Tras 88 años de historia, vas a jugar por primera vez en el Calcio. Una pequeña ciudad a 90 kilómetros de Nápoles, que supo más de sinsabores que de alegrías a lo largo de esas casi 9 décadas. En la Serie B terminaste 5to pero la rompiste en los playoff y se te dio el mágico ascenso. Sabes que va a ser duro y que probablemente regreses a esa categoría. Pero es difícil imaginar lo que se te va a venir.
El debut en la Serie A del Benevento fue ante la Sampdoria como visitante. Arrancó ganando pero el anfitrión lo dio vuelta y se quedó con la victoria. El estreno de local también traería una derrota por la mínima: 0-1 ante Bologna. Las buenas ya iban a venir. ¿Iban a venir? Torino en el último minuto, un letal 6-0 de Napoli, un 0-4 ante Roma, Crotone, Inter con lo justo, Hellas Verona, Fiorentina, Cagliari en el cuarto minuto de descuento (¡lo habías empatado sobre la hora encima!), una paliza de Lazio y un apretado 1-2 ante la Juve elevaron la cuenta a 12 caídas seguidas, igualando el récord de grandes ligas europeas que tenía el Manchester United en la temporada 30-31. Más oscuro, imposible.
Si en la 13 perdías, el récord sería todo tuyo. Con el partido 1-1 ante el Sassuolo, estos tienen un penal en tiempo de descuento. Ya está, listo. Pero lo erran. Parece que zafas de entrar negativamente en la historia, sin embargo un embrujo parece posarse sobre vos. Un minuto después de errar desde los doce pasos, el Sassuolo anota un gol. Todo lo que puede salir mal, sale peor. Y vendrá la 14 esta vez ante Atalanta. ¿Cuando vas a sumar un punto?
La resignación es total. Uno piensa que nadie pierde infinitamente pero no hay señales positivas y el azar no te ayuda. Se viene el Milan. En crisis, con el debut de Gatusso como DT, pero es el Milan. Estás a años luz de historia. 1-0 abajo, lo empatas, pero se te ponen nuevamente en ventaja. El Rossonero se queda con 10 a quince del final. Es tu oportunidad. Vas con lo que tenes, sabes que algún día se tiene que dar. Pero el tiempo pasa y además de ir poniendo viejos, el empate no llega. Minuto 94, córner. Es la última. Como suele suceder, van todos. Hasta el arquero.
Y allí lo impensado, viene el centro y Alberto Brignoli pone la cabeza y la clava contra un palo. Sí, tu arquero. Que sale disparado en un festejo enloquecido con sus compañeros, titulares y suplentes, y con un pequeño pueblo que festeja el primer punto del Benevento en Primera. Sí, algún día iba a llegar. Fue el día del arquero.