La generación proscripta

Por Sebastián Sesar (@sesar13)

Hoy se cumplen 70 años de la consagración de la Selección Argentina de Básquet en el Campeonato Mundial de 1950. Esa noche, delante de 20 mil personas y en el mítico Estadio Luna Park, Argentina le ganó 64 a 50 a la Selección de los Estados Unidos.

Era un equipo que tenía sus orígenes en su mayoría porteños. Principalmente del club que dominó el básquet de Capital Federal, Gimnasia de Villa del Parque (“GEVP”) quienes en el 50 tuvieron 9 campeonatos de manera consecutiva. La otra gran fuente de jugadores era el Sporting Palermo. La plantilla tenía además jugadores de River, Obras Sanitarias, Racing, Sportivo Barracas y sólo dos jugadores por fuera de AMBA, uno de Atenas de Córdoba y otro de Rosario Central. Jorge Canavesi era el entrenador, también con origen en GEVP.

En 1948 en los Juegos Olímpicos de Londres la selección había llamado la atención del pueblo en general y de Perón, el presidente en esos años, en particular. Pese a quedar 15to en la tabla general (disputo 9 partidos, ganó 4 y perdió 5), el hito de ese torneo fue que perdió solamente por 2 puntos contra los campeones que iban a terminar siendo los Estados Unidos. El peronismo, como muchos movimientos mundiales, pensaba que se debía fomentar el deporte por ser una herramienta fundamental para la sociedad y porque servía también como propaganda. En esos tiempos varios deportistas individuales se destacaban en el mundo: Delfo Cabrera maratonista y medalla de oro en Londres, Fangio en automovilismo y quíntuple campeón Mundial, el golfista Roberto De Vicenzo, el boxeador Pascual Perez, oro en Londres y campeón mundial entre el 56 y 60. En lo colectivo, no había grandes exponentes.

El fútbol argentino no estaba en un buen momento, sí había éxitos en Polo, pero al ser un deporte para élites no se congraciaba con el peronismo. Entonces, con ese buen torneo olímpico, Perón posó sus ojos en el básquet y generó condiciones para que se haga el Mundial 50 en el país, y para que el técnico y los jugadores puedan contar con las mejores condiciones para prepararse para el torneo. Esto significaba que el entrenador podría tener ayudantes con sueldo, buenas instalaciones y que los jugadores podrían tener licencia con goce de sueldo en sus trabajos, porque en aquellos tiempos el básquet era amateur (dato clave en este articulo) y obviamente tenían otros trabajos. Tuvieron 3 meses de concentración en River Plate para dedicarse a entrenar y mejorar todo lo que debían mejorar. En el documental “Tiempo Muerto”, cuentan los protagonistas que al inicio de la concentración de 50 lanzamientos libres embocaban 20 y al final embocaban más de 40.

Luego de la preparación llegó el momento de la verdad. En la fase preliminar Argentina le ganó a Francia 56 a 40. En la ronda final ganaron el clásico sudamericano a Brasil 40 a 35, 62-41 a Chile, 66-41 nuevamente a Francia y 68-33 a Egipto para llegar a la final en el duelo de invictos contra la selección gringa.

Se tuvieron que poner de acuerdo entre ambos finalistas respecto de qué tipo de pelota usarían, con gajos como se usó todo el Mundial o sin gajos, como se usaba en USA. Se definió que usarían en el primer tiempo el balón yankee y en el segundo el argentino. Ambos períodos se impuso la escuadra nacional, por 10 con la pelota estilo americana y por 4 con la pelota al estilo argentino. El conjunto nacional, con Furlong como goleador (20 puntos) se imponía a Estados Unidos por 14, y las luces del Luna Park se encendían, como cada vez que un argentino ganaba un título mundial en ese estadio.

En el 51 la misma selección fue subcampeona panamericana, en el 52 lograron un 4to puesto en los Juegos Olímpicos de Helsinski, en el 54 fueron campeones del Mundial universitario en Alemania y en el 55 campeones juveniles sudamericanos en Cúcuta. Tremenda cosecha para la mejor selección de básquet del siglo pasado. Pero luego sucedió algo impensado e increíble.

El odio antiperonista

La “Revolución Libertadora” que derrocó a Perón después de bombardear la Plaza de Mayo vio en el equipo de básquet una muestra más del peronismo que había que derrocar. Basándose en un argumento ridículo, la Confederación de Básquet prohibió a 30 jugadores volver a jugar al básquet entre los cuales se encontraban los campeones del mundo. ¿Cuál era este argumento? Perón, una vez consagrados, quiso hacerles un obsequio a los campeones. Y les dio un permiso para importar un automóvil a cada jugador. NO UN COCHE, UN PERMISO PARA IMPORTAR UN COCHE. En ese tiempo eso tenia valor económico, pero no el valor de un coche. Este obsequio que les dio Perón le sirvió a la Confederación para decir que habían faltado al amateurismo. O sea como recibieron dinero pasaban a ser profesionales, y por consiguiente no podrían volver a jugar de manera federada y mucho menos representando a la Confederación Argentina de Básquet.

Esto tiene dos responsables concreto: la dictadura militar del 55 y la Confederación de Básquet. Ambos antiperonistas. Los milicos, porque no querían que nada de lo hecho por Perón siga dando frutos. Interrogaron a los campeones, preguntaban por qué le dedicaban el título al presidente, por qué desfilaron con corbata negra luego de la muerte de Eva, etc. Vale aclarar que la mayoría de los integrantes de la Selección no eran o no se consideraban a sí mismos peronistas. Las internas de la CAAB con Perón aparecen cuando antes del Mundial la Confederación quería hacer un nuevo estadio para el Mundial, pero como el entonces presidente tenía buen vinculo con el dueño del Luna Park, el Mundial se hizo en este último. Tal es así que una vez que la dictadura dejó el poder, no le restituyeron a ningún miembro del equipo la posibilidad de competir.

Es sin dudas el caso de AUTOBOICOT más grande de la historia del deporte argentino. La Confederación así como la Federación de básquet de capital federal siguió siendo una organización que no estuvo a la altura de las selecciones durante muchos años más hasta que Scola y Cía. se pusieron a la cabeza de la reconstrucción con Federico Susbielles (hoy no permanece como presidente de la CAAB).

Por otro lado, la historia de esta Selección siguió con este grupo de jugadores convertidos en un grupo de amigos, que se juntan todos los miércoles a jugar al básquet. Ya más acá en el tiempo, fueron reconocidos 2 jugadores en el salón de la fama de la FIBA: Oscar Furlong y Ricardo González. Volvieron a ser recordados con el auge de la Generación Dorada que volvió a poner al básquet en lo más alto, 52 años después con el subcampeonato de Indianápolis 2002 y con la medalla de oro en 2004. Con un espíritu similar, individualidades muy importantes al servicio de un colectivo, un equipo que deriva en grupo de amigos.

Argentina, con Estados Unidos y Rusia, son los únicos países que se coronaron campeones al menos una vez en cada competencia de la que han participado. Esto no seria así de no ser por este grupo de jugadores que llego a la cima hace hoy 70 años: Pedro Bustos, Hugo Del Vecchio, Leopoldo Contarbio, Raul Pérez Varela, Vito Liva, Roberto Viau, Raúl Menini, Juan Carlos Uder, Omar Monza, Alberto Lopez, Ricardo Gonzalez, Oscar Furlong y el conductor de ese grupo, Jorge Canavesi.

A todos ellos, nuestro agradecimiento eterno.

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