La relación entre Medvedev y los espectadores fue de menor a mayor. Después de faltarle el respeto a un alcanzapelotas en el partido de tercera ronda ante Feliciano López, fue abucheado por todo el estadio. En la entrevista posterior a su triunfo, ironizó con que no hubiera podido ganar sin sus insultos. Lo mismo respondió al finalizar su partido de octavos de final contra Dominik Köpfer, en el que jugó con molestias en el cuádriceps, pero manifestó que “los abucheos le hicieron mejor que cualquier calmante que había tomado”. Con el correr de los partidos, se dio la tregua en la relación jugador-público y, con un gran sentido del humor, el de Moscú pidió perdón por lo sucedido y que Nueva York pasaba a ser una de sus ciudades preferidas.
US Open 2019: Lo que nos dejó Nueva York
Por Guido Antonelli (@gantonelli96)
Después de una final épica de cuatro horas y cincuenta y tres minutos de duración, en la que Rafael Nadal ganó su decimonoveno título de Grand Slam ante el ruso Daniil Medvedev, se cerró el telón del US Open. En La Pelota Siempre al 10 te resumimos al último Major del 2019.
El Arthur Ashe estuvo repleto y los finalistas no decepcionaron. Medvedev, el primer tenista de la Next Gen en alcanzar la final de un Grand Slam, no aprovechó la oportunidad de quiebre que tuvo en el primer game pero sí en el tercero, por lo que se fue al primer descanso 2-1 y saque. Pero en frente suyo estaba Rafael Nadal, acaso el animal competitivo más grande de este deporte, quien rápidamente se quedó con el servicio del ruso. Los impactos del de Manacor comenzaron a fluir, mientras que su rival estaba dubitativo y cometiendo más errores no forzados de lo habitual. El segundo quiebre de Nadal llegó en el decimosegundo game, cerrando el set 7-5.
En un momento del segundo parcial, Medvedev llegó a sacar 1-2 0-40, pero levantó las tres chances de quiebre y se quedó con el juego. De todos modos, el español estaba jugando con más agresividad y subiendo a la red con una notable efectividad (nueve puntos ganó en las once veces que fue a la red). El esperado quiebre se dio en el sexto game, contra un rival que parecía desesperado frente al nivel mostrado por Nadal. 6-3 terminó el set y Nadal quedó a un parcial de su cuarto título en Flushing Meadows.
Cuando estaba 3-2 y saque en el tercer set y la coronación parecía ser apenas en cuestión de minutos, con mucha entrega Medvedev consiguió recuperar el servicio y meterse de nuevo en el partido. Levantó dos break points durante el 4-4 y, acompañado por un público con el que limó asperezas durante la segunda semana de competición, descontó con un 7-5.
En un cuarto set en el que ambos tenían que hacerle frente al cansancio, el moscovita jugó su mejor tenis en la final y en el décimo game le quebró en 0 al español. 6-4 e igualados en sets. El ambiente en el estadio de tenis con más capacidad (caben 23.771 personas) del mundo era de fiesta y había quienes se animaban a pensar en lo hecho por Fabio Fognini en la tercera ronda de 2015, cuando el italiano remontó una desventaja de dos sets para ser, todavía, el único tenista que le dio vuelta de esa manera un partido de GS al mallorquín.
En el set decisivo, un inteligente Rafael Nadal salvó bolas de quiebre, se quedó dos veces con el saque de Medvedev, perdió una vez el servicio con una doble falta y volvió a salvar un break point. Medvedev levantó dos puntos de campeonato, pero un tiro suyo se fue largo y Nadal se tiró al piso para festejar. Extenuado y llorando de alegría, el español ganó 7-5, 6-3, 5-7, 4-6 y 6-4 y levantó su Major número 19 (cuarto en Estados Unidos) para quedar más cerca que nunca de los 20 de Roger Federer. En el post partido, pasaron en la pantalla del estadio cada uno de los 19 puntos con los que ganó Grand Slams y se lo volvió a ver totalmente conmovido. El trofeo se lo entregó otro zurdo, Rod Laver, en el día en el que se cumplió medio siglo de cuando conquistó el Grand Slam completo, siendo el único tenista hombre en lograrlo desde el comienzo de la Era Abierta un año antes.
