Por Gabriel Souza (@GabiSouzaPeriodista)
La final de esta tarde en Lisboa entre PSG y Bayern Munich definirá mucho más que el campeón de la Champions League, será un desafío entre la vieja aristocracia del fútbol y los nuevos clubes ricos por el dominio de Europa.
El imperio alemán o la revolución francesa. La herencia campeona de Bayern o el anhelo del PSG. Múnich o Paris. El peso de un escudo forjado por la historia o el poderío de los petrodólares qataríes.
Lo cierto es que alemanes y franceses se verán las caras en el partido más importante del año. Un duelo de estilos, futbolísticos y económicos.
Los bávaros llegan arrasando en la Champions, se pasean de goleada en goleada. Con un equipo que se distingue por la intensidad física, la presión alta, el buen manejo y mucho gol. Alcántara, Kimich, Mueller, Davis; nombres que le dan estructura y movilidad a la máquina alemana. Un engranaje sólido y bien aceitado, que remata con el mejor 9 del momento: Lewandowski.
Por el otro lado, los parisinos son todo glamour. Las estrellas de PlayStation conforman la delantera Neymar, Mbappe y Di María (más Icardi desde el banco). Todos jugadores que podrían soñar con ser Balón de Oro. Paris Saint Germain desborda YouTube con los lujos de sus figuras. Un grupo de individualidades que resuelven los partidos por el peso propio de su categoría.
Cuando en un par de horas la pelota empiece a rodar, se verá si pesa más la tradición ganadora que forjó Bayern Múnich o si las inversiones de Qatar pueden darle finalmente al PSG la gloria que tanto desea. Si lo grupal es más que lo individual o si la magia puede quebrar los sistemas.
La redonda decidirá si la orejona se llena con una fuerte cerveza alemana o con un fino champán francés.