«Seremos la pesadilla de aquellos que pretenden arrebatarnos los sueños»

Por Ayelén Simiani

El 2019 fue un año muy positivo para el fútbol femenino, lleno de conquistas a nivel nacional y mundial, sueños realizados, lágrimas de emoción. Todavía nos emociona y nos eriza la piel la volada de Vanina Correa para atajar el penal contra Inglaterra, la felicidad en la cara de las pioneras disfrutando ese partido, el brillo de la sonrisa de Maca Sánchez firmando el primer contrato profesional de la historia, el grito de todes con su primer gol en San Lorenzo y ¡qué decir del discurso impactante de Megan Rapinoe post Mundial! donde nos invitó a hacernos responsables de nuestras acciones para lograr un mundo mejor, y así podría podría seguir enumerando gran cantidad de momentos, que quedarán para siempre en la historia. 

Más allá de las conquistas y las celebraciones este camino no ha sido (ni es) fácil. Vivir en este sistema patriarcal implica que la batalla por delante es un ardua, nada está saldado. En una sociedad en que la violencia contra las mujeres tiene tantas facetas, incluso en sus manifestaciones más extremas como son los femicidios, que ocurren de forma alarmante en nuestro país, la problemática de fútbol femenino y del deporte en sí muestra como el feminismo vino para cambiarlo todo, cómo se mete en territorios antes prohibidos y empodera muestras cuerpas. Pone además en agenda todos esos temas que permanecieron bajo la alfombra tantos años, en el centro del debate cuestiones que incomodan, rompen, enojan a unos cuantos y muestra cuán arraigado tenemos el machismo. 

La balanza es sin dudas positiva y este 2020 empezó con una gran noticia: la designación de Maca como directora del Instituto Nacional de Juventud, reflejando en ella el gran reto y anhelo de que las mujeres jóvenes seamos protagonistas de nuestro presente, y que después de tanta lucha hay recompensa, pero no como final sino como principio, el comienzo de un nuevo momento y espacio para seguir con la lucha por todo lo que falta y de derechos para todes. 


Sin embargo, a su vez, seguimos viendo casos como el de Martina Raspo de Córdoba, quien siendo la única niña que entrena con 35 varones no le permiten disputar partidos oficiales de la Liga. Su sueño es «jugar por los puntos», como ella misma ha expresado. Sin duda, situaciones similares deben vivir niñas en todo el país, pero sin embargo ahora Martina y todas ellas nos tienen, nos tenemos, como manada, amigas, hermanas en cada rincón del país que estamos pidiendo que DEJEN JUGAR A MARTINA. Porque nunca más queremos que nuestros deseos sean desechados, porque jugar es su derecho. 

Martina es una niña apasionada y sonriente, que cuenta, además de con un gran talento, con una familia que la apoya y un profe que entendió todo. Porque en esta lucha nos necesitamos, necesitamos de profesionales del fútbol que estén dispuestos a escuchar, abrir el corazón y aprender en torno a niñas y mujeres que jugamos al fútbol. 

También, y en torno al feminismo sacudiendo estructuras y prejuicios machistas, está la situación de Mara Gómez, flamante refuerzo de Villa San Carlos para disputar el campeonato de Primera División de AFA. Mara, con sus 22 años y con unas palabras tan firmes que no dejan espacio a la duda, está esperando que la máxima institución del fútbol argentino le dé el sí para poder oficialmente ser la primera jugadora trans en disputar dicho torneo. Mientras esperamos la confirmación, que todes esperamos sea positiva, el debate está abierto… 

Aunque adentro nuestro sabemos que no hay mucho que debatir, ¿verdad? Mara tiene desde los 16 años el DNI que, gracias a la ley de Identidad de Género, refleja su identidad. Sin embargo, hemos podido leer comentarios que parecen haber sido sacados de algún libro del pasado, y aunque son repudiables en todo sentido, logramos sacudir nuevamente la estantería y los prejuicios, esperando que alguno caiga y se destruyan para siempre. 


Lograr efectivamente un fútbol para todes va implicar estas pequeñas o micro batallas, tener que explicar hasta el cansancio que no es un asunto de biología, sino que SON DERECHOS, y Mara sólo está buscando ejercer el suyo a poder jugar. Maca Sánchez dijo: «seguiremos sufriendo desigualdades, pero también seguiremos jugando y luchando. Y lo que estaban ahí sentados de traje hablando de igualdad, nos tendrán que escuchar a nosotras dándoles lecciones de vida y de género«, y no puedo dejar de pensar en todas las Martinas y las Maras, que no renuncian, que luchan, que ponen tal vez sin saber su nombre y su cara para que no le pase a ninguna más. 

Pienso en la frase de Che que versa: «seremos la pesadilla de quienes pretenden arrebatarnos los sueños» y sus caras están ahí… aquellas que incomodamos lo establecido. Aquellas que hoy somos la molestia para unos cuántos. Sin dudas llevamos en los botines revolución, ésta que viene despacio pero sin pausa, porque definitivamente el fútbol va a ser de todes o no va a ser.

Y nuevamente celebraremos, no tengo la menor duda, pero la lucha seguirá después de eso, hasta que no quede ningún derecho por conquistar y la igualdad reine en las canchas y en las calles.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *