La inminente Liga Femenina de Fútbol “Nosotras Jugamos” fue la excusa perfecta para sentarnos a hablar con Mónica Santino. Esta mujer, creadora hace más de 10 años del proyecto deportivo La Nuestra en la Villa 31, vive y siente fútbol desde que era una niña. En tiempos donde día tras día crece la participación de las mujeres en el fútbol, donde salta a la luz que con un debido respaldo institucional incluso podría adquirir niveles de competitividad similares o por encima de otros países, la palabra de una referenta histórica en este terreno es imprescindible para entender la época que transitamos y hacia dónde queremos ir. Con la pelota como bandera y la perspectiva de género como base esencial de la práctica deportiva, un diálogo para entender por qué ellas juegan y el poder transformador de levantar la cabeza.
¿Qué es el fútbol para Mónica Santino?
Para mí el fútbol es el lugar donde me paro para mirar el mundo, para entender la vida en general. Es como el aire que respiro, fue lo que me permitió ser yo misma, generarme una identidad a partir del simple hecho de patear una pelota, que para mí conlleva a otra cantidad de cosas, que tienen que ver con mi familia, mi viejo, mi abuelo, mi barrio, quienes fueron mis amigos, el primer lugar donde empecé a entender que la injusticia me molestaba mucho, porque soy mujer y por que me costó más jugar al fútbol.
Saliendo de la mirada personal, es un bien cultural, es algo que forma parte de nuestra identidad como país. A través del fútbol entendes la importancia de los vínculos, lo que significa un barrio, lo que representan los amigos, las amigas, la alegría, las tristezas. Después está todo lo demás, que tiene que ver con la industria, con haberse convertido en un negocio, que sea interés de muchos, de algunos círculos, de interés del mercado, y en esa batalla muchas veces es despedazado.
¿Cuáles eran esas injusticias que te molestaban y qué sentías vos por ser mujer?
Me molestaba que nos corrieran, que no hubiera cancha para jugar y nos arreglábamos y poníamos piedras en la calle, hablo de una época que ya no es lo que ocurre donde aprendías a jugar a la pelota en el barrio.
Además tuve que dar una batalla doble para poder entrar a esos partidos y jugar. En principio me miraban con mucha desconfianza, no era posible y a medida que fue pasando el tiempo me fui metiendo en esos picados a fuerza de jugar y de hacerlo medianamente bien.
Y todo lo demás era pertenecer a una familia muy futbolera, de ir a la cancha todos los domingos, somos hinchas de Vélez, entonces eso para mi era un refugio muy importante, un lugar de aprendizaje, de escuchar las conversaciones de fútbol. Y despues mi viejo recibía la revista El Gráfico y Goles semanalmente en casa, ahí yo tenia un material de lectura importantísimo, y ver fotos de jugadores, empezar a leer comentarios de partidos, siempre estuve rodeada de ese mundo y me gustó. Tenía una hermana mujer que era la antítesis, todo eso no le interesaba en lo absoluto. Mis recuerdos más fuertes desde lo emotivo es escuchar cantar a mucha gente en la cancha, de campeonatos que Vélez pierde y luego de las alegrías enormes que tuvieron que ver con los 90 ya de adulta.
¿Qué significa hoy para la mujer jugar al fútbol? ¿Genera un lugar de poder pararse adentro de una cancha?
En principio creo que hay pibas que nacen para jugar al fútbol. Yo creo que ser futbolista es una vocación y me parece que hay mujeres que nacen para eso. Después cuando lo tomas como nosotros con un proyecto deportivo en un barrio con derechos vulnerados ahí toma otros matices. Porque estas poniendo una práctica deportiva importantísima, culturalmente muy importante, que las mujeres generalmente no tienen acceso y en los barrios lo que pasa que los lugares más importantes son las canchas de fútbol, puede haber necesidades de todo tipo pero una cancha va a haber. Cuando las mujeres conquistan ese espacio y juegan a la pelota, tiran por tierra un montón de costumbres y arraigos culturales muy fijos.
