Por Melina Sutera (@melisutera)
Si Diego viviera, dejaríamos de revolver el cajón de los recuerdos para encontrarlo.
No tenerlo físicamente implica buscarlo: en una coincidencia, en una anécdota, en un video. Todos los días, varias fotos suyas se viralizan porque estamos desesperados por volverlo a ver.
Para cualquier circunstancia de la vida, hay un Maradona dispuesto a gambetear: cuando el fútbol se vuelve un negocio, cuando la injusticia daña a los que menos tienen e incluso cuando no tenemos fe. Ahí, es donde aparece un archivo de Diego que nos empuja a seguir.
Lo recordamos como a él le hubiese gustado: desafiando al sistema, haciendo feliz a los pobres, siendo el más humano de todos los dioses, regando de gloria este suelo.