Argentina a cuartos: rasguña las piedras

Lucas Jimenez
(@lucasjimenez88)

La Selección masculina de fútbol dirigida por Lionel Scaloni logró el ansiado triunfo que necesitaba para avanzar de ronda. Fue por 2 a 0 contra Qatar y ahora enfrentará a Venezuela el viernes a las 16 horas. Hubo un paso al frente de la nueva camada para asumir protagonismo en la levantada futbolística. 

El dato duro que cabe en un tweet sobre la capacidad goleadora de la selección argentina dice que metió 3 goles en 3 partidos, 1 por un penal a instancias del VAR y otro por un error grosero de la defensa rival. 

Esa sería la cáscara pero el contenido aporta algunos indicios positivos del equipo aún con mucho por ajustar y mejorar. Ya con Paraguay la jugada del penal había llegado por un gran lanzamiento de Rodrigo De Paul al área donde ya convivían 2 delanteros: Agüero y Lautaro Martínez. Uno desbordó, el otro estrelló el remate en el travesaño y llegó Messi en segunda instancia para intentar definir. 

De ese detalle se agarró el entrenador Scaloni para corregir lo hecho el partido pasado que sacó a Lautaro para poner a un volante como Di María. El error inicial del defensor qatarí que terminó en el gol de Lautaro fue forzado porque en el campo visual había 2 argentinos incomodando la salida del fondo. Con 2 delanteros en el área el equipo tiene otro peso, puede generar errores rivales y hacer que la tenencia no sea inofensiva sino peligrosa ya que hay 2 tipos haciendo diagonales, moviéndose, sosteniendo a los centrales y llenando de dudas al lateral sobre si salir o quedarse. 


La apuesta de 2 delanteros fue positiva, cada uno marcó un gol y ambos contaron con situaciones para anotar alguno más. Cuando las situaciones de gol de un equipo las tiene el centro delantero el ataque está bien construido. 

Ahora este cambio ofensivo que Argentina debió hacer, porque no le servía empatar, trae sus problemas para sostener avances rivales, más si enfrentas a un equipo como Qatar que mueve la pelota con criterio y movilidad constante. Agüero y Lautaro pasaban la línea de la pelota e hicieron un gran esfuerzo para dar una mano en el retroceso. Pero ambos lo hacían por el centro y las bandas quedaban descubiertas. Messi quedaba como punta de lanza y tenía licencia para no bajar. Los laterales argentinos defendían casi mano a mano contra sus pares qatarí. 

Por el medio había otros tantos problemas. Si la recuperación era por presión alta, actitud y compromiso en campo rival era una cosa. Cuando el equipo pudo hacerlo ahogó y lastimó con ataques. Pero cuando tuvo las líneas bajas y necesitó defender el medio no cubría bien los espacios. De Paul retrocedía, Paredes trataba de ponerse el chip de 5 posicional con aciertos y errores y Lo Celso mostraba que por más voluntad que ponga es un creativo no muy aplicado a cubrir los huecos defensivos. 

El equipo del primer tiempo estaba más confeccionado en nombres para tenerla que para defender. Cuando la tuvo generó situaciones y cuando defendió, sufrió. Qatar tranquilamente podría haber empatado. La endeblez defensiva argentina sigue siendo algo que se respira ante cada ataque rival. Por problemas del sistema descosido y por bajos niveles individuales de los defensores, excepto Tagliafico siempre tripa y corazón. A Foyth y Saravia les costó el partido, aún el segundo tiempo de trámite más tranquilo. Otamendi en los cruces y anticipos fue aquel titular en Manchester City que era de los mejores centrales del mundo. En otras decisiones es este Otamendi que viene de una temporada con poco ritmo de competencia siendo suplente en su equipo. 

Después de tanto fallar el técnico Scaloni realizando cambios los partidos anteriores hoy tocó las teclas justas y a tiempo. Cuando el segundo tiempo amanecía con la misma tónica que el primero entró Marcos Acuña por Lo Celso. «Huevo» fue funcional al sistema y útil para el equipo. Dobló las coberturas de Tagliafico en defensa, le aportó quite y anticipo al medio y en ataque mostró sus dotes de carrilero con cabeza levantada. La mejor opción de Messi frente al arco en esta Copa América fue toda virtud de Acuña con ojos bien abiertos. 

Messi falló esa situación clara por un mal pique de la pelota. Sigue sin ser decisivo en el marcador, como dijo en el comentario televisivo Ariel Senosiain, participa más armando jugadas que atacando al arco. Así y todo el jugador tobogán que cuando crece se sienta en la cima del mundo evoluciona pase a pase. Su inspiración evolutiva se ve en el nivel de sus asistencias. De esa manera adquiere confianza en los pies y precisión. Sus intervenciones mágicas siempre son hilvanadas. Son como las cervezas de sábado a la noche que una llama a la otra. 

Jugando con 2 puntas adelante la calidad de los ataques es mejor porque lo tiene a Messi en la creación y producción. De delantero el rosarino sirve si le llega la pelota en zonas de disparo, si el equipo no llega a esos territorios por falta de funcionamiento mejor tenerlo en la gestación por lo mencionado anteriormente que va creciendo mientras más toque la pelota. Es como un niño adulto jugando en el fútbol profesional. ¿Por eso lo amarán los niños? 


Con el ingreso de Acuña el equipo entero mejoró, Paredes asumió de forma perfecta la conducción del programa en su mejor partido con la celeste y blanca, De Paul tuvo sacrificio sin la pelota y personalidad con la bola en los pies. En ese contexto el técnico puso a Dybala por primera vez en la Copa América como si le dijera “vení pibe, sentite parte”. Y el cordobés respondió con buenos aportes como el pase previo al gol de delantero top mundial de Agüero. Mimar a los cracks aún en sus mesetas y darles estructura de equipo para que rindan es función del entrenador. Punto para Scaloni. 

Se viene Venezuela, rival con el que Argentina perdió en un amistoso jugado en marzo. Fue 1-3. La selección dirigida por Dudamel aprovechó con buenos lanzamientos largos los gajos defensivos del sistema cambiante y en construcción de Scaloni. Ya sabemos lo que no debemos hacer el viernes y lo que sí. Presionar alto, que no haya grandes espacios abajo, Acuña adentro por funcional, arriba el tridente y que sea lo que sea. 

2017 Ecuador, nos salvó Messi. 2018 Nigeria, gol agónico de Rojo. 2019 Qatar, el partido de los Lautaro, Tagliafico, Dybala, De Paul, Paredes. La nueva camada dando el paso al frente porque el futuro sea bueno, malo o regular dependerá de cómo rindan ellos. Hoy pusieron la cara. Argentina después de la época de jugar finales hoy tiene DNI en el callejón de los milagros. Hoy los pibes dieron un paso adelante en asumir protagonismo competitivo en selección mayor en partidos chivos. Hoy los pibes aprendieron a rasguñar las piedras. 

“Detrás de las paredes que ayer te han levantado te ruego que respires todavía. Apoyo mis espaldas y espero que me abraces atravesando el muro de mis días.”

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