El jugar representa repartir las tareas de la casa, entender que hay un derecho inalienable que es ese derecho al juego, conseguir que algunos compañeros varones cuiden a los hijos mientras las mujeres estén jugando, partir algunas reglas que son importantísimas porque están inscriptas en la cultura históricamente. Las pibas en los barrios se hacen cargo de las tareas domésticas a edad muy temprana, se sobreentiende que son las mujeres las que limpian, las que lavan, las que planchan, las que cuidan. Un rato del derecho a jugar que los varones lo tienen ganado naturalmente por su condición de varones rompe cantidad de mitos y empodera.
Nosotras después de 10 años de experiencia con La Nuestra en la Villa 31 lo que vemos es que son pibas con menos chances de convertirse en víctimas de violencia. Es una herramienta poderosísima para erradicar la violencia de género, porque estás parada en un deporte que hace que sientas tu cuerpo poderoso, que sientas que podes saltar y meter un codazo, correr, transpirar, montones de cosas que a las mujeres cuando crecemos nos dicen que no están bien, que no son femeninas, y en una cancha de fútbol todo eso que se considera masculino o femenino entra en tensión. Pibas que pasan por ese proceso levantan la cabeza para empezar pasar la pelota y levantan la cabeza para sentirse maravillosas, más dignas y afrontar los problemas que tienen.
Cuando vas pasando de clase social, lo que viene ocurriendo de un tiempo a esta parte es que muchas mujeres encuentran ahí un camino de diversión, de generar pertenencia y espacio cultural con otras, ese prejuicio de que las mujeres juntas no hacemos nada, que somos brujas, envidiosas, el fútbol también lo tira por tierra e iguala.
¿Encontrás entonces un vínculo directo entre empezar a jugar al fútbol, empezar a participar de esos espacios y que se reduzca la posibilidad de que esa mujer sea víctima de violencia de género?
Sí, porque una piba que entiende que a través del fútbol que su único fin en la vida no es la maternidad, que puede haber otros matices, que puede haber otras cosas que podes hacer, que no es la única cuidadora en la familia, que puede repartir esas tareas, se da cuenta que tiene el poder, entonces se para en una plataforma de derechos de la cual es muy difícil que se baje. Tiene menos chances de estar a la merced de un posible violento o de una persona que la haga sentir menos, que no vale por ser mujer. El fútbol la empoderó para estar en otro lugar.
Nosotras tenemos rato de entrenamiento de fútbol y un espacio de taller y de charla que lo usamos para resolver los conflictos de cancha y ponerles palabra en vez de agarrarnos a trompadas, para hablar de salud, de derechos reproductivos, de cómo nos organizamos para ir a los Encuentros Nacionales de Mujeres, ahí el fútbol cobra otra dimensión, ese espacio de grupo es tan importante como el deportivo para nosotras.
¿Cómo ves al fútbol argentino en términos de competitividad? ¿Cuál es la relación con la institucionalidad existente?
Yo creo que hay un potencial enorme porque vivimos en Argentina, porque las jugadoras de fútbol nacemos acá, porque técnicamente aprendemos lo mismo que los varones, podemos saber mucho con la pelota en los pies y cuando vamos a competir con potencias del futbol de mujeres estamos en una desventaja enorme porque el fútbol de mujeres acá no tiene estructura para el desarrollo deportivo.
Cuando vos recorres los clubes que están inscriptos en el campeonato de AFA y más o menos desde el 91 que fue el primer torneo oficial para acá, los campeonatos los ganan siempre los mismos equipos, se reparten entre Boca, River, San Lorenzo y la UAI Urquiza que, con un modelo de gestión muy parecido a lo que pasa en EEUU, empezaron a discutir los campeonatos. Hubo algún aumento de equipos en algún momento, ahora hay un intento de armar una división B con respecto a la A y torneo de futsal que existe desde 2004, pero ningún club o casi ninguno tiene capacidad de hospedar a una piba a edad muy temprana que es cuando creces como deportista.
