Cordone y Alem a la C: esta vez el Lobo está acá

“El fútbol es una selva, ¿entendés? No queda el animal más hábil, sino el más fuerte. Y yo fui fuerte. Así como me ves, con aritos, rubiecito, yo subsistí en esa selva”. Carlos Daniel Cordone, más conocido como “Lobo”, es el autor de esa frase. Fue hace poco, mientras el equipo que él dirigía se ilusionaba con salir de la última división del fútbol argentino y ascender a la Primera C.

El Lobo fue un potente delantero que en los ’90 se hizo lugar en la selva con un buen número de goles y su llamativo look rockero que, bajo los parámetros del marketing, vendía casi tanto como lo que producía adentro de la cancha. Pero para sobrevivir, lo del verde césped era la clave y así fue parte, aún sin tener un rol trascendental, de la época dorada de Vélez donde cosechó cinco títulos internacionales, jugó en dos grandes como Racing y San Lorenzo y logró tener su paso por Europa durante una temporada.

La paradoja de su carrera es que lo ocurrido afuera de la misma fue lo que lo terminó condenando a los ojos de un mundillo hipócrita como pocos, que perdona o hace caso omiso a algunos “errores” -¿Cuántos ven al “Bambino” Veira como un personaje pintoresco aún teniendo una condena por violación de un menor? ¿Cuántos hablan de los “problemas” de Ricardo Centurión que cuenta con una denuncia por violencia de género?- y es cruel y burlón con otros, sobre todo los vinculados a las drogas.

Tras su regreso del Newcastle inglés, Cordone jugó entre 2001 y 2002 en Argentinos Juniors y en este último año pasó a San Lorenzo. Allí sufrió dos dopings positivos, en ambos casos, por consumo de marihuana. En el segundo de ellos se lo sancionó, debido a la reincidencia, con dos años de suspensión que lo pusieron al borde del retiro.

Pero se reinventó en el Ascenso con diferentes pasos por Argentino de Merlo, Tristán Suárez, Independiente Rivadavia de Mendoza -donde dejó un gran recuerdo ya que fue clave en el ascenso del Federal A a la B Nacional- y con dos etapas en Leandro N. Alem, la última de ellas finalizada en 2012.

El Lechero, como se lo conoce al equipo de General Rodríguez porque sus fundadores fueron un grupo de trabajadores de la empresa La Serenísima, es parte inescindible de la vida del Lobo. Hincha desde la cuna, Cordone siguió yendo a la cancha siempre independientemente de donde jugó y se reencontró con el club de sus amores en la última etapa de su carrera. Un descenso a la D le puso fin al Lobo de pantalones cortos y abrió la puerta al director técnico. Ese segundo reencuentro fue el más dulce y tuvo su gran capítulo en la jornada independentista del domingo pasado.

El Club Deportivo y Mutual Leandro Nicéforo Alem, popularmente referenciado como Leandro N. Alem, fue fundado en el partido de General Rodríguez el 24 de mayo de 1925. El nombre obedece al fundador de la Unión Cívica Radical y líder de aquella fallida Revolución del Parque en 1890, en tiempos donde gobernaba el Partido Autonomista Nacional. Los colores en la camiseta obedecen a la inspiración xeneize un año después de que la Comisión Directiva fundante hubiera optado por el celeste y blanco.

En 1957 se afilió a la AFA y a lo largo de su historia deambuló entre la Primera C y la Primera D, aunque más tiempo en la primera de ellas. Sólo estuvo en cuatro temporadas en la Primera B entre 1996 y 2000 y nunca llegó a la Primera B Nacional. Por ello el momento más recordado es el ascenso vía Reducido a la tercera categoría del fútbol argentino luego de ganarle la final a Lamadrid.

¿Y este 9 de Julio de 2017 en qué lugar se inscribe en la historia de Alem? En uno muy importante. El equipo del Lobo Cordone hizo una notable campaña a lo largo de los 30 partidos del campeonato. Ganó 20, empató 5 y perdió 5, convirtió 43 goles y sólo le hicieron 15. Sin embargo el título que parecía una realidad se le escapó pocas fechas antes del final.

Cuando quedaban nueve puntos en juego, Alem aventajaba a Ituzaingó -uno de sus rivales más encarnizados- por cuatro unidades. Ya los verdes le habían ganado los dos cruces entre sí, pero parecía que no les alcanzaba. Sin embargo ganaron esos últimos 9 puntos mientras que el Lechero sólo cosechó 4.

La última fecha fue infartante. Alem ganaba de visitante a Puerto Nuevo 3 a 0 e Ituzaingó empataba contra Liniers – verdugo de los de General Rodríguez en la 29- en un gol. En el quinto minuto de descuento Ituzaingó tuvo un penal a favor, lo anotó y concretó un ascenso impensado. A Alem le quedaba una fuerte decepción y una posibilidad de revancha en el Reducido.

En esa instancia no hubo fisuras pese al golpe recibido. Un 1-0 contra Claypole y un 2-0 ante Juventud Unida lo depositaron en la final ante Atlas, que había terminado tercero. En un duelo donde habría ida y vuelta, el partido inicial liquidó la serie. Alem, como visitante, se llevó un 3 a 0 casi definitivo y en la revancha completó un 5 a 0 global de ensueño.

El Lobo Cordone se llevó la mayoría de los flashes. Fue el hacedor, desde sus entrañas y las nuevas capacidades adquiridas, del quinto ascenso del conjunto de General Rodríguez en su historia. El inicial de 1957 cuando tras la afiliación a AFA ascendió de la D a la C, un nuevo ascenso a la C tras el periplo de 12 años en la D en 1985, el salto a la B en 1996, el regreso a la C en 2006 tras el doble hundimiento en esos años (de la B a la D en 2000 y 2001) y este último. Sus primeros pasos como DT en el club de sus amores (2012-2014) y también el año en el que estuvo en Argentino de Merlo lo foguearon para esta conquista.

“Mi sueño es dirigir en la A. Cuando decía que iba a jugar en Primera, muchos no confiaron. No tuve la suerte de retirarme y agarrar un equipo en Primera como otros. A mí me tocó en la D. Como hice en las inferiores, pienso que lo voy a hacer como técnico. Ya me pasó esta que se me reían, pero no estoy pendiente de eso. No sé si lo voy a lograr, pero voy a hacer todo”, declaró.

Como dice el trapo que le dedicaron los hinchas de Alem en referencia a la canción de Intoxicados, “muchas veces dije que el Lobo venía, pero esta vez el Lobo está acá”. Y queda claro que Cordone está vivito y coleando y con ganas de demostrar que en la jungla no le tiene miedo a nadie.

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