Un día como hoy hace 45 años nació Claudio Javier López, el Piojo. Símbolo de una etapa de Racing, ídolo eterno en Valencia, ganador de títulos en todos los países que jugó, autor de un par de goles emblemáticos en la Selección Argentina con la cual disputó los Mundiales de Francia 98 y Corea-Japón 2002, hablamos de un delantero picante, muy veloz, quizás un tanto embarullado y que a lo largo de su carrera convirtió más de 200 goles.
El Piojo integra el selecto club de aquellos jugadores duramente criticados en su paso por la Selección a través de la comparación con su rendimiento en los clubes. Las estadísticas a veces sirven y suelen ser crueles. Aunque no haya sido un delantero de área, el período del Piojo en Valencia fue extraordinario en el aspecto de convertir: hizo 72 goles en 180 partidos. Los diferentes técnicos, sobre todo Ranieri, apostaban a un juego de contraataque que lo favorecía. En ese lapso (96-2000), Claudio jugó en Argentina 37 partidos y apenas anotó 7 goles (de los 10 que haría en total). El contraste era letal y la burla estaba al orden del día. De todas maneras sería un imprescindible en las convocatorias tanto para Passarella como para Bielsa.
Pero de esos 7 goles, 2 son trascendentales. El 29 de abril de 1998 le anotó en el Maracaná a Brasil logrando un 1 a 0 que significaba el primer triunfo argentino en 41 años en ese estadio y además sería el último de visitante ante la Verdeamarelha. Unos meses después, su único gol en un Mundial sería en cuartos de final ante Holanda, un partido que finalmente terminaría con derrota pero que en ese momento era el empate parcial.
En Racing jugó entre el 92 y el 96 y luego tendría una segunda etapa entre 2007 y 2008. Es recordado por algunos goles a Independiente, varios golazos de afuera del área y una temporada final (la 95-96) con 20 goles en 37 partidos. Su despedida fue con un gol a Boca a pocos minutos del final, subido al travesaño y ovacionado por la hinchada.
En Valencia hay un antes y un después en su carrera. En algún momento sería el “Rey de Mestalla”. Barcelona sería su víctima favorita, le convirtió 12 goles en 15 partidos y tuvo noches extraordinarias tanto en Camp Nou como de local. Ganó la Copa del Rey y la Supercopa de España en el 99 y luego llegaría a la final de la Champions League en el 2000 con aquel equipo dirigido por Héctor Cuper.
El Siglo XXI fue de Lazio a Colorado Rapids de Estados Unidos. Con los romanos cosechó dos títulos, pero tuvo rendimientos dispares y con menor constancia que la que había exhibido en España. La rompió luego en el América de México donde festejó 3 conquistas, incluyendo la Copa de Campeones de la CONCACAF. Regreso a Racing y el cierre en USA: primero Kansas City Wizards y luego los de Colorado donde se adueñó de un trofeo más.