Por Julián Rodríguez Clingo (@pelotacontraelpiso)
El fútbol se volvió una base de datos. Una red de estadísticas que según expertos aminora el error. Habría que especificar quiénes son los expertos y de qué clase de errores hablan. Pero esa ilusión existe y la mayoría de veces nos gana.
Vemos una página que muestra datos de jugadores que no vimos en la vida y confiamos en que es bueno según los duelos que ganó, las gambetas realizadas, los pases efectivos. Eso define el valor de un jugador de alto nivel. Una creación totalmente fantasiosa y artificial nos aleja de lo que proyectan nuestros propios ojos.
Un recolector de basura nacido en Campana, tras tocar un residuo peligroso se corta la mano y pierde el laburo. Meses después, su hermano menor es baleado y él es acusado y condenado a la cárcel por quemar, robar e incendiar la casa del agresor. A los siete meses se demuestra su inocencia.
En la prisión adquirió su afición al cristianismo, quizás el motor para salir adelante. Se convirtió en un predicador de la palabra de dios, pero más profundamente, empezó a poner en tela de juicio la matrix del fútbol. Arrancó su carrera profesional en 2015 en Defensores Unidos, con 23 años, sin haber hecho inferiores. Un periodista que le hizo una entrevista en ese entonces, intuyó su vocación de distinto y le puso “Maravilla” como el boxeador. Los primeros años jugó sin goce de sueldo.
Rompió las redes en Defensores, Atlanta, Paraguay y Brasil. Pasaron años para que pueda llegar a la primera de nuestro país, y tardó sólo un semestre para hacerse notar, con goles a Boca en la Bombonera y un gran rendimiento.
No es un jugador que pivote bien, o que aguante la pelota, no tiene una calidad desbordante ni una gambeta particular. Tiene una habilidad inmaculada y muy parecida a un platinado de hierro que jugaba en la época dorada de los de La Ribera, esa búsqueda incesante por el gol que lo pone a prueba en cada partido. Tiene carisma para los partidos difíciles. Instinto asesino en los momentos de duda.
Compañeros de él han contado que les avisa antes en que minuto hará un gol y pasa. Algunos no entienden lo que puede pasar cuando un humano potencia su deseo con voluntad.
“Tu mente lo hace real”
Morfeo
Gustavo Costas, otro hombre ninguneado por la matrix de la elite y los especialistas, vio en ese recolector de pelotas que parecen perdidas en el área, un distinto. Una oportunidad para llevarse a un jugador cuyo techo era infinito, ya que su rendimiento no tenía nada que ver con los análisis fríos y sintéticos de una computadora, sino con una confianza a sí mismo que supera fronteras. Sus creencias en Dios los acercan, pero sobre todo, lo que los hermana es la predisposición para obrar a imagen y semejanza de esa pasión por su verdad.
Pese a estar en el club hace no más de un año, es el equipo en el que más hizo goles. Quizás, por qué Racing está hecho de un material poco convencional, donde los técnicos que salieron campeones, Cocca, Coudet o Mostaza Merlo, sólo lo consiguieron con la Academia, donde se potencia lo imposible, y donde la hinchada por lo intangible toma una forma difícil de vencer.
En Racing han llegado jugadores con cartel de estrellas que no pudieron completar un torneo asi como también muchachos que con ponerse la remera ya parecían salidos del Tita. Maravilla lleva consigo la fuerza de su creencia. Cómo diría Morfeo, creés que el hecho de que Maravilla sea más fuerte o más rápido tiene algo que ver con sus músculos?
El camino de Martínez en Racing puede sonar irracional para aquellos fanáticos de la Matrix, esos refutadores de leyendas o policías de la verdad. El camino de Maravilla recién arranca pero ya es una bandera dentro la historia de un club que se potencia en su fantasía andante y rompe los límites entre la realidad y los sueños.
Agua pura para este gris desierto de lo real. Deja una puerta abierta para aquellos que creen que los sueños no se pueden cumplir, mostrando que, pese a que esa puerta puede cerrarse, la voluntad y creencia puede romperla.
“Estoy intentando liberar tu mente. Pero lo único que puedo hacer es mostrarte la puerta. Vos sos el que tiene que atravesarla”
Morfeo
