Por Yamila Castillo Martínez (@yamicasmartinez)
Una de las deudas pendientes en la historia del fútbol y del deporte en general es tener mujeres al frente de los equipos, el escenario a nivel mundial marca una clara desigualdad donde ellas deben luchar constantemente contra prejuicios y discriminación para defender sus derechos. Sin embargo, en esta etapa de revolución, las directoras técnicas también comienzan a tener mayor protagonismo.
Un claro ejemplo es la historia de Milagros Martínez Domínguez, más conocida como “Mila”, es una entrenadora española al frente del Suzuka Unlimited FC hace dos temporadas y es la primera mujer en entrenar a un equipo masculino en Japón, cuenta con licencia UEFA Pro, ya ganó un título en la JFL japonesa este año y sueña con poder vivir del fútbol, esa pasión que descubrió de pequeña con su hermano mellizo quien no desarrolló amor por el deporte como Milagros que se volvió su forma de vida. Ella acompañaba a su padre a ver partidos en la televisión del bar de Cuenca, un pequeño pueblo de 150 habitantes ubicado en la región de Castilla de la Mancha, lugar donde nació y donde no era habitual ver a una niña jugar al fútbol. Con apenas 13 años ya disfrutaba de patear una pelota junto a sus compañeros.
La DT vive su primera experiencia fuera de España, antes dedicó muchos años a Fundación Albacete, fueron 13 temporadas en el Club, los últimos cuatro desde el banco. En junio de 2018 la institución española decidió prescindir de sus servicios y fue en ese momento cuando ella pensó en abandonar el fútbol. Sentía frustración pero ese sentimiento no la detuvo y comenzó a subir su currículum en distintas páginas web, actualizó sus redes sociales y como dice la frase “persevera y triunfarás”, un día se pusieron en contacto y fue desde Japón.
“Mila” comparte su mirada sobre su oferta para dirigir en Asia: “Con Fundación Albacete habíamos ascendido a la Primera División y mantenido al equipo durante tres temporadas; pero cuando acabó mi contrato, el club consideró que era mejor que otra persona ocupara el cargo. Yo no encontré nada en España, entonces me puse a buscar en el exterior y surgió la oportunidad de entrenar al Suzuka Unlimited” y agrega que no lo dudó, hizo las valijas y en 13 días ya estaba lista para el nuevo desafío.
Con esta decisión empezó a hacer historia porque se convirtió en la primera mujer en dirigir a un plantel masculino de fútbol en Japón y, ya con un título encima, afirma que “creo que es complicado que nos den esa oportunidad a nosotras. Dirigir en el fútbol masculino era algo que me apetecía hacer y nunca antes había podido, por eso no lo pensé demasiado y enseguida me vine”.
¿Cómo fue el recibimiento del equipo?
Desde el primer día, la entrenadora española puso su marca registrada y recuerda que cuando entró al vestuario, algunos agachaban la cabeza, otros se reían y en ese momento pensó: “Me va a costar más de lo que imaginé. Hay mucho respeto por la figura del entrenador, pero con una mujer, encima de la misma edad que algunos de los más veteranos, era complicado. De todas formas, enseguida conseguí ganarme la confianza de ellos. Japón es un país muy tradicional, y acá están acostumbrados a tener entrenamientos más estrictos y físicos. Mi manera de entrenar es más moderna, con el balón, y creo que por ahí me fui ganando a los jugadores”, sostiene la DT.
Mila también se refirió a la hinchada del Suzuka y señaló que “Con los aficionados pasa algo maravilloso, porque viven el deporte de una forma muy diferente a cómo lo vivimos en España o en Argentina, que es muy intenso y con mucha pasión. Aquí lo ven sólo como un deporte. Si van al campo, festejan, se la pasan bien aunque el resultado no haya sido el esperado. El equipo empata o pierde, y te agradecen por el esfuerzo. No tienen esa presión de tener que ganar sí o sí. La derrota la asimilan muy bien, y eso es bastante positivo para trabajar, sobre todo para los entrenadores”.
Al consultarle desde su rol cómo es el juego del Suzuka cuenta que es un equipo que mediante la posesión del balón, intenta controlar los partidos y sostiene que “Aquí los jugadores no paran de correr y no se puede garantizar que vayas a ganar quedando un minuto con dos goles de ventaja. Los finales son frenéticos. Yo quise remediar eso e intentar tener un poco más de control. El año pasado me costó mucho y este nos fue mejor. Somos un equipo que ataca, nos gusta llegar a la portería rival con mucha gente. Y así es más fácil convencer a los jugadores de un cambio”.
Con el tiempo las mujeres fueron ocupando espacios en el mundo del deporte que eran prohibidos, igualmente el número de directoras técnicas a cargo de equipos masculinos es escaso. Milagros al respecto opina lo siguiente: “Cada vez nosotras estamos más preparadas, lo único que necesitamos es que nos den una oportunidad. Y cuando eso suceda, tenemos que aprovecharla. Cuando una de nosotras lo consiga, para el resto va a ser más fácil. Yo tuve que venir a Japón, estar a 11 mil kilómetros de mi familia y de mis amigos solo para intentar vivir de lo que me apasiona. Un hombre que hubiese ascendido a Primera con un club y lo hubiese mantenido allí durante tres años hubiera conseguido otro equipo fácil. Es cierto que esta es una experiencia muy buena y que a muchos les gustaría vivirla, pero he tenido que dejar mi vida entera”.
Además de buena predisposición se muestra agradecida y con mucha humildad, sobre su estadía en suelo asiático comenta “Cuando estoy por Tokio la gente me para para hacerse selfies conmigo. Y en el sur del país hay una niña que cada mes me manda un regalo. Un día vino a ver un partido y me dijo que quería ser entrenadora”.
El 2020 para Milagros Martínez no ha sido para nada fácil: la pandemia por el Coronavirus frenó los entrenamientos, demoró el inicio de la liga, al estar sola y sin actividades pensó como plan a mediano plazo regresar a Europa aunque no descarta continuar en Asia un tiempo más.
De cara al 2021 asegura tener varios objetivos: “Quiero seguir progresando como profesional, en Japón tengo un año muy bueno por delante, el Club puede conseguir estar entre los cuatro primeros para lograr el ascenso y es un poco la idea que vamos a pelear. A nivel personal mejorar lo que hicimos el año anterior, es un buen punto de partida y ojalá pueda volver a España porque echo de menos a la familia y a amigos, aquí estoy sola, quizá es lo más complicado. Por último compartir que con los jugadores estoy muy bien desde que llegué, de hecho varios que van renovando sus contratos manifiestan que se sienten cómodos conmigo y eso es lo más grande que le pueden decir a un entrenador o a una entrenadora, que se sienten a gusto con el fútbol que practicamos. Y lo que me encantaría es dirigir a un equipo femenino o a una Selección Nacional”, concluye emocionada la entrenadora española.