A pesar de los mencionados problemas físicos, Medvedev se las ingenió para llevar la final a un quinto set. Fue el tenista que más horas jugó en el torneo y el que más partidos disputó desde el comienzo de la gira estadounidense de cemento, en la que ganó un título en Cincinnati y alcanzó la final en Washington, Montreal y el US Open. Además, con 50 es el tenista con más victorias en el año. Con 23 años fue el primer jugador de la Next Gen (se cuenta a los nacidos a partir de 1996) en llegar a la final de un Major y quedó a muy poco de ser el primer ganador de este tipo de torneos nacido en la última década del siglo XX.
Un año más grande es el romano Matteo Berrettini. Si bien es una de las revelaciones de la temporada, nadie imaginaba que llegara a semifinales. Con títulos en todas las superficies (incluyendo uno de dobles junto a Fognini en el cemento indoor de San Petersburgo en 2018), una lesión en el tobillo lo marginó de los torneos de Gstaad y Montreal. Regresó en Cincinnati, donde cayó en primera ronda contra Londero, y viajó a Nueva York para prepararse de cara a este torneo.
Aun con un solo partido disputado después de caer ante Federer en octavos de final de Wimbledon, el italiano se las ingenió para ser el primer hombre de su país en llegar a las semifinales del US Open desde que lo hiciera Corrado Barazzutti en 1977. Le ganó a Monfils en cuartos de final en un apasionante tie-break del quinto set, pero dilapidó dos puntos de set en el primer parcial de la semifinal contra Nadal para luego caer derrotado. A partir de hoy es el decimotercer mejor tenista del mundo, con muchas posibilidades de meterse en el top ten antes de la culminación de la temporada.
El mejor singlista argentino del US Open fue Diego Schwartzman. Llegó a cuartos de final al igual que en 2017, pero en esta edición jugó un mejor tenis. Se mostró muy sólido y sin perder sets en partidos que lo tenían como favorito ante Robin Haase, Egor Gerasimov y Tennys Sandgren, y en octavos de final superó 3-6, 6-2, 6-4 y 6-3 a Alexander Zverev, en uno de los grandes triunfos de su carrera. En cuartos de final jugó muy bien, pero cayó en sets corridos ante Nadal, a quien el Peke describió en conferencia de prensa como “un león en la jungla”. Gracias a lo hecho en Flushing Meadows, Schwartzman escaló cinco posiciones en el escalafón para quedar 16to y regresar al top 20. En esta segunda mitad de año recuperó el nivel mostrado en 2017 y principios de 2018 y le sumó la madurez de alguien que ya sabe lo que es jugarle de igual a igual a los tenistas top.
En su primera participación en el US Open, Juan Ignacio Londero le ganó en primera ronda al siempre difícil Sam Querrey. En segunda ronda debió enfrentarse a Novak Djokovic, quien a pesar de estar molesto con una lesión en el hombro izquierdo, pudo superar al Topo. A Londero no le pesó el partido -de hecho fue elogiado por su rival y se fue aplaudido del Arthur Ashe-, pero el serbio mostró su jerarquía en los momentos clave. En octavos de final, Djokovic se retiró después de haber perdido los dos primeros sets y el saque en el tercer game del cuarto contra Wawrinka. Dos días antes, había discutido en un entrenamiento con un espectador que le había preguntado si iba a jugar a pesar del dolor en el hombro.
Federer no parece haberse recuperado de la caída ante el balcánico en la final de Wimbledon, en la que contó con dos match points. En las dos primeras rondas superó al indio Sumit Nagal y al bosnio Damir Dzumhur corriendo de atrás en ambos encuentros tras perder el primer parcial. Después le ganó con claridad al británico Daniel Evans y le dio una clase de tenis al belga David Goffin, pero en cuartos de final perdió contra Dimitrov en cinco sets. Durante este partido, el suizo empezó a sentir dolor en la espalda y el búlgaro se agrandó, venciendo a su ídolo por primera vez en su carrera. Dimitrov comenzó el torneo en el puesto 78 del ranking ATP y en su peor momento desde que se asentó en la élite mundial, pero llegó a semifinales, recuperó la confianza que lo llevó a ganar el Masters hace apenas dos años y escaló 53 lugares en la clasificación.
