Por Lionel Pasteloff (@NoSoyLionelP)
De entrada la ecuación parecía arriesgada. Sin la posibilidad de transmitir partidos en vivo ni tener ningún acceso especial, ESPN se planteaba invadir Qatar como si le sobrara material para llenar las incontables horas por venir.
Enseguida supimos que no era así, ya que nos la pasamos viendo a Marcelo Benedetto recorrer restaurantes (con suerte) de las calles locales e increpando a gente que ni podía entenderlo en pos de una nota “de color”. Otra variante fue la siempre original encuesta callejera de hinchas, para luego ponerlos a gritar y ocupar espacios con eso. ¿El fútbol? Como casi siempre, ausente.
Pero claro, los billetes no siempre compran partidos pero bien pueden acercar figuras. A partir del sponsoreo del stream de Aguero, Star + lo colocó junto a las estrellas del canal aportando su punto de vista como jugador 27 del plantel. Su cercanía al plantel y su acceso a información de primera mano (en general, nada netamente deportivo) cotizaba como oro en una programación flaca de primicias.
También sumaron a Hernán Crespo, quien desde su rol de ex jugador mundialista y con su capacidad de desenvolverse en los medios le dio rédito a la señal. Por supuesto no faltaron los invitados eventuales como Nelson Vivas, Battaglia, Julio Cruz o Javier Pastore. A falta de diálogo con el plantel actual, nada mejor que viajar al pasado.
Pero claro, esto se mide en números y estos fueron más que contundentes. En el undécimo mes del año, TyC Sports lideró el rating con 3 puntos, mientras que ESPN se ubicó en el sexto lugar con 0,89. Y esto no obedeció solo a los partidos, porque fuera de los horarios de disputa la diferencia fue enorme: Mientras TyC y la TV Pública (la otra señal que transmitió encuentros) andaban por los 3 puntos, los dirigidos por Juan Cruz Ávila no llegaban ni a merodear uno.
A tono con estas cifras se pudo ver una bandera desplegada en el predio de Ezeiza de la AFA. La misma enumeraba distintos personajes mediáticos a los que denominaba “traidores” sin hacer uso de eufemismo alguno. ¿Los citados? Closs, Arcucci, Fabbiani, Dominguez, Niembro, Vignolo, Liberman, Ruggeri, Pasman. Como si los nombres no hubiesen sido contundentes, un logo de ESPN los acompañaba. Por supuesto, nadie se hizo responsable de ella pero tampoco hubo apuro por sacarla. El lobby constante contra la selección (con el deseo de derrota de Vignolo como punto máximo) caló hondo en una hinchada que se aferró aún más al equipo ante cada operación.
¿Qué futuro le espera a este staff de “villanos”? Algunos por lo pronto abandonaron la exposición mediática prolongada (Dominguez, Fabbiani) pero no les alcanzó para despegarse del escarnio público. El “Ogro”, al igual que Pasman y Closs ensayaron una especie de autocrítica mientras que Liberman quiso vanamente convencer a alguien de que en realidad pensaba otra cosa. El resto metió la voltereta habitual para terminar mutando en hinchas número 1 del team de Scaloni. Las mediciones nos dejan en claro que al menos esta vez, no salieron ilesos de la pirueta.
