Por Pablo Sánchez (@profpjsanchez), Emiliano Rossenblum (@EmiRossen) y Lautaro Forte (@lautaroforteperiodista)
Durante esta charla podemos entender por qué Tomás Olivera no es un atleta más. Nos alegra haber tenido la oportunidad de charlar con él sobre la disciplina que lo apasiona, pero también sobre causas que lo movilizan como la compleja situación económica que atraviesan los deportistas de alto rendimiento y el rol del Estado en la problemática.
La Pelota Siempre Al 10: ¿Qué fue lo que te motivó a dedicarte al atletismo?
Tomás Olivera: Soy de Maipú, un pueblo muy chiquito. Hacer deporte en el pueblo es algo muy habitual. Me terminé yendo a atletismo definitivamente cuando me agarra una fascitis plantar en el talón y dejo de hacer básquet porque no podía correr más de 20 minutos. Ahí le metí fuerte, me curé, pero al año y medio quedé preseleccionado para la selección de Asabal [Asociación Atlántica de Balonmano]. Al final me terminé decidiendo por atletismo y hace 9 años que lo practico.
LPSA10: ¿Dónde entrenás habitualmente?
TO: Vivo en Mar del Plata y entreno en la pista del EMDER, frente al natatorio municipal. Hace 4 años que estoy acá. En principio empecé a estudiar arquitectura y no me daban los tiempos. Dormía muy poco, entrenaba a media máquina, ese año no se me dieron las cosas bien, entonces dije, “bueno, arquitectura no es por ahí”. Intenté retomarla en 2023 y a los 20 días me quedé libre porque me tocaron un montón de viajes y concentraciones. Este año estoy estudiando de a poquito, virtual y sin exigirme demasiado, para martillero público.
LPSA10: ¿Qué dificultades hay a la hora de dedicarse a un deporte amateur como el tuyo?
TO: La falta de recursos. Tener que estar arreglando las cosas con alambre es a veces un poco duro. Yo me adapto, trato de no quejarme y valorar lo que tengo. La mayoría de los implementos que tengo para entrenar los hice con mi viejo, que es vidriero. Los martillos los hemos hecho con plomo derretido y un fierro viejo. Entonces lo más difícil es tratar de acercarse a la calidad de un material profesional con un material que estás haciendo vos. Tenemos un montón de otras cosas que es difícil de conseguir, por ejemplo, sponsors.
LPSA10: ¿La cuestión de los sponsors a qué responde?
TO: Para mí es que hoy por hoy las marcas están muy metidas con el tema de los influencers. En vez de darle a los deportistas en Argentina que tienen medallas y rendimiento en todo el mundo, le dan a un influencer, que no desmerezco su trabajo pero no tiene nada que ver una cosa con la otra. Ahí estamos poniendo en juego qué valores tiene la marca.
LPSA10: ¿Contás con alguna beca, algún respaldo más allá del apoyo familiar?
TO: Mi mayor sponsor es mi familia. Los que más plata ponen son mis viejos, son los que más apuestan en todo esto. Después, sí tenemos becas del Enard, de Secretaría de Deportes, de la provincia de Buenos Aires, tuve una acá en Mar de Plata desde la municipalidad. Pero la realidad es que entre todo no llegamos a cobrar $600.000. Para lo que necesitamos nosotros entre viajes, materiales, comida, pagarle a tu equipo, la plata se va. Aún así suma un montón todo lo que tenemos, siempre lo agradecemos, pero no alcanza.
LPSA10: Queríamos preguntarte sobre el famoso entrenamiento invisible, lo que tiene que ver con la alimentación, descanso y terapias alternativas, ¿qué trabajás?
TO: Ahora me estoy manejando un poco más con el nutricionista, por ejemplo, después con el psicólogo siempre alguna charla tenemos. En algún momento usé respiraciones, hoy lo que más me funciona y me siento cómodo es visualizar. Cuando duermo o escucho música, siempre busco imaginarme entrenando, lanzando en el lugar, con la gente, mi entrenador, tratar de armar ese plano en mi cabeza y poder ya tenerlo “entrenado”. Cierro los ojos, trato de soñarlo despierto, por así decirlo, y conectar lo que pienso con mi cuerpo.
LPSA10: ¿Cuál es la importancia en tu carrera de Julio Piñero, tu entrenador?
TO: Más que un entrenador, es como mi segundo padre. Es importantísimo. Por lo general nos manejamos online, pero voy a la casa de él en Azul, este año estuve como un mes y medio en la casa de él de corrido porque estaban arreglando la jaula y no podía lanzar acá. Fue un mes viviendo en su garage y Julio aguantándome, la mujer también un aguante terrible, la hija… Una vez al mes trato de ir a su casa y estar ahí una semana aunque sea. Si no, me filmo lanzando y se lo mando, que eso por ahí es lo más importante.