En el dobles, Horacio Zeballos volvió a demostrar por qué es uno de los mejores jugadores de la temporada. Con Marcel Granollers, con quien ganó en Canadá hace un mes, llegó a su primera final de Grand Slam y desde hoy se ubica tercero en el ranking de la modalidad. ¿Los campeones? Los colombianos Juan Sebastián Cabal y Robert Farah, quienes repitieron lo hecho en Wimbledon. Llevan muchos años jugando juntos, se entienden a la perfección tanto dentro como fuera de la cancha y se aseguraron terminar el año como los mejores del mundo.
En la WTA volvió a haber una nueva campeona de Grand Slam. Bianca Andreescu, canadiense de padres rumanos, la dejó a Serena Williams con las ganas de igualar los 24 Grand Slams de Margaret Court. Con 19 años, Andreescu comenzó el año como 152 y ayer confesó que su principal objetivo para 2019 era afianzarse en el top 100. Eso lo logró con los puntos que sumó en los primeros dos meses, y alcanzó el reconocimiento internacional con el título en Indian Wells. Por problemas físicos debió perderse varios torneos importantes (entre mitad de marzo y agosto solo participó de Miami y Roland Garros), pero en su regreso se consagró en Toronto, cerca de su Mississauga natal. Nunca había participado de un cuadro principal del US Open (cayó en la clasificación en 2018), pero poco le importó a una jugadora a la que nadie pudo superar tenísticamente en cemento en 2019. Acumula nueve triunfos contra seis tenistas que alguna vez fueron líderes del escalafón mundial, ese puesto que parece destinada a alcanzar dentro de poco tiempo.
Esta fue la cuarta final consecutiva que perdió Serena Williams desde su regreso por maternidad: Wimbledon y US Open en 2018 y 2019. En el segundo set contra Andreescu remontó un 1-5 y el estadio se venía abajo, pero con una templanza sorprendente para su edad la canadiense ganó 6-3 y 7-5. En las cuatro finales perdidas, la estadounidense fue incapaz de ganar un parcial. 954 días después de superar a su hermana Venus en el verano de Melbourne estando embarazada sin saberlo, Serena padece cada final que disputa. Veinte años después de su primer título de Grand Slam en Nueva York, el vigesimocuarto se le hace esquivo. Para colmo, su oponente en este partido todavía no había nacido cuando la menor de las Williams ya era campeona de un Major.
En tercera ronda, Naomi Osaka le ganó cómodamente en la noche del Arthur Ashe a la local Coco Gauff. Gauff tiene 15 años y en Wimbledon llegó a octavos de final. En Estados Unidos saben que es una futura estrella del deporte y recibió el apoyo de todos los presentes en el estadio principal. Después de la derrota, comenzó a llorar desconsoladamente, a lo que la campeona de 2018 la invitó a dar la entrevista post partido juntas para que no sufriera sola. Fue uno de los momentos más lindos del torneo y tanto la ganadora como la perdedora terminaron llorando de emoción juntas ante la ovación de más de 20000 espectadores.
En el tenis adaptado, lamentablemente Gustavo Fernández no pudo lograr el Grand Slam. Perdió 7-5 el tercer set contra el francés Stéphane Houdet en semifinales. De todos modos, el año del cordobés fue brillante y seguirá siendo el número 1 del mundo, gracias a los títulos en Melbourne, París (también en dobles) y Londres.
Para terminar, hay que destacar a los campeones junior de singles. En el torneo femenino la campeona fue Camila Osorio Serrano, en el que fue un fin de semana fantástico para el tenis colombiano. Osorio participó de los Juegos Olímpicos de la Juventud el año pasado, una competencia en la que justamente Andreescu estuvo en la entry list pero decidió no jugar. Por el lado de los varones, se consagró el checo Jonas Forejtek. Se hizo viral una foto suya jugando de niño con una cuchara de madera gigante, pegándole a la pelota con la misma fuerza y precisión que una raqueta. Tiempo después, es campeón de un Grand Slam junior con 18 años, en su última temporada como juvenil.