso implica.


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