Ayrton Senna: un piloto de karting en la Fórmula 1

Por Delfina Corti (@depuntocorti)


Senna, el documental de Asif Kapadia, comienza con el Gran Premio de Mónaco de 1984, circuito que le valió a Ayrton Senna su reputación por una actuación asombrosa bajo una lluvia torrencial. El piloto tenía 24 años y era su primera temporada en la máxima categoría del automovilismo. 


“Las carreras de karting eran carreras de verdad”, declaró Senna aquel día. La carrera se había suspendido en la vuelta 31 por las condiciones climáticas y Senna había quedado en la segunda posición, por detrás del francés Alain Prost. El brasileño terminó enojado y frustrado. Tenía un punto. En la vuelta 32, había superado a Prost, pero tras la suspensión se contaron las posiciones de la última vuelta completada por todos los pilotos, es decir la 31, cuando el francés aún estaba líder. 


“A diferencia de las carreras de karting, la Fórmula 1 es política, es dinero, y cuando llegas hasta aquí tienes que pasar por ello”, agregó. Con esa declaración, Senna se presentó ante el mundo automovilístico. Y, con esa declaración, Kapadia lo presenta en su documental.



Ayrton Senna es considerado uno de los diez mejores pilotos de la historia. Durante sus diez años en el circuito, fue tres veces campeón de la Fórmula 1 y su récord de 65 poles positions recién fue batido por Michael Schumacher en 2006 y con muchas más carreras encima. Sin embargo, el documental no sólo se centra en sus logros deportivos, sino también en quien fuera el mayor crítico de las decisiones políticas en la máxima categoría del automovilismo. Decisiones que, en reiteradas oportunidades, iban en su contra. 


“Ambos organismos están manipulados por grupos de presión financieros y de intereses personales, especialmente por Balestre, que hizo todo lo posible por facilitar el Campeonato del Mundo de Fórmula 1 a su compatriota Alain Prost», declaró Senna en la pretemporada de 1990 y dejó al descubierto su enojo hacia la Federación Internacional del Deporte del Automóvil (FISA), la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y hacia el francés Jean-Marie Balestre, titular de ambas entidades.


En el Gran Premio de Japón de 1989, Prost y Senna colisionaron entre sí al tratar de adelantar el segundo al primero. Tras el choque, el francés abandonó la carrera, pero el brasileño volvió a la pista saltándose una chicane por la escapatoria. Ganó la carrera, pero las federaciones lo descalificaron por esta acción. El campeonato de aquel año, finalmente, fue para Prost, su compañero en McLaren. 


Esta rivalidad entre Senna y Prost – dos de los diez mejores pilotos en la historia de la Fórmula 1 – es otro de los ejes del documental. Esta competencia potenció el talento de ambos y durante las nueve temporadas que compartieron la pista (entre 1985 y 1993), entre los dos se quedaron con siete campeonatos. Y eso Senna lo sabía. Tal es así que en el Gran Premio de Imola de 1994,  tras el retiro del francés, le dijo a su equipo por la radio: «Alain, vuelve, te echo de menos».


“Prost era un cerebro en la pista. Una máquina de sumar puntos. Un estratega. Sabía cuándo atacar o en qué momento esperar las carreras, es decir, cuidar el ritmo del auto para poder ganar en el final. En tanto que Senna era un velocista nato. El brasileño sólo concebía el automovilismo yendo siempre al frente”, los compararon en alguna oportunidad. 


En 1994, primer año sin Prost en el circuito, Senna fichó por Williams. Estaba decepcionado con McLaren y decidió cambiar de escudería. En el comienzo del campeonato, fue líder en la salida de las tres pruebas iniciales. Sin embargo, no acabó las dos primeras y en la tercera se mató. 


«Este año veremos más salidas de pista y muchos más accidentes. Quizá no pase, pero cuando ocurra, no será nada bueno”, declaró en la pretemporada de aquel año. Una vez más, se había alzado en contra de las federaciones por sus políticas desacertadas. Y esta característica del piloto es la que Kapadia enfatiza en su documental. 


Aquel que durante 10 años no se ilusionó con la Fórmula 1 porque “es política, es dinero”. Aquel que participó del circuito por su amor por las carreras. Aquel que, precisamente, alguna vez señaló: «Las carreras, la competición, están en mi sangre. Es parte de mí, es parte de mi vida. Lo he hecho durante toda mi vida y esto supera a todas las demás cosas».

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