Y lo que suele ocurrir es que la AFA asume compromisos internacionales, cada vez está más cercada por normas que se ponen internacionalmente debido a la tasa de crecimiento del fútbol de mujeres. Entonces es a los ponchazos, llama y convoca a una Selección argentina con muy buenas jugadoras, pero que no tienen esa base de deporte, que llegan la mayoría a clubes de AFA a los 14 años, que tienen un solo partido importante por año (que es cuando juegan contra Boca, River o la UAI) pero que no hay rodaje internacional importante.
Insisto en la importancia que tiene el entrenamiento a edad temprana, ¿cuando vas a las potencias que hacen? EEUU tiene el deporte ensamblado con el sistema educativo, estamos hablando de otro país, que no tiene que ver con nuestra cultura, no digo que haya que hacer lo mismo. Pibas que si juegan muy bien al fútbol son becadas en la universidad y son tratadas como deportistas a edad muy temprana.
Brasil tiene problemas parecidos a los nuestros, lo que Brasil tiene son extraordinarias jugadoras de fútbol, aprenden a jugar en la playa y tienen una tecnica increible igual a la que tienen los hombres. Creo que Brasil suplanta con eso a la falta de estructura, de desarrollo del fútbol de mujeres, conozco jugadoras brasileñas que se quejan de lo mismo que acá.
Empezaron a hacer algunos trabajos un poco más interesantes Colombia, Chile, un poco Venezuela, Uruguay también tiene intentos pero siempre chocamos contra dirigencias muy machistas, conservadoras y en esos lugares no se sientan mujeres con conciencia de género a tomar las decisiones. Creo que deberían convocarnos a más de nosotras para eso. Tenemos que empezar a pensar cómo hacemos crecer el fútbol femenino desde la infancia hacia adelante porque potencial hay y mucho porque vivimos en un país como éste.
¿Cuál es el objetivo de la Liga Femenina y qué características querés resaltar de la misma?
La Asociación de Clubes de Barrio y Deporte Social es una idea que surgió de un grupo de clubes a raíz de la situación económica asfixiante que la mayoría de los clubes sufre en relación a las tarifas y demás. Nace como un espacio para encontrarnos, fortalecernos como comunidad, volver a recuperar el rol social de los clubes y a eso sumarle mucha perspectiva de género. Nosotras, sin ser un club que tiene un espacio físico, una sede concreta, somos un proyecto deportivo y decidimos congregarnos para luchar juntos por los temas de interés.
El año pasado logramos hacer entrar en la legislatura una ley de Deporte Social que creemos que es muy importante en función de que los clubes tengan ventanilla única para los trámites, fortalecerlos en la cuestión papeles que la mayoría de los clubes tienen problemas, sumarle perspectiva de género ya que la mayoría de los clubes de barrio no tienen vestuario para mujeres, ni infraestructura para asimilar mujeres.
Y una de las necesidades que salía de los foros de discusión era la necesidad de competencia, sobre todo para las mujeres que no acceden a los torneos que hay. Porque tenes AFA y despues tenes montones de Ligas o de torneos privados que hay que pagar una inscripción importante y que no podemos llegar por cuestiones de traslado y demás. Entonces pensamos en generar un espacio de competencia sostenido en principio para los proyectos deportivos en barrios, para las mujeres en los barrios y crear algún sistema solidario entre los equipos que pueden pagar y los que no para que la Liga tenga una base comunitaria muy amplia y que por sobre todas las cosas este el derecho a jugar en primer plano.
Contemplamos estos dos torneos relámpagos – el pasado 15 de abril y este domingo 22 – como una difusión o un intento de sumar la mayor cantidad de equipos posibles. Estaríamos empezando el 6 de mayo y al costado de la Liga la idea es que funcione un espacio de perspectiva de derechos, asesoría legal, lugar sobre consejeria de aborto con pastillas, todo lo que tenga que ver con la salud de las mujeres, del derecho a jugar y otras instancias que las compañeras puedan ir planteando. También se lo puede ver como un espacio de encuentro político para seguir pensando como hacemos crecer el fútbol de mujeres y llevarlo a los primeros planos sobre todo en los lugares donde se toman decisiones con respecto al deporte. Esperamos que pase todo eso. No sólo pelota, también todo este costado.
Exelente entrevista!