Por Gabriel Souza (@periodistagabi)
Se cumplen hoy 27 años de una de las más dolorosas derrotas de la Selección Argentina. El 5-0 que le propinó Colombia en el Monumental y que lo casi lo deja sin el Mundial de Estados Unidos.
Última fecha de las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos 94. La Argentina de Alfio Basile recibía en el estadio Monumental a la sorprendente Colombia de «Pacho» Maturana. El equipo del ´»Coco´» necesitaba vencer al conjunto cafetero para arrebatarle la punta y clasificarse directo a la Copa del Mundo. Sin embargo, lo que sucedería no formaba parte del pensamiento del más positivo de los colombianos, ni había sido parte de las peores pesadillas de los 70 mil hinchas que coparon el estadio de River. Cada uno de los cinco goles de Colombia se clavaban como puñales en el corazón de una Argentina que sufría con el correr de los minutos.
Una humillación futbolística inédita para Argentina y la gran posibilidad de quedarse fuera del Mundial por el resultado de otro partido que sucedía al unísono. Mientras el «Pibe» Valderrama y compañía hacían estragos en Buenos Aires, la mente de los jugadores argentinos viajaba a Perú, soñando que Paraguay no lograra quebrar al equipo que oficiaba de local. El 5-0 condenaba a los de Basile a jugar el repechaje con Australia, pero un triunfo guaraní significaba un absoluto fracaso deportivo, el de quedarse fuera de una Copa del Mundo como solo había sucedido en México 70. Finalmente Perú y Paraguay empataron 2 a 2 para alivio del conjunto del Coco.
En lo estrictamente futbolístico el período de Basile llegaba con grandes antecedentes al duelo con los cafeteros. Las copas América de Chile 91 y Ecuador 93, la Copa Confederaciones de 1992 y la Copa Artemio Franchi de 1993 habían sido interesantes conquistas, además de tener una racha histórica de 33 partidos invictos. Por el lado de Colombia una de las mejores generaciones de jugadores de su historia. La base del equipo que jugó el Mundial 90 (Herrera, Perea, Valderrama, Gómez, Rincón) se le sumaron unos interesantes delanteros con velocidad y gol como Valencia, Asprilla y Valenciano.
Goycochea; Saldaña, Borelli, Ruggeri, Altamirano; Zapata, Redondo, Simeone, Rodríguez; Medina Bello y Batistuta. Fue el once que eligió el Coco Basile para ir en busca de la clasificación y que finalmente cargarían con una de las manchas más grandes de la camiseta albiceleste. Córdoba; Herrera, Perea, Mendoza, Pérez; Álvarez, Gómez, Rincón; Valderrama; Asprilla y Valencia. Los titulares que tocaron el punto de rendimiento máximo de toda una generación en una sola tarde.
«Sabíamos que con el empate nos clasificábamos primeros. Los minutos iniciales fueron bravos, Oscar Córdoba se puso a cuatro manos, se atajó todo. Faltando 2 minutos para que termine el primer tiempo hacemos el primero y cambia el partido». Así describía Carlos Valderrama los primeros instantes de una fecha inolvidable para el futbol colombiano. «Fue un golpe duro para Argentina, vimos que iban a entrar desesperados y ahí cambia el partido. Tuvimos la suerte de llegar 5 veces y convertir 5 goles». El Pibe fue el director una orquesta que sonó más afinada que nunca y dio un recital de fútbol en un Monumental repleto, que miraba atónito como las cachetadas se sucedían una detrás de otra. Justamente fue el 10 de Barranquilla el que froto la lámpara y habilito a Freddy Rincón, para que este desparrame a Goyco y marque el 1-0. En la segunda parte, Argentina entró en el nerviosismo del público y la desesperación de un resultado que lo dejaba al borde de la eliminación.
Los goles se sucedieron uno atrás del otro ante la mirada incrédula de Maradona que se encontraba en las tribunas del Monumental. Diego se había bajado del seleccionado tras la final de Italia 90. Los buenos resultados conseguidos por el plantel en ese lapso y el dóping positivo en Napoli lo habían alejado de la celeste y blanca. Por ese motivo, tuvo que sufrir como un hincha más las dagas que clavaban Asprilla (49´ y 74´), Rincón (41´ y 72´) y Adolfo Valencia (84). La hinchada argentina terminaría coreando el típico «Maradoooo, Maradooo» y logrando la vuelta del héroe para el repechaje con Australia.
Valderrama era omnipresente en el estadio Monumental y los delanteros colombianos parecían verdaderas locomotoras, ante un Argentina apática y desdibujada. Fue tal la paliza futbolística que los cafeteros le propinaron a Argentina, que pocos recuerdan el grave incidente que sucedió minutos antes del juego. «De pronto se escuchó un ruido de motores demasiado cerca, demasiado estruendoso. Y el avión de Aerolíneas Argentinas apareció de golpe por arriba de la tribuna Belgrano, cruzó toda la cancha – volando mucho más bajo de lo que suelen hacerlo en la zona del Monumental – y se levantó apenas para superar con lo justo la bandeja alta de la platea San Martín. Por segundos dio la impresión de que iba a tocar la tribuna. El estupor y el susto fue general. ¿Por qué semejante maniobra del piloto? La pregunta por ahora no tiene respuesta». Una tarde-noche imborrable (lamentablemente) por donde se lo mire para todos los presentes en el estadio.
Hace poco tiempo Oscar Ruggeri, capitán de aquella selección dijo: «Es la vergüenza mas grande que me pasó en el fútbol, estábamos perdidos en la cancha. Fue una locura, quería irme a mi casa y no salir nunca mas». Y no solo el «Cabezón» se encargo de ser crítico con la derrota argentina. La mas popular revista de fútbol de ese momento, «El Gráfico«, publicó al día siguiente la histórica tapa negra con un durísimo titular: «¡VERGÜENZA!». Si hasta Sergio Goycochea tuvo que soportar el ataque mediático de José Sanfilippo con la recordada frase «usted se comió todos los amagues pibe» y el enojo de Bilardo contra el ex goleador.
El 0-5 con Colombia fue uno de los más grandes papelones en la historia de la selección nacional. Una derrota que obligó a Argentina a pedir la vuelta de Maradona y entrar al Mundial del 94 por la ventana, tras el durísimo repechaje frente a Australia (1-1 en Oceanía y triunfo 1-0 de local).
Tan profunda es la herida que dejaron Valderrama y compañía, que 27 años después todavía sigue abierta. Para los amantes del fútbol fue una demostración estelar de la calidad y el talento colombiano., más allá de que después no pudo ratificarlo en Estados Unidos, la contracara de aquella noche extraordinaria. Para Argentina una mancha imborrable, agudizada por tantos años sin un festejo grande.