El año del gran salto

 Por Chino Cardone (@ningunpenal)

“Parece que los mejores somos chiquitos”, le dijo Roberto Gomez Bolaños a Diego Maradona alguna vez y esa frase podría aplicar perfectamente para Facundo Campazzo  que, si bien mide 1.81 mts,  es de los bajitos en ese mundo de gigantes que es el baloncesto a nivel internacional.

El 2020 de Campazzo tenía como destino casi obsesivo llegar en la mejor forma física y basquetbolística a Tokio 2020, la cita máxima donde la Selección Argentina defendería los pergaminos logrados en el campeonato del mundo de China donde, en gran parte conducidos por la sapiencia de Facundo, el combinado nacional logró un subcampeonato histórico.

Sin embargo la pandemia alteró los planes de la humanidad toda y también los del base cordobés que debió enfocarse nuevamente en la temporada 19/20 con el Real Madrid, uno de los mejores equipos de Europa y el hogar de Campazzo desde la temporada 2014/15 (fue cedido en dos temporadas al Murcia) cuando llegó proveniente de Peñarol de Mar del Plata.  Después de todo, defender el título ganado en la ACB en 2019 e intentar llegar al Final 4 de la Euroliga no eran un desafío pequeño.

El Covid-19 alteró el cronograma de ambas competiciones suspendiendo y dejando desierta la Euroliga y reprogramando la Liga ACB que debió echar mano a un formato reducido para completar la temporada, el Real Madrid terminó el año sin títulos pero con un Facundo consolidado entre los jugadores Top de Europa, la élite mundial del basquetbol FIBA.

Los números de Campazzo en la 19/20 hablan por sí solos si consideramos su puesto de base:

21.1 minutos, 10 puntos, 5 asistencias y 2.3 rebotes por partido para un jugador que se destaca mas allá de su imaginación para planear los ataques de su equipo por ser un defensor insoportable para sus rivales.

Esas características y un crecimiento continuo en su juego y su mentalidad desde aquel 2008 en el que hizo su debut profesional con Peñarol de Mar del Plata hizo que varios equipos de la NBA, la liga más importante de básquet del mundo, posaran sus ojos en él.

Al comienzo de la temporada 20/21 a Campazzo le quedaban 4 años de contrato con la entidad Merengue, sin embargo ni bien comenzada la misma y con tan solo 10 partidos en su haber llegó el llamado tan esperado. Finalizado el draft en la NBA empezó a correr el periodo para contratar agentes libres y fueron los Denver Nuggets los que apostaron por el 7 del seleccionado argentino. Para salir del Real Madrid Facundo debió resignar unos 6.000.000 de Euros, pero qué más da, cumplir los sueños no tienen precio, así mismo lo aclaró el propio Facundo: “Llevo toda mi vida esperando concretar mi sueño NBA”

Lo que se le viene a Campazzo en la NBA es un desafío tan grande como la capacidad atlética de los jugadores de esa liga. Es que la NBA es casi otro deporte comparado al basquétbol FIBA, en la competencia estadounidense casi no se juega estacionado, todos los jugadores tienen capacidad de goleo perimetral y por si esto fuera poco se juegan 8 minutos más por partido. A favor del argentino está su descomunal defensa, algo que es muy valorado por esas tierras. En contra, deberá mejorar sustancialmente su tiro perimetral.

Facundo deberá ganarse en cada entrenamiento de la pretemporada y en cada partido de la liga de verano los minutos en cancha y tal vez en su primera temporada no sea protagonista en el equipo, aunque viniendo de parte de un jugador con la cabeza competitiva del 7 nunca se sabe.

Para colmo todo indicaría que en 2021 finalmente habrá Juegos Olímpicos, al respecto el base de la selección parece tener todo muy claro: “Hoy debo cumplir mi sueño NBA, pero en mi cabeza siempre estará Tokio”, declaró a días de llegar a Denver. Buenos augurios para los que dudaban de su participación con la selección argentina en la cita máxima, al parecer la conducción de la celeste y blanca estará en las mejores manos.

Juegos Olímpicos y primera temporada en la NBA, pavada de 2021 se le viene a Facundo Campazzo  que en un 2020 de locos, como para casi todos los mortales, si no fue el mejor deportista argentino pega en el tablero en el aro y sale. Tal vez los mejores, hasta en un mundo de gigantes, son los chiquitos.


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