Nico Sánchez, la pierna milagrosa de Los Pumas

Por Juan Pablo Gatti (@gattijuan) 

Los Pumas siempre tuvieron un pateador excelso, ese hombre capaz de obrar verdaderos milagros con la ovalada, sobre todo en partidos sumamente parejos, donde las defensas son férreas y son un verdadero ataque aéreo es capaz de destrabar la situación. Hugo Porta, Gonzalo Quesada o Juan Ignacio Hernández fueron fieles exponentes de esta factoría, una que también mama de la gran pasión nacional que es el fútbol. El ex apertura de Inglaterra, Paul Grayson, comentaría que la Argentina produce pateadores lánguidos, de estilo futbolístico, relajados, sin complicaciones, suaves como la seda, aunque no necesariamente los mejores resultados todo el tiempo. Se remonta desde Hugo Porta a Diego Domínguez y luego a Nicolás Sánchez”. Justamente de Cachorro es quién hablaremos a continuación.

Es imposible no quedarse mirando obnubilado a Federico Nicolás Sánchez (San Miguel de Tucumán, 26 de octubre de 1988) cada vez que se enfrenta a aquel balón de 400 gramos. No importa la distancia a la que se encuentra, siempre busca la forma de hacer que su objetivo llegue sano y salvo a la H. Y es que la pierna del 10, cuando éste se encuentra en óptimas condiciones, parece haber sido creada en algún bunker soviético durante la Guerra Fría. Porque no falla, incluso si debe disparar desde la mitad del campo.

Este 2020 terminó siendo muy benevolente con Nico, que tuvo que atravesar un 2019 bastante complejo. El goleador histórico del seleccionado cada vez era más y más cotizado, habiendo sido galardonado con el Olimpia de Plata en el 2018, además de haber fichado por el Stade Francais galo (el segundo equipo más campeón de Francia) y ser uno de los jugadores con mejor salario a nivel global. Pero todo pareció derrumbarse en apenas unos pocos meses.

Sánchez fue relegado tras el primer partido del Mundial de Japón -venía de ser el máximo anotador del certamen del 2015, donde la Argentina finalizó en el cuarto lugar- y el equipo quedaría eliminado en la primera ronda. A su vez, finalizó último la campaña con su equipo (no descendió porque se decidió suspender el torneo por culpa del coronavirus), aunque lo peor vendría poco después, con el fallecimiento de su hermana. La vida lo había golpeado demasiado duro en un lapso corto de tiempo, pero al final el año pasado le guardaría algunas gratas alegrías, como el nacimiento de su hija.

En la cuarentena Cachorro siguió entrenándose como siempre, buscando perfeccionarse porque sabía que no podía seguir dando pasos para atrás. No sabía, siquiera, si volverían a llamarlo del seleccionado, pero por lo pronto buscaría redimirse con su club. Sin embargo, el entrenador Mario Ledesma, pese a los roces que surgieron en la competencia global, decidió volver a llamarlo y darle la titularidad, a sabiendas de todo lo que podía dar. Y no falló.

“Hoy fue un orgullo representar al país. Lo que sentí en los últimos minutos viendo la defensa, la preparación de todo esto, la gente que ha estado en los malos momentos, es increíble” diría Sánchez tras el increíble triunfo ante Nueva Zelanda el 14 de noviembre por 25-15, con los 25 puntos anotados por el propio tucumano (un try, una conversión y seis penales), rompiendo de paso el récord de 21 puntos instaurado por el propio Porta en lo que había sido la única vez que Los Pumas habían podido rescatar al menos un empate ante los omnipotentes All Blacks (21-21 en 1985). Tras esto llegarían cinco penales más para sacar una igualdad ante Australia (15-15) y si bien Nueva Zelanda se vengaría con un estrepitoso 0-38, el torneo se cerraría con otra parda ante los Wallabies, en este caso a 16, con Nico convirtiendo un solo penal, mismo que le serviría para convertirse en el goleador del certamen con 43 puntos, dos por encima del neozelandés Richie Mo´unga. El segundo puesto, además, fue histórico, ya que termina siendo la mejor posición de Los Pumas en el Rugby Championship, habiendo llegado con chances de campeonar –aunque mínimas- a la última jornada, hecho impensado en la previa.

«Cuando terminó el Mundial pensé que se me había terminado mi carrera en Los Pumas. No creía volver a tener esta oportunidad, estar en este estadio con todos los chicos y viviendo lo que vivimos hoy» comentaría a los medios tras terminar aquel histórico triunfo ante los All Blacks.

Su gran clave, como dijimos anteriormente, es su exquisito uso del pie, pegándole desde cualquier dirección y haciendo que la ovalada se dirija adonde debe, casi siempre con éxito. Para el 10 albiceleste patear es vivir un poco y eso lo ha llevado a ser el tercer máximo goleador del certamen más complicado del mundo, con 329 dianas, siendo solo superado por Dan Carter (554) y Morné Steyn (390). Solo alguien con su calidad y nervios de acero podía lograr semejante hazaña.

Por lo pronto, acaba un año extraño para él, con pocos partidos jugados –pudo recuperarse con su club, que ahora marcha quinto en esta nueva temporada- pero con la certeza de que todo lo malo, de momento, quedó atrás. ¿Será este el punto de partida para volver a ver a la Argentina entre los mejores en el 2023? Difícil saberlo, pero al menos, y de la mano de Sánchez (o mejor dicho, de su diestra), el equipo se dio cuenta de que puede jugarle de tú a tú a cualquier selección del mundo. Y eso no es poca cosa.

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