LPSA10: ¿Qué dinámica tienen cuando trabajan online?
TO: Solo me filmo en el gimnasio para tratar de ver la técnica y corregirla cuando no estoy muy seguro de qué es lo que estoy haciendo bien o mal, pero por ahí eso no es tan relevante como los lanzamientos donde Julio es especialista, tiene ojo clínico. En su momento manejarnos así fue un poco una locura, hoy los mejores del mundo hacen lo mismo. Es muy importante tener un buen celular para poder filmarte y ver las cosas con buena calidad.
LPSA10: El año pasado presentaste un proyecto ante el Concejo Deliberante de Maipú. Contanos un poco en qué consistía.
TO: Lo armamos junto a mi viejo en Maipú. Es un proyecto de beca de alto rendimiento y está planteado para los deportistas emergentes que vienen del pueblo. La idea era poder darles $200.000 o lo que sea para que tengan un incentivo y digan, «Bueno, me están pagando por hacer bien lo que hago. Me voy a seguir esforzando para seguir teniendo esta recompensa y en vez de que mis viejos me compren las zapatillas, me las compro yo”. Algunos piensan que es un gasto y la realidad es que no, es calidad de vida y hay que invertir en eso.
LPSA10: ¿Por qué no prosperó?
TO: En un momento se malinterpretó desde algunos bloques del Consejo Deliberante, decían que era una beca para mí, algo totalmente alejado de la realidad de lo que realmente había planteado. No quiero solamente tratar de dejar una huella desde los resultados, quiero ayudar al resto de los deportistas. Sé lo que le falta a un deportista, sé lo que tiene y sé lo que no tiene. Ya transité ese camino, ahora espero poder ayudar al resto diciendo «bueno, vamos a intentar que ustedes sí lo tengan».
LPSA10: Al principio nos hablaste un poco de la importancia del deporte en los pueblos. ¿Cómo ves la situación con los más chicos?
TO: Necesitamos que los pibes puedan seguir creciendo deportivamente y más allá de que el día de mañana lleguen a ser un deportista de alto rendimiento o no, siempre el deporte te da valores, te enseña a trabajar en equipo, entonces es importantísimo que un club o un municipio preste atención a esto. La presencia del Estado siempre debería estar. No digo que tengamos que depender de eso, hay otras formas de hacerlo. Pero bueno, Maipú es un municipio al que no le faltan recursos.
LPSA10: ¿Tuviste dificultades con las autoridades municipales?
TO: Hace dos o tres años me senté a hablar porque tenía que comprar un martillo y me dijeron que no había presupuesto, que ya habían gastado el fondo disponible. Hice un bono de colaboración por Facebook con mis viejos y gracias a eso me terminé comprando un martillo de mejor calidad, alambre, manija, un guante, zapatillas. Encima ni bien largamos el bono de colaboración, me llamaron del municipio para decirme que tenían un cheque para darme. No podés, viste.
LPSA10: Así es difícil.
TO: No te digo que me pagues mi carrera, pero si un día tengo que viajar poneme algo. Si vas a aparecer en la foto y vas a “lucrar” con la imagen de un deportista de Maipú, mínimamente bancame en el proceso. Si el resultado positivo es de todos, que el proceso también sea de todos. Por eso ahora represento a Once Unidos, acá en Mar de Plata, que por lo menos me dan visibilización, tengo un sentido de pertenencia un poco más lindo y no trabajo solo. Estoy con gente que le interesa el deporte.
LPSA10: Vuelvo a uno de los ejes que tocaste antes y fue transversal a toda la charla, que es el de la familia, el rol de tu papá, el rol de tu mamá. Recuerdo el festejo con ellos en Asunción, por ejemplo.
TO: Hubo festejo, hubo de todo, los agarré a mi viejos ahí en las tribunas, me cagaron a pedos de la organización porque me fui a la mierda. Estaban ahí, “vamos a doping, vamos a premiación”. “No, quiero ir a ver a mis viejos”, les digo «dejame”, y me fui corriendo a compartirlo con ellos.
LPSA10: Son los que están cuando importa.
TO: Lo de mis viejos conmigo es incondicional, no me ponen un “pero” en nada. Sale mucha guita de nuestro bolsillo, yo siempre trato de por ahí tratar de conseguir algún reintegro de los gastos con los tickets para que no sea tanto. De la única forma que les puedo reintegrar todo eso, cuando no puedo hacerlo de forma económica, es con mis logros, que a veces es hasta mucho mayor que el dinero. Es la emoción de saber lo que pasamos y lo que damos para poder estar donde